22. El poder de las sombras.

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El poder de las sombras.

Elliot no pudo evitar sonreír una vez que vio a sus amigos fuera de peligro. Al fin podían respirar tranquilos después de todo lo que habían tenido que pasar. Era como poder ver el sol una vez más luego de días enteros de vagar por la obscuridad.

-Tenemos que apresurarnos, no sabemos cuánto vaya a durar el hechizo, hay que destruir el cimiento de una buena vez – Ennio seguía tirado en el suelo recuperándose poco a poco.

-Pero eso significa que Hesper también... - Eliiot no quería mencionarlo pero era evidente que al deshacerse del artefacto también causaría la extinción de su parte sombra porque había sido creada bajo los mismos medios que todos los demás.

-Hablando de eso... Chicos, algo le pasa a Hesper – La voz de Elsa sonaba llena de preocupación. Justo en el tipo de tono que advierte una amenaza inminente.

Cuando ellos giraron la vista, vieron al chico de pie con la mirada clavada en el suelo. Algo le sucedía a su cuerpo. Estaba mutando aleatoriamente entre su apariencia humana y la apariencia que usualmente tenían las sombras. Una estela de cenizas y humo obscuro brotaban de su ser y experimentaba una serie de movimientos involuntarios que se disparaban sin cesar uno tras otro creando una imagen desconcertante. Tanto que daba miedo.

-Son las sombras. Él es su última esperanza y no puede atentar contra su propia destrucción. Creo que esto va a ponerse feo – Ennio se puso de pie al fin pero su semblante lucia agotado, quizá demasiado como para poder seguir peleando contra semejante rival.

-Elliot, ¿Por qué me haces esto?, Después de todo lo que he hecho por ti y por ellos. Debes detenerlos, no dejes que me destruyan. Por favor – Su voz alternaba entre el tono usual de las sombras y el que tenía normalmente. Suplicaba de una manera poco sincera, dejaba en claro que ni siquiera estaba intentando ser convincente.

-Ese no es Hesper. Las demás sombras están controlándolo – Elsa preparo su cuchillo en caso de que hubiera que defenderse.

-Ya hemos visto esto antes. Siempre pasa, se llama unificación. Básicamente, todas las sombras atadas a un mismo origen, se unen en un solo cuerpo para evitar ser destruidas. No se confíen, este no es nuestro amigo y tengan por seguro que es mucho más fuerte que antes. Tenemos que detene... - Justo antes de que pudiera terminar la frase, Ennio fue impactado por un poderoso disparo que salió de la palma de Hesper.

-Cierra la boca traidora. Vas a pagar por todo lo que has hecho – El chico movió la cabeza estirando su cuello y luego volvió la mirada hacia los otros dos sobrevivientes – Y ustedes también-.

Dicho esto, soltó una carcajada cargada de maldad pura. Entonces Elsa salió corriendo a toda velocidad en dirección a la fogata en medio del campo. Sabía lo que tenía que hacer aun si eso significaba eliminar a uno de los suyos. Sin embargo se vio sorpresivamente detenida por uno de los rayos del guante de Mauthani que la dejo paralizada sin causarle ningún daño. El primer cimiento cayó al suelo.

-Tiene... Tiene que haber otra forma – Elliot estaba confundido. Por una parte sabía que si no eliminaban el artefacto era muy probable que no pudiera contener todo el poder de Libizo y las demás sombras. Pero por otro lado estaba la promesa que había hecho a Hesper: sacarlo con vida de aquella pesadilla. Por supuesto que eso había sucedido antes de averiguar su verdadera identidad pero aun así, algo dentro de su corazón le impedía atentar contra la existencia de un ser querido.

-Eso es Elliot. Ellos no comprenden que debe haber otra forma, solo quieren deshacerse de mí. No lo permitas por favor – Hesper sonaba incluso sarcástico. Parecía estar disfrutando la situación. La sonrisa en el rostro no le duro demasiado, pues fue impactado por un golpe cargado con toda la fuerza de Ennio.

-¿Acaso eres imbécil Elliot?, ¿Qué demonios estás pensando?, Créeme, esto no va a terminar con un final feliz en el que todos salgamos de aquí. Siempre lo supe, desdé el primer momento en que lo vi supe que Hesper era uno de ellos. Él no es malvado como todos los demás, pero ahora ha sido corrompido. Si le tienes un poco de estima, si estas consiente de que siempre supo lo que pasaría y que ayudarnos en todo esto terminaría con él, entonces harás lo correcto y le darás una muerte digna antes que dejar que siga siendo utilizado de esta manera – Ennio estaba cansado pero aun así había reunido fuerza suficiente para contra atacar. Nunca se daría por vencido, nunca dejaría que las sombras se salieran con la suya.

-Y si lo sabias, ¿Por qué diablos no lo dijiste?, No voy a dejar que esto termine con él, no después de todo lo que hemos pasado – Elliot sostenía el guante de Mauthani apuntando hacia su compañero. Amenazante en caso de que hubiera que detenerlo también.

-¿Ya se te olvido como te comportabas al inicio de todo esto? – Elsa estaba de pie una vez más -, Imagina como hubieras reaccionado al respecto. Además Hesper no quería que lo supieras todavía. Respetamos su decisión, ahora te toca a ti aceptarla y respetarla también, esto es algo de lo que él siempre estuvo al tanto. No lo deshonres y deja de comportarte como un idiota. No puedes salvarlo, no hay otra manera -.

-Ellos... tienen... razón – Hesper se reconstruyó en medio de una nube de humo -, ¡Acaben esto de una vez! -.

Esas palabras cargadas de angustia fueron las que dispararon el gatillo. Elliot se dio cuenta al fin de que no había otra manera de solucionar las cosas. Hesper estaba sufriendo por no poder controlarse, por tener que pelear contra sus amigos desde el bando contrario. Había sido convertido en una marioneta. Un peón más y la última arma secreta de Libizo.

Entonces todo estalló de un momento a otro sin previo aviso. Sucedieron varias cosas una tras otra en los siguientes segundos: Hesper se evaporó y apareció junto al primer cimiento en un abrir y cerrar de ojos, Elliot disparó uno de sus rayos pero él lo esquivo con relativa facilidad y devolvió el golpe con un disparo de energía obscura que derribo a su atacante. Elsa llegó por su espalda y le causó una herida con su arma bendita, sin embargo no demasiado fuerte como para eliminarlo. La chica termino por recibir un golpe directo al rostro que la dejó inconsciente en el piso. Ennio arremetió con una tacleada poderosa que en efecto alejó al espectro del contenedor, sin embargo le bastó con volver a desaparecer y cambiar de lugar para poder recuperarse.

-Eres difícil de vencer, pero no imposible. Hesper, si aún estas ahí, perdóname por esto, pero no puedo dejar que lastimes a los demás. Elliot dijo una vez que soy un egoísta y quizá si lo sea, pero no era egoísmo, solo estaba actuando por el bien de todos. Creo que tú entendías eso, y también creo que estarías de acuerdo en que liberemos a este pueblo de toda la maldad que lo ha corrompido. Es difícil para mí al igual que para ellos, pero tú sabes que es lo que tiene que hacerse – Ennio sonaba más sincero que nunca. Sentía un ardor dentro de él que no podía relacionarse más que con el sentimiento de tener que pelear con uno de los suyos. Con un verdadero amigo.

-Eres tan lindo. Intentas ocultar el hecho de que siempre desconfiaste de mí. De que siempre fui un objetivo más en tu lista. No vengas con tonterías ahora que no puedes vencerme, pues como ya lo dijiste antes, sabias como terminaría todo esto – Hesper habló entre risas un tanto nerviosas. Era como si dentro de él, se estuviera librando una batalla entre controlarse a si mismo o dejar que otros lo hicieran.

-Todo eso es cierto. Pero también es cierto que me has enseñado que no todos los seres sobrenaturales son malos y que cambiaste mi opinión sobre ti con tus acciones. Ahora cierren la maldita boca y dejen de hacerse pasar por mi amigo, todos sabemos que no es él quien habla – El chico permaneció parado mirando fijamente la aberración en la que se había convertido su compañero. Había sido corrompido completamente por el poder de las sombras.

-Como tú digas. Simplemente vamos a matarlos a todos entonces – Por la boca de Hesper salió el sonido de un coro de entes manifestándose al mismo tiempo en el cuerpo del último de los de su tipo en pie.

La batalla final estalló con un encuentro entre los dos poderosos rivales. Sus dedos se entrelazaron en un impacto de energía que género una explosión de aire al momento en que colisionaron. Ahora no estaban peleando para distraer al enemigo, esta vez iba en serió y estaba en juego la supervivencia de ambos. Ninguno de los dos iba a ceder fácilmente.


ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora