2: Hesper

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Hesper

Se sintió sobre una superficie suave que reconoció al instante, una cama. Abrió los ojos y casi los cerró en seguida como gesto involuntario de su cuerpo al sentir un dolor del lado derecho de la cabeza, justo sobre su oreja. Se llevó una mano al punto y se dio cuenta de que tenia una venda bien apretada encima. Nada había sido un sueño.

-Al fin despertaste, estaba comenzando a preocuparme. Ya sabes, no quería que alguien muriera frente a mi. Dicen que es una experiencia inolvidable, en el mal sentido - Una voz sonó justo a unos metros de distancia. Elliot se sobresaltó y giró la vista para ver de quien se trataba.

Sentado en una silla mecedora estaba un joven con un parecido desconcertante a él. Tenía el cabello castaño corto, con una mirada distraída y ojerosa que daba a entender llevaba varios días sin dormir bien. Era delgado y su piel era tan pálida que parecía estar enfermo o algo, era como una versión maltratada por la vida del mismo Elliot, quien los viera juntos hubiese pensado que eran hermanos.

-Hesper - Elliot se atrevió a adivinar. Él debía ser el hijo de su tía, o quien pensaba que era su tía hasta hacia poco. El solo recordar ese nombre le trajo a la mente la ultima memoria que tenia. Había sido golpeado por Rosco con una pala justo en medio de la sala. Se llevó las manos al pantalón buscando su teléfono pero ya no estaba.

-No puede ser, él me lo quito -Murmuro -, Tengo que salir de aquí -. Se levantó a prisa aun cuando el dolor punzante de su cabeza estuvo apunto de detenerlo. Corrió hasta la ventana mas próxima solo para darse cuenta de que seguía en la misma casa en medio del bosque.

-No creo que eso sea posible, llevo tres semanas intentando largarme, hay algo... raro en este lugar – Hesper aun seguía meciéndose en la silla como si de un niño pequeño se tratara -, Lo mejor es seguirles el juego, créeme, no quieres verlos enojados, a mi me costo esto -. Levanto el brazo y mostró una marca de quemadura grave.

-Espera, ¿que no son tus padres? -Elliot preguntó asombrado aun por el brazo dañado de Hesper. Algo andaba mal, muy mal. Nada parecía tener sentido llegado a ese punto, ¿que demonios estaba pasando?, y ¿como había llegado hasta esa situación?. Se suponía que solo pasaría el resto de sus vacaciones con sus tíos, no que seria secuestrado por unos impostores psicópatas.

-No. Son idénticos a ellos pero no son ellos, estoy tan confundido como tu. No se que quieren, solo me obligan a pretender que soy su hijo, si no lo hago o si intento escapar pasan cosas malas. Te estoy advirtiendo antes de que intentes algo estúpido -. Hesper sonaba sincero pero Elliot sabia que no podía confiarse, igual y él era uno de ellos intentando confundirlo, algo así como la rutina del policía malo y el policía bueno. De todos modos no contuvo las ganas de seguir preguntando.

-¿Como que cosas malas?, ¿Por que no has podido escapar?, es decir solo son dos, ¿que tan difícil puede ser?, ¿Pusieron trampas o algo?, vamos habla ya, tengo que salir de aquí -. El chico parecía desesperado y hablaba con mucha velocidad, quería actuar lo mas rápido posible y escapar de ese lugar sin importar lo que costara. Incluso si tenia que deshacerse de los falsos Gloria y Rosco.

-Pues si, cosas malas. Vas a creer que estoy loco pero a estas alturas ya no es que me importe mucho, me estoy resignando. No tienen trampas, tampoco vigilan, sin embargo cada vez que salgo de la casa e intento escapar. Solo avanzo por el bosque durante un par de horas y después vuelvo a llegar aquí. De alguna manera ellos ya están enterados de cuales eran mis intenciones, hazme caso, es inútil tratar de escapar. Hay algo malvado en todo esto, no se que es y me estoy volviendo loco a cada día que paso en este lugar -. El tono de estas palabras aumento el potencial de credibilidad que tenía Elliot hacia Hesper, sonaba abatido por una serie de situaciones desafortunadas. Casi podía sentir el dolor ajeno en cada frase que su primo decía, aun así, todo eso era difícil de creer. Tenia que comprobarlo por si mismo.

-Escucha, debe haber algún truco tras de eso, están jugando contigo, esas cosas no pasan en la vida real, solo en películas. Hay que encontrar una forma de evadirlos, y tiene que ser rápido -. Elliot no era del tipo de personas que se daban por vencido tan fácilmente, era terco como pocos y tenia la seguridad de que no se detendría hasta escapar de sus captores. Entonces recordó la llamada que recibió antes de ser desconectado de la realidad por Rosco y su amiga la pala -, Recibí una llamada, era de tu madre, osea, la verdadera tía gloria -. Concluyó.

-¿En serio?, ¿que te dijo?, ¿pudiste decirle en donde estábamos? -Hesper dejó de mecerse repentinamente y comenzó a mostrar más interés en la conversación -, Yo intente llamarla pero también me quitaron el teléfono, la verdad ya no se que es lo que pasa aquí -.

-No, en cuanto supe que era ella colgué y estaba por regresar al pueblo pero entonces paso lo que ya sabemos -, Ahora Elliot lamentaba no haber atendido a la llamada con mas prudencia -, Ese tipo esta loco, pudo matarme. A todo esto... ¿como llegaste aquí? -. Esa pregunta seria una de muchas para saber si en realidad podía fiarse de Hesper.

-Salí una tarde para reunirme con unos amigos. Cuando pasaba por cerca del lago fui secuestrado por mi padre, bueno, por su impostor. Me dijo que subiera al auto y yo obedecí por que pensé que era realmente él. Dijo que vendríamos al bosque a cazar algo para la cena, cuando me di cuenta ya estaba en esta casa, con mi falsa madre. Primero me hicieron creer que nos habíamos mudado temporalmente aquí por que alguien quería hacernos daño, pero ya sabes, al poco tiempo me di cuenta de que algo andaba mal. Ellos son... extraños -. Enfatizo esto ultimo, como si quisiera dar a entender que realmente lo eran, mas de lo que la propia palabra describía -, No se que quieren de mi, no me dicen nada al respecto, solo pretenden que este aquí fingiendo que soy su hijo y que vivo con ellos en la casa feliz del bosque, es enfermizo, esta matándome -. Sus palabras casi fracturaban el tono de su voz. Se notaba un alto sentimiento de impotencia en todo lo que decía.

-Pero y entonces... -Elliot iba a comenzar a figurar otra serie de preguntas cuando se vio interrumpido por una voz chillona que venia del piso de abajo.

-¡Panquesitos, la cena esta lista! -El tono de la falsa tía Gloria era casi insoportable. Hablaba casi como la original, salvo que esta tenia algo irritante y casi mal intencionado.

-¿Panquesitos?, ¿quien se cree esa gorda para llamarme así? -Elliot miró a Hesper y luego se arrepintió por el comentario. Su verdadera madre era idéntica a esta -, No te ofendas, lo digo por que estoy enfadado -. Terminó con un pobre intento de disculparse.

-No hay problema, ahora vamos abajo. Si la hacemos esperar se pone de muy mal humor, hablaremos después de cenar, solo promete una cosa... no hagas nada estúpido, sigueles la corriente, trágate la maldita comida y después responderé a todo lo que quieras -. Hesper sonaba como si quisiera evitar la reunión a toda costa pero al mismo tiempo tuviera miedo de faltar a su lugar en la mesa.

-Ok -. Fue lo único que Elliot respondió, tampoco era que tuviera muchas opciones, pensó que lo mas prudente por el momento seria seguir las instrucciones de alguien que tenia mas tiempo ahí.

Ambos salieron de la habitación y bajaron las escaleras.

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora