𝔼𝕊ℙ𝔼ℂ𝕀𝔸𝕃 : 𝖍𝖊𝖗𝖒𝖎𝖔𝖓𝖊

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Hermione Granger, la amiga del niño que sobrevivió.

Seguro que muchos llegarían a pensar que era una chica con suerte, mejor eso que no darle poder a una adolescente, mucho menos a una nerd.

Hasta cierto punto, si que había tenido suerte, pues al menos sus amigos no se burlaban de ella por sus conocimientos. Pero,¿ Debería sentirse agradecida por ello? Se supone que, conocer y aprender es bueno, pero si quién lo hace es una mujer pasa a ser el bicho raro de la sociedad.

Ella, había estado toda la vida estudiando y con un libro en la mano, mejor ser lista y llegar lejos que no una persona machacada por los estereotipos de la sociedad. Pero justamente, la opresión que sufría era mucho mayor, parecía que el mundo no quería mujeres que tomaran la iniciativa.

¿Le importaba?

No

¿Por que debería? Ella es dueña de sus decisiones.

Pero algo se te remueve cuando tú mérito se lo lleva el de al lado, por ejemplo Ron, él siempre era muy duro con ella pero parecía que era lo normal.  Ella aprendía un hechizo nuevo, se lo enseñaba al pelirrojo y era él el genio.

23 de agosto de 1998 Madriguera

Ella se encontraba en un sofá, leyendo como siempre uno de esos libros que podían pesar perfectamente el doble de si misma.

Ron - ¿No te cansas?

Herm - No, es fascinante aprender cosas nuevas.

Ron - Solo son palabras en cientos de paginas que no parecen tener final, disfruta un poco de la juventud ¿No?

Herm - Pensé que ya habías madurado un poco, sabes que cualquier conocimiento es poco, como un hechizo para calentar un cuerpo que se ha sometido a temperaturas muy bajas. Casi os matáis tu y Harry cuando conseguisteis la espada.

Ron - Pero sobrevivimos, eso es lo que cuenta.

Herm - Si tu lo dices...

Ron - Ni que tu hubieras podido hacer nada, al final quien cocinaba era Harry.

Herm - Mientras yo estudiaba como no ser encontrados.

Ron - Y aún así lo fuimos y casi matan a Harry, además, no deberías hablarme así.

Herm - ¿Por qué lo dices?

Ron - Si te echamos de casa, ¿Donde vivirías? ¿En la calle?

Herm - ¡Con Harry!

Ron - Él ya tiene a Severus, tu no tienes a nadie, por lo que te recomiendo que cierres el pico cuando venga mañana.

Herm - Me iré directamente, no quiero ni tener que compartir aire contigo.

Ron - Calla.

Una bofetada que no solo acabo con la marca roja en cara, su orgullo, la leona que tenía dentro, parecía un gatito al que acababan de abandonar.

Ron - Te recuerdo tu posición sangre sucia.

Ron tenía un semblante serio, opaco y hasta escalofriante. Parecía que su lado dominante era el de menospreciar a los demás y su mirada penetrante solo le hacía sentir un conejito en las fauces del lobo.

Herm - Y-yo...

Pero antes de que las cosas empeoraran para la joven y su integridad, llegó Arthur Weasley a casa. El señor siempre le había defendido, contra todo pronóstico de como le trataba el hijo.

Herm - Señor Weasley...

El adulto vio la marca roja en la cara, también la cara arrepentida y pálida de Ron y supo al instante que podía haber pasado.

Arth - ¡Ronald Weasley! Que están viendo mis ojos, yo pensé que había criado un hijo que sabía de la igualdad.

Ron - Es ella, yo solo intentaba decirle que no lea tanto y se me ha puesto bravucona, le he tenido que bajar lo humos. ¿Es obvio no? Solo tenía que recordar quién mandaba.

Arth - No ¿Desde cuando yo te he enseñado a comportarte como un cavernícola sin cerebro?

Ron - Y-yo...

Arth - Ella es una persona, no un objeto y mucho menos una sirvienta. Tu no tienes poder, mucho menos potestad para decidir nada.

Arthur le tendió la mano a la chica y la llevó a la cocina, donde le sirvió una pequeña infusión.

Herm - Gracias

Arth - ¿Por qué?

Herm - No me suelen defender.

Arth - Oh pequeña, se que tienes poder para defenderte tu sola, que tienes vitalidad por un mundo entero. Pero sigues siendo una persona, de vez en cuando, todos necesitamos a alguien que nos salve para sentirnos acompañados. No estàs sola, nadie lo está, porque cuando una cae, las otras le ayudan a levantar.

Herm - Pero, yo no se ...

Arth - Solo mira y verás, que cualquier mujer se pelearía por ayudar a otra a no pasar situaciones que desgraciadamente son comunes.

Herm - En serio se lo agradezco.

Ginny entró a la sala, llevaba unos shorts que enseñaban medio culo, algo que se estaba volviendo costumbre desde que empezó a jugar Quidditch.

Herm - Hola Ginny

Gin - Hola... Te ves horrible ¿Te ha pasado un tren por la cara?

Herm - Solo no me he puesto nada de maquillaje

Gin - Ya, pues no te favorece

Hermione no sabía como reaccionar, estaba entre la espada y la pared, sus sentimientos querían estrangular a la Weasley y su mente solo le repetía que fuera prudente.

Herm - Me tengo que ir.

Esa noche, Hermione habló con Luna, ella le dejó quedarse a dormir el tiempo necesario. Por la mañana estaba decidida, Harry no era Ron, ella confiaba que su amigo le entendiese y le ayudase. Se esperó al 30 pues no quería que sus amigos pelearan y además quería seguir un tiempo con la peliblanca.

Estimado Harry,

Seguramente no esperabas que te escribiera, que Ron te habrá dicho que si no comí con vosotros fue por estar enfadada, pero todo lo contrario.

Quiero que sepas que, si no fui fue justamente por Ron. Él cada vez... Bueno digamos que ya no está enamorado de mi, de hecho me trata todo lo contrario, por eso ahora estoy viviendo con Luna.

Te diría todo lo que siento y mis disculpas, pero quiero hacerlo en persona, si estás dispuesto, por favor escríbeme.

A la espera de tu lechuza

Hermione Granger.

Se sentía medio realizada, pues ya no dependería de los Weasleys y no la podrían menospreciar a diario como se habían atrevido a hacer el último mes.

Sabía que tenía que ser fuerte, lo correcto era hablarlo, como dijo Arthur ella no estaba sola.

𝐶𝑢𝑖𝑑𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑝𝑜𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 ( 𝑆𝑛𝑎𝑟𝑟𝑦)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora