18. Valor

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Valor.

Elliot siguió caminando entre los arboles sin rumbo alguno. No quería saber absolutamente nada de lo que estaba sucediendo, en realidad no podía pensar en nada más que no fuera lo que acababa de pasar algunos minutos antes. La imagen de aquella niña inocente muriendo frente a sus ojos se repetía una y otra vez en su cabeza. Tenía el guante de Mauthani aun colocado en su mano derecha, un artefacto muy poderoso pero que no había servido de nada para hacer algo al respecto.

Muchas de las cosas que le había dicho a Ennio eran ciertas, sin embargo tenia bien en mente que no las había mencionado en el contexto apropiado. Algo estaba pasándole y estaba consciente de ello. No se trataba de un simple arrebato o de una ráfaga repentina de enojo proveniente de su corazón. Algo en ese lugar estaba afectándole más que a los otros. De cualquier manera ya era un poco tarde para dar la vuelta y esperar que todo siguiera como si no hubiese pasado nada.

Se recargó en el tronco de un árbol, se sentó en el piso y cerró los ojos para después cubrirlos con sus manos. Ahora todo era obscuro, solamente estaban él y sus pensamientos, aislados del mundo de pesadillas a su alrededor. Su respiración comenzó a calmarse poco a poco y entonces empezó a hacerse preguntas a sí mismo. Todas y cada una de ellas eran imposibles de responder. Principalmente porque estaba asustado, solo en medio de un lugar peligroso y sobre todo, no confiaba más en su persona. Aquella forma de actuar no era propia de él, jamás había sido demasiado impulsivo ni mucho menos se había puesto tan agresivo de un momento al otro. Algo no andaba bien.

Se exaltó de momento tras escuchar pasos detrás de él, sin embargo al girar la vista para ver de qué se trataba solo pudo ver la silueta torpe de su primo caminando justo en su dirección. Al parecer ni siquiera la actitud negativa que acababa de tomar era capaz de alejarlo de su lado. Ni siquiera era que tuvieran muchos años de conocerse o algo por el estilo. El vínculo que los unía se había formado tan solo unos días atrás, y aun así, era tan fuerte que casi podía tocarse.

-Es por el guante - Hesper se apresuró a decir.

-¿De qué estás hablando? - Elliot no comprendía del todo.

-Sí, Ennio dijo antes que sus poderes se debían al gran odio de Mauthani hacia los demonios. Mi teoría es que de alguna manera te hace reaccionar diferente a todos los demás. Como cuando Libizo nos intercepto en el auto. Vi tu cara, eras el único de nosotros que no estaba a punto de mojar sus pantalones. Y ahí atrás, la muerte de la niña te hizo reaccionar de una manera más agresiva, no estoy restándole importancia a lo que pasó, pero apostaría lo que fuera a que eso es lo que te está afectando - Su primo sonaba bastante seguro de lo que decía, más que convencido.

-Entonces ¿Sugieres que me lo quite? - El chico llevo su otra mano hasta el guante para retirarlo.

-No. Sugiero que lo conserves justo en donde está. Después de todo, podría ser lo único que nos ayude a salir victoriosos. Podría darte la fuerza necesaria cuando lo necesites -.

Elliot se quedó ahí sentado en el suelo observando el poderoso artefacto sobre su mano derecha. No estaba muy de acuerdo en dejar que afectara sus emociones. ¿Y si perdía el control a causa de ello?, Prácticamente a esas alturas ya no sabía ni lo que estaba pasando con él. Es decir, algunas horas atrás no era más que uno de los dos miembros más inútiles del equipo y después del incidente en el que había actuado por instinto y se había deshecho de aquel demonio, todos depositaban sus esperanzas en él. Sin embargo había un problema: todos confiaban en que llegado el momento sabría que hacer, todos excepto él mismo. ¿Qué pasaría si fallaba de último momento y todo se iba por el caño gracias a su incompetencia? No estaba dispuesto a cargar con la muerte de sus amigos en su conciencia.

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora