Cap 12. ¿Buenas nuevas?

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- Señores y señoras de los siete reinos. - Alzo la voz mi padre. - Estoy enormemente agradecido y emocionado por la lealtad a la casa Targaryen. Los tiempos están cambiando. Rhaenyra es una mujer astuta, fiera, valiente e inteligente. - Se empezarón a oir las alas de Syrax revolotear al otro lado de las grandes ventanas, pareciera que el dragón estaba escuchando atentamente a Viserys. - Y como ya sabeis cuenta con un dragón capaz de surcar los siete reinos.

- Permiteme que le interrumpa, mi rey. - tomo la palabra Laenor. - Son dos los dragones que se postran a los pies de nuestra heredera. - dijo mientras su mirada se diriga a Bruma, al cual podiamos divisarlo en una colina tras los ventanales.

Bruma no era tan conocido porque no se había dejado ver en exceso por Kinglanding. El dragon gris lleno de escamas de perlas había pasado casi toda su corta vida en Marcaderiva y a diferencia de Syrax, que nunca había presenciado guerra o combate, Bruma había ganado varias batallas en los peldaños.

Viserys sonrió a Laenor y agradeció con la mirada el noble gesto de ofrecer algo tan importante como un dragon a la casa Targaryen y delante de todas las nobles familias. Estoy segura que el hecho de que la familia Targaryen tuviese dragones era algo que ayudaba en exceso a mantener el respeto del reino.

- Las noticias no acaban aquí. - se aclaró la voz. - No tengo intención ninguna de abdicar. No esta en mis planes empezar una vida retirada del trono, pero si me gustaría ir encontrando mi lugar mientras instruyo a mi hija en el arte de dominar la paz.

La muchedumbre se miraba entre sí, creo que no entendían bien que quería decir mi padre. Yo tampoco lo entendía. No sé a dónde quería llegar.

- Mientras ayudo a que Rahenyra sea una mujer fuerte y valida, más aún. Quiero encontrar algo que tanto tiempo llevo buscando y algo que se fue el día que se fue Aema. El amor. Es por eso que he decidido casarme de nuevo.

El pueblo empezó a murmurar, el bullicio empezó a apoderarse del silencio que reinaba en la sala. ¿Casarse? No es que me pareciese mal. El reinado siempre es política pero... ¿Qué casa era del interes de mi padre, que no fuese Marcaderiva? Mire a Laenor extrañada y el me devolvió la mirada mientras se acercaba a mi oído.

- ¿Sabes con quien se va a casar? - me preguntó extrañado.

Nege con la cabeza. Estaba expectante.

- Calma, calma. - Pidió mi padre. - Se que es una importante noticia. Pero quiero que sepáis que no me caso por tierras, no me caso por poder ni si quiera me caso por una alianza politica. Me caso por amor. - sentenció. Mi padre cogió aire, suspiro y me miro. Antes de comenzar a hablar me sonrió con esperanza. Supongo que buscaba mi aprobación. - Me complace y me llena de orgullo pediros un fuerte aplauso para mi futura esposa. La reina de todo poniente.

La sala entera se puso de pie. El gran porton que se encontraba frente al trono se abrió. Las cornetas empezaron a sonar y ella, la elegida, comenzó a caminar por la alfombra roja que se encontraba colocada expresamente para la ocasión. No conseguía ver de quien se trataba. Había demasiadas cabezas que me obstruían el campo de visión. Laenor, que es más alto que yo, parecía que ya sabía de quien se trataba.

Me cogió de la mano y me apreto fuerte.

"Sonrie, mucho."

Me susurró mi futuro marido al oído.

Y de repente, a una distancia media, pude verla, supe quien era.

El mundo entero se me paro. Me encontraba inmovil en mitad de una sala que para mi se quedo vacía y en silencio. Perdí la noción del tiempo, del espacio, de todo. Tan solo sentía la mano de Laenor apretando fuerte contra si mismo.

Me faltaba el aire. Buscaba su mirada, necesitaba que me mirase a los ojos. Ella caminaba con la cabeza alta en dirección a mi padre mientras sorteaba a su paso a todas las grandes casas. Muchas de ellas se inclinaban a su paso.

Quería llorar, gritar, volar, quería matar a alguien y no sabía exactamente a quien. Estaba rota de dolor. La chica que quería, de la cual me había enamorado... Había decidido casarse con mi padre. ¿De que cuento macabro habían sacado esta historia? ¿Por qué la vida me había arrebatado a mi madre y ahora de golpe y porrazo me había dejado sin Alicent o sin mi padre?

No quería ser testigo de aquello y me giré para marcharme. Laenor me lo impidió. Su mano me agarro con fuerza y me obligo a quedarme allí postrada. Putas apariencias. Ser reina va a ser duro.

Alicent se posó al lado de mi padre y ambos se cogieron de la mano. Mi padre sonrió y yo sentí como si alguien me arrancase todas las visceras una a una.

No llores Rhaenyra. No llores. Aguanta.

GGGGGGRRRRRRRRRRRRR.

Los ventanales empezaron a temblar. Otto reía a lo lejos.

Todos los presentes se empezaron a asustar.

GGGGGGGGGRRRRRRRRRR.

Syrax gritaba y rugia con ansia a traves de la ventana, su mirada se diria hacía Alicent. La cual parecia temblar del miedo.

AAAAARGGG FFFFFFFFFFBFFFFFFFFF.

La dragona comenzo a escupir fuero contra las ventanas, las cuales gracias a los siete, estaban hechas a prueba de fuego valirio.

Bruma voló desde la colina a su lado y poso sus alas sobre Syrax, el dragon intentaba calmarlo.

- Se que quieres huir, pero en breve, estaremos a solas. - Laenor se dió cuenta que Alicent habia dirigido su mirada hacia mi. Anidó mis mejillas entre sus manos y me dejó un beso inocente en los labios. - En un rato estaremos a solas y podras llorar todo cuanto quieras, aguanta.

Una vez mas. Sentí que moría.

GGGGGGRRRR FFFFFBFFFFFF.

Conquistando al dragón || RHAENYRA x ALICENT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora