Cap 9. ¿Decisiones acertadas?

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Madre mía. Vayas por dónde vayas en la corte no se habla de otra cosa. Los rumores inundan todas las casas, todas las salas y mis oídos constantemente. Los que más se oyen versan sobre la partida de Rhaenyra a Rocadragón junto a Laenor. ¿De verdad piensa irse y no va a decirme nada? Ayer mi padre me dijo que qué pensaba que iba a ser de mi. Mi cometido en la corte era ser la dama de compañía de Rhaenyra, estudiar con ella, servirle de apoyo y ofrecerle mi amistad. Mi padre me insistió fervientemente en qué voy a hacer. Cual va a ser mi futuro si ella se marcha. Ya junto a Laenor no tendrías sentido mi compañía. Ahora el cometido de Laenor era estar junto a su esposa. Enseñarla e instruirla en el arte del matrimonio. Él nunca había estado casado así que ya me dirás tú que le va a enseñar si no tiene ni idea del amor.

Llevo pensando en mi futuro varios días, es una idea que casi no me deja dormir.

Mi padre fue claro por primera vez.

- Debes casarte con el Rey. Si algún día yo no soy la mano, no viviremos en kinglanding y no optaremos a todas las comodidades de la corte. La vida en El Faro no goza de las mismas comodidades que aquí, ya sabes que la vida en el puerto de Antigua es mas tosca y sobria. Aquí serías la reina de poniente.

No sé porqué creo que mi padre intentaba manipularme, conducirme hacia lo que el quería para poder subrayar su nombre en la historia. El apellido Hightower sonaría en el mundo entero y sería la única forma de ser recordados en la historia. La mano que llevo a su hija al trono. Sin duda sería algo memorable.

He de admitir que la idea me atrae pero por otros motivos. El miedo que me asecha cada noche cuando me quedo en mi habitación a solas podría evadirse con esta "solución". Temo no ver más a Rhaenyra. Temo no poder admirar su tez blanca, su cabello plateado. Temo tantas cosas que quizas... solo quizás, puedan solventarse siendo familia para siempre. En el amor no tengo ninguna posibilidad pero quizás de esta forma puedo mantenerla como familia para siempre.

Viserys no es mal hombre, me trata con respeto, es educado, inteligente y noble. No puede ser tan horrible ser su mujer, ¿No?.

Decidí tomar un paseo por los alrrededores de la corte. Necesitaba aire fresco y pensar con claridad. Mientras caminaba por el pequeño jardín podía divisar las colinas y podía ver a Caraxes a lo lejos. Daemon, que desde mi distancia era un ser diminuto daba ordenes a la bestia.

Caraxes era muy diferente a Syrax. Syrax me infundaba respeto pero Caraxes me daba miedo. Era rojo intenso como el fuego, su cuello estaba repleto de escamas. Era un dragón fino y con una mirada penetrante. Continué mi paseo por las laderas de la corte. Las nubes tapaban el cielo de Poniente, hacía un día oscuro y feo. Como todos los pensamientos que rondaban mi mente en esos momentos.

Unas alas rompieron el silencio que inundaba la zona. Pude divisar a Caraxes a lo lejos volando hacía mi. Me asusté muchisimo. Conseguí divisar a Daemon como jinete y pensé, ¿No va a devorarme verdad? Si Daemon lo cabalgaba no debería hacerme nada malo. El dragón cada vez estaba más cerca de mi cara. Cada vez sentía más el batir de sus alas. Hasta que con fuerza aterrizó justo frente a mi. La cabeza de dragón se fue acercando hacia mi cara. Tosió y una ráfaga de aire se posó sobre mi rostro, casi me despeina.

Daemon fue descendiendo de la silla de montar mientras no quitaba la mirada de mis ojos. Me sentía realmente intimidada.

- Supongo que no tienes ni idea de que vamos a hablar ahora. ¿Verdad? - el príncipe arqueo una ceja.

Su cabello era plateado, sus ojos color violeta y su talante increible. Era guapísimo. Y a la vez que guapo, temible. Pero que idea voy a tener yo... Si jamas hemos intercambiado palabra...

- Te he estado observando.

- No sé en que podía serle de ayuda mi principe... - dije mirando hacia el suelo.

- ¿Qué piensas del matrimonio de Rhaenyra con Laenor?

- Una pareja estupenda mi principe. El futuro del reino. Una alianza favorecedora.

La cara de Caraxes cada vez estaba más cerca de la mía. Pensé que me iba a cagar del miedo. Literal. Que miedo y que horror. El dragón, y la cagada también, la verdad.

Caraxe abrió la boca y emitió un rugido. Pareciera que estaba condensando en su garganta todo el fuego que yacía en su interior. Hasta me pareció ver alguna chispa salir entre sus dientes.

- GGGGGRRRRRRRRRRR...

El viento en mi rostro está vez fue mucho mayor.

- Como os iba diciendo. ¿Que piensa de ese matrimonio señorita Alicent?- volvió a repetir Daemon. Le sugiero contestar con honestidad, a Caraxes no le gusta que le mientan. - Afirmó el principe.

- Esta bien... LO ODIO, ODIO ESE MATRIMONIO. - dije casi con lagrimas en los ojos. Mi mirada se desvió al dragón. - ¿ESTÁS CONTENTO AHORA?

- ¿Y porqué odia ese matrimonio, a caso querría usted estar en posición de Rhaenyra y casarse con el señor Laenor? - se rió.

- Imbecil...

- ¿Perdón? - Daemon dió un paso pequeño pero firme.

- No deseo estar en el lugar de nadie.

- Entonces no quieres a mi sobrina. ¿No es así?

Me quedé de piedra. Me sentí como una de esas esculturas de las criptas de invernalia en las que nadie puede moverse ya porque el tiempo te ha convertido en pura roca. Pues asi...

- Claro que la quiero.

- Soy tipo observador. Amas a Rhaenyra. Llevais una semana sin hablaros. Mi sobrina no es la misma y si tanto la amas deberías hablar con ella. Su matrimonio con Laenor aún tiene muchos terminos que cerrar. No voy a permitir el sufrimiento de Rhaenyra. ¿Lo comprendes?

- No sé de que me hablas señor.

- Puedes hacerte la loca, la inocente. Puedes ser poco honesta y cobarde con tu palabra. El. - dijo señalando al dragón. - no va a permitir ningúna falta de respeto. Su furia es bien conocida en el reino. Lo que yo siento, también lo siente él. Aunque creo que no necesitas que te lo recuerde.

Había sido testigo de varias batallas en las que Daemon había salido triunfador. Unas gracias a su astucia con la espada. Otras gracias a Caraxes y creo que las que más miedo y respeto me infundaron, fueron las segundas.

El principe de pelo plateado subió a su dragón y emprendió de nuevo el vuelo perdiendote entre las nubes de Poniente. Pude respirar de nuevo, por un momento pensé que iba a ser devorada. Odio a esa bestia. Odio a Laenor y odio que el principe Daemon sea tan observador. ¿Que ha querido decirme con todo esto?

¿Quiere a caso que sea el amor de Rhaenyra o quiere que la princesa no sufra y yo tolere y apruebe ese matrimonio? ¿Qué debo hacer exatamente y porque nadie nunca piensa en mi?

Di la verdad. Haz esto, haz lo otro. Cásate con el rey. Hablale a Rhaenyra de tus sentimientos.

¿Y yo?

¿Va a pensar alguien en mi en algun momento?

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Vengo para daros las gracias infinitas! Hemos llegado a 1K de visualizaciones. Como siempre os he dicho anteriormente... es mucho más de lo que esperaba. Estoy super agradecida. Si alguien consigue distraerse o evadirse un rato con las cosas que escribo... aunque sean son un par de personas, seré la chica más feliz del mundo.

En esta novela tengo muchos menos comentarios que en la anterior y aunque no pasa nada, me gustaría que me escribierais si os va gustando o si queréis más. Me sería de gran ayuda. Así que espero al menos unos 5-10 comentarios para poder continuar!

Gracias una vez más por todo y...

Sed buenxs!

Conquistando al dragón || RHAENYRA x ALICENT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora