20. El yo verdadero.

242 51 18
                                    

20

El yo verdadero.

Elliot y Hesper corrían a toda velocidad entre los arboles del espeso bosque, pensando que aquella luz en el cielo era el inicio de el plan de sus amigos. Tenían que estar ahí a tiempo para poder ayudarlos, sin embargo cuando estuvieron lo suficientemente cerca del punto de reunión de la gente sombra, contemplaron horrorizados la escena frente a sus ojos.

Justo frente a la mórbida figura de Libizo se encontraban Ennio y Elsa atados a dos postes de madera, en espera de ser ejecutados frente a la multitud. Ambos chicos se quedaron escondidos detrás de los arbustos, sin poder hacer más que observar.

-Es curioso como el destino puede llegar a ser tan... reconfortante. He pasado todos estos años encerrado por culpa de su progenitor y ahora tengo la oportunidad de vengarme. Me gustaría que él estuviera aquí para ver esto pero... ¡Oh claro!, Perdió su alma para salvarlos. Malditos adolescentes, siempre son ingratos con las personas que tratan de ayudarlos. Debieron tener cuidado, debieron quedarse fuera de todo esto y vivir una vida normal pero no. Tenían que jugar a ser cazadores. Pobres ilusos – El demonio caminaba de un lado a otro alardeando mientras afilaba sus garras una contra otra y miraba a sus próximas víctimas. La sed de sangre se reflejaba en sus ojos amarillentos.

-Lo que sí es curioso es como tu boca se abre pero solo salen estupideces de ella – Ennio jamás perdía su esencia -, Ambos sabemos que es lo que necesitas. No puedes vivir por ti mismo ya que tus fuerzas se han debilitado desde la última vez. Quieres que uno de nosotros te dé su alma para que puedas seguir en pie. Tal como hizo nuestro padre... harás una promesa, te verás obligado a dejar que uno de los dos salga vivo y luego seguirás con lo tuyo. Déjate de tonterías porque sabes que no voy a permitir que lastimes a mi hermana. Déjala ir, yo te daré lo que deseas - El chico estaba determinado a hacer lo necesario para salvar a Elsa.

Libizo soltó una carcajada tan fuerte que el suelo pareció vibrar bajo sus pies.

-Siempre me has caído bien chico. Es una lástima que seamos enemigos porque podríamos haber hecho un buen equipo... espera, eso me da una idea – El demonio abrió la boca a todo lo que daba y un par de colmillos enormes se alargaron de la parte superior de su dentadura – Ennio, ¿Sabes lo que pasa si un demonio te muerde?, Por supuesto que lo sabes. Aquella persona que haya sido mordida por un demonio y sobreviva para contarlo, obtendrá habilidades inigualables, percepción, fuerza y velocidad aumentadas, el poder de sanarse a sí mismo en cuestión de segundos, la habilidad para saltar de un plano a otro sin ningún tipo de ritual, un periodo de vida mucho más largo que el de cualquier mortal. Sin embargo, debe pagar un tributo a su creador una vez cada año, empezando por la noche en la que es mordido. Te equivocas al pensar que no he recuperado mis fuerzas ya que tú mismo fuiste quien me trajo a este lugar con una energía tan negativa que me ha saciado completamente. Voy a darte un poco de mi poder y a cambio voy a obligarte a matar a tu propia hermana como pago. Apuesto a que va a ser muy divertido -.

Elliot se puso de pie en el momento en que escucho aquellas palabras y vio a Libizo acercarse a su amigo con la intención de morderlo. Salió corriendo en dirección al punto de reunión sin decir una sola palabra. En su mente solo había un objetivo: evitar que Ennio y Elsa resultaran lastimados.

-¡Elliot espera! – Hesper intentó detenerlo pero era demasiado tarde. No tuvo más opción que correr detrás de él con su espada en mano.

Los sirvientes de Libizo no tardaron en darse cuenta de los dos jóvenes que se aproximaban con velocidad hacia el lugar de la escena. Pronto todos se pusieron en marcha para atraparlos, armados con machetes, antorchas y todo tipo de objetos potencialmente peligrosos.

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora