𝑪𝒂𝒑𝒊̄𝒕𝒖𝒍𝒐 22

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒖𝒛𝒖

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒖𝒛𝒖.

Hoy era el esperando día para mí, hoy era el día de las elecciones dónde me nombrarán no alcalde, si no presidente de toda karmaland, una hermosa nación floreciente rica en diversas cosas, cultura, lenguas, gastronomía, historia, y un sin fin de oportunidades para cada persona, no podía esperar para que sea hora de las elecciones, directamente fui a darme un baño de agua fría para despertar completamente, no quería que nada fallará esté día en particular aunque ya tuviera la victoria asegurada, debía cuidarme de cualquier inconveniente, de los tres candidatos en mi contra solamente me pude deshacer de dos con ayuda de vegetta, a un chico llamado Drako lamentablemente fue aplastado por una roca mientras iba de paseo junto con su pareja a las montañas, el otro candidato Cerdus Gil, había fallecido en un aparatoso accidente ya hace unas semanas atrás, solamente quedaba un candidato llamado spreen, pero se iba a retirar esté mismo día, así podría asegurar la vida de su pareja Juan creó que a si se llamaba.

Se había puesto ropa un poco informal, iría al hospital a ver a Quackity, pues le habían llamado para notificarle que aún no despertaba, así que aveces pasaba por su habitación antes de ir a la de rubius y vegetta, las elecciones debieron haber Sido hace semanas atrás, pero desafortunadamente fueron atrasadas por el mal clima. No le gustaba mucho ir a ver a sus amigos ya que siempre lo recibía un rubius furioso, o un vegetta con cara de quererlo asesinar. Así que luego de aquellos recuerdos emprendió caminó para ir directamente al hospital, en su momento traía un ramo de flores que había comprado antes de llegar, había conducido en un clima deplorable estaba lloviendo a cántaros, las gotas chocaban contra el vidrio mientras el hombre conducía, por unos instantes por su mente llegó el recuerdo de el y Quackity, cuando salieron a cenar por primera vez, recuerda que ese día comenzó a llover, aun recuerda la cara atenta de Quackity, Observando fijamente las gotas de lluvia en el vidrio.

Había llegado por fin al hospital, estaciono su convertible, para salir de ahí con las flores en mano. Primero iría a la habitación de Quackity luego a la de rubius y vegetta, no tenía muchas prisas las elecciones eran hasta las 5, y apenas son las 12 de la tarde, así que mucho problema no debe haber.

Pasó por los pasillos hasta que llegó a terapia intensiva, Observó al joven de cabellos azabeches recostado en la cama,con todos esos cables conectados dando señales de que aún vivía, ya quería tener el poder de presidente, sabía perfectamente que al tenerlo podría hacer lo que quisiera sin que alguien le dijera que no, excepto una persona podía decirle que no, que ahora estaba enfrente de el luchando entré la vida y la muerte, no podía quedarse todo el rato observando al chico, aún tenía que ir a ver a sus otros amigos esperando que le iban a decir.

Antes de dejar al joven, entró con cuidado para dejar las flores, observó al chico en aquella camilla, para dejarle un beso en la frente y acomodar sus cabellos rebeldes, su corazón latía con fuerza, pero a la vez la tristeza de apoderaba de el, ver a la persona que amas en ese estado no es fácil. Quería resignarse pero no podía hacerlo, ver aquellos moretones en su piel, los rasguños, vendas cubriendo su delicado cuerpo, inconscientemente pasó la yema de sus dedos por una que otra herida, mientras se repetía a si mismo que era un inútil, estúpido, sóla se despreciaba a si mismo como si hubiera sido el culpable de que el estuviera en ese estado, quería llorar pero ya lo había echó muchas veces, muchas noches atrás lloró, bebió, hasta tener resacas. Aquél rostro tan serenó mientras estaba durmiendo, decían que a lo mejor despertaba ese mismo día o pasado mañana, lo importante era que despertará para ver su evolución, se fijó en su piel la cuál, antes brillaba cómo los rayos de sol , ahora mismo estaba siendo opacado ese brillo se veía tan gris y enferma que podía jurar que era otra persona, su cabello largo e maltratado, sin darse cuenta ya se encontraba arrodillado aún lado de la camilla sosteniendo la mano de aquél chico, una sonrisa triste estaba en sus labios, mientras con su pulgar acariciaba su dorso.

Lᴏs sᴇᴄʀᴇᴛᴏs ᴅᴇʟ ᴄᴀsɪɴᴏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora