8. Dos pasos al frente y uno atrás.

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Dos pasos al frente y uno atrás.

Pistolas, espadas, dagas y otros artefactos extraños ocupaban el interior del cofre. Elliot no sabia cual de todas debía elegir, sin embargo dado al poco tiempo que tenia para escoger una de las opciones, tomó la primera que se cruzo por su vista, una escopeta y una pequeña caja de municiones que Elsa le indicó. Había visto a su padre usar una con anterioridad durante sus aburridos viajes de cacería, al menos entendía el funcionamiento y lo elemental para emplearla. Hesper por su parte, se hizo con una espada al estilo medieval bastante llamativa con algunas incrustaciones de piedras azules en el mango.

-Todos arriba – Elsa sonaba mucho mas seria que antes. El incesante sonido de las balas disparadas por su hermano en el exterior la mantenía preocupada y le daba a entender que las cosas no eran muy buenas ahí afuera.

Ella subió por las escaleras hacia el techo del vehículo y ambos chicos la siguieron. Justo cuando Hesper llegaba hasta arriba escucho un ruido fuerte, habían tirado la puerta de un golpe.

-Al fin se unen a la fiesta, creí que me iban a dejar toda la diversión a mi – Ennio comento al verlos salir por la escotilla. No perdió la concentración en sus objetivos en ningún momento.

Cuando Elliot pudo ver al fin el panorama sintió como si una bomba estallara en su estomago. Ese sentimiento cuando algo te altera de un momento a otro y desata una descarga de adrenalina en todo tu cuerpo, cuando te das cuenta de lo malo de una situación y de lo difícil que puede resultar salir de ella, pero por sobre todo, te das cuenta de que en realidad esta pasando y estas hundido hasta el cuello en malas probabilidades.

Al rededor del auto debía haber cerca de treinta de ellos. Todos con la misma apariencia siniestra que Rosco y Gloria habían tomado aquella misma noche. Sus cuerpos vagamente sólidos y sus ojos rojizos luminosos llenos de odio no paraban de acercarse al camper y solo demostraban una sola intención con cada movimiento que realizaban: matarlos a todos en ese mismo instante.

-¿Tomaste la escopeta eh?, mas te vale darle un buen uso, tienes veinte tiros, intenta no desperdiciarlos. Son balas especiales como las mías solo que expansivas, un solo toque de ellas y los hará explotar como fuegos artificiales – Dijo Ennio al mismo tiempo que disparaba una vez mas y hacia estallar a uno de los entes con un tiro perfecto.

Por las escaleras subió uno de ellos pero antes de que lograra salir completamente Elsa le clavo su cuchillo justo en la frente eliminándolo al instante. Hesper cerro la escotilla por fuera para que no pudieran seguir entrando por ahí.

Los atacantes gritaban cosas como “atrapenlos”, “intrusos indeseables” y “fuera de aquí”. Todos con esas voces de ultratumba que aumentaban y disminuían de volumen, acompañadas por sonidos distorsionados y variados que harían temblar hasta al hombre mas valiente del planeta.

Elliot sentía como su corazón se aceleraba al igual que su ritmo de respiración. No sabia que era lo que debía hacer, estaba aterrado por dentro pero intentaba mantener una imagen segura y decidida. Algo dentro de él le decía que ese era el fin, que jamas lograrían escapar con vida de ese ataque en masa. Que esa seria su ultima noche con vida y sobre todo, que su muerte seria muy dolorosa y agonizante.

Al fin se armó de valor y cargo su arma. La levanto imitando los movimientos que tantas veces había visto hacer a su padre, apuntó a uno de ellos y disparó sin pensarlo demasiado. No dio exactamente en el blanco pero la bala estallo y junto a ella consiguió eliminar a dos de los enemigos. El acto hizo enfadar a la multitud y se pronto se mostraron mucho mas agresivos. Todos corrieron hacia el vehículo y comenzaron a empujarlo, dentro de poco conseguirían voltearlo.

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora