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—¡Agust!
El rubio platino ni si quiera se detuvo al escuchar ser nombrado por su hermano en cuanto llegaron a su casa.
—¡Agust! ¿Qué mierda pasó?
Agust subía escaleras arriba sin intención alguna de detenerse a hablar.
—Traes el aroma de...
—Lo siento se que no debía, p-pero mi instinto pudo más que yo y... es un chico muy bonito pero, ¡Olvídalo!
—Tú celo...
—¡Si se adelantó! ¿de acuerdo? Él ni si quiera sabía que es un Omega y se presentó justo cuando yo estaba ahí y... de seguro al sentir nuestros aromas juntos le hizo presentarse. Por eso te traje o podría pasarte lo mismo. Ahora déjame iré a mi habitación.
Evidentemente molesto, ofuscado y muy confuso por lo que había pasado Agust desapareció de la vista de su hermano.
Se encerró con llave en su habitación y se tomó unos supresores para el celo para poder aguantar así no tendría la tentación de ir por ahí a buscar con quien pasar el celo. De inmediato sus pensamientos se fueron hasta aquella iglesia donde se encontraba el Omeguita. ¡No eso no era una opción! Seguro el chico ni si quiera sabía lo que significaba estar en celo.
Luego de unos minutos cuando el supresor le hizo efecto su mente estaba más relajada y pudo pensar mejor... ¡Había encontrado a su pareja Destinada! Su Omega... y lo más importante, había faltado a la promesa que una vez hizo con su hermano de no buscar a su Destinada o Destinado.
Pero al recordar al pequeño y frágil omega de cabellos rubios y ojitos miel algo se removía en su interior, su parte lobuna se volvía loco e inquieto y le dolía el corazón cuando recordaba que ese pequeño Omeguita estaba solo posiblemente ya que lo habían abandonado, sólo por ser diferente.
"ERES UN HUMANO TONTO"
—Ya lo sé... es solo que tengo miedo.
"¿Miedo de un pequeño omega?"
—No, miedo de mí.
Se levantó molesto, y al parecer su lobo también lo estaba porque se echó en un rincón y de ahí ya no se movió. Agust prefirió darse una ducha eso ayudaría para apaciguar su inquieto ser en esos momentos.
Yoongi por su parte llamaba con insistencia a Suran, debió de estar molesta pues no le contestaba y no era para menos pues la habían abandonado en la iglesia.
Aun tenia fresco aquel electrizante aroma que pudo percibir a lo lejos además de que Agust estaba totalmente impregnado en él.
Sé metió a su oficina que tenían en casa y comenzó a revolver papeles y más papeles con la intención de ocupar su mente en otra cosa y no pensar en lo que acababa de pasar. ¿De tantos lugares en el mundo debía encontrar de nuevo a ese omega en la iglesia donde iba a casarse?
El mundo era pequeño definitivamente, pues nunca espero encontrar de nuevo a su omega destinado y menos en que eso le traería problemas. Su vida perfectamente arreglada se podía arruinar por eso.
¿Qué iba a hacer? Mudarse, sí eso era, podía casarse y luego mudarse lejos con Suran así probablemente no volvería a ver o a encontrarse con él, pero mudarse también implicaba dejar a Agust sólo.
Tenían pensado vivir cerca luego de que Yoongi y Suran se casaran pero viendo como estaban las cosas.
Cerca de las siete de la noche Nana sirvió la cena pero Agust no bajó a comer, eso preocupó a su hermano quien entonces tomó una charola con comida y subió. Tocó suavemente la puerta varias veces y estuvo a punto de retirarse cuando el cerrojo fue quitado. Solamente al acercarse un poco pudo percibir en el ambiente el humor que las feromonas de Agust desprendían y eso dejaba notar que se encontraba molesto y notoriamente triste pues su olor lo delataba por mucho.
—¿Agust? No has bajado a comer nada, te traje esto. —Dejó la charola en la mesita cerca de la cama.
—No tengo hambre gracias.
Yoongi no tuvo más remedio que acercarse y sentarse a la orilla de la cama. Ellos siempre habían sido dos hermanos muy unidos y cuando uno estaba mal significaba que el otro debía ser el doble de fuerte para poder apoyarle y transmitirle bienestar.
—¿Vas a contarme que pasa? —Cuestionó de manera suave para que no se negara. —¿Qué sucede?
Agust se sumió un momento en un mutismo corto tratando de decidir si debía exteriorizar sus emociones con su hermano. Nunca se habían ocultado nada, siempre solían ser cómplices de sus propias vivencias pero esto iba más allá y es qué...
—En primera... falté a nuestro acuerdo, no debía tratar de conocer a nuestro destinado, y segundo, creo que mi lobo desea mucho estar con él.
Yoongi suspiró, lo que atormentaba a su hermano también lo atormentaba a él en silencio sólo que a diferencia de Agust, él no quería saber nada de ese omega.
—¿Tu lobo o tú?
—Ambos, él porque es su pareja y yo porque mi instinto ďe protección sale cuando pienso en él.
—Puedes controlarlo yo se que sí, trata de ser fuerte. Estuve pensando en que... voy a mudarme lejos de aquí para evitar de nuevo que ese omega entre a nuestras vidas.
Las palabras hicieron reaccionar a Agust quién de inmediato se sentó en su cama mirando a su hermano como si fuera la primera vez que lo veía.
—¿Vas a dejarme? —Yoongi pudo percibir un deje de reproche en la voz de su hermano.
—No, yo... pensaba que te mudes con nosotros.
Agust soltó una risita sin querer, era obvio que eso no era si quiera una opción.
—¿De casualidad no quieres que también me case con Suran? Estas loco Yoongi, tu harás una familia, un matrimonio, ¿Cómo pretendes que me vaya contigo y Suran? Serán un matrimonio que va a necesitar su espacio y privacidad. Es una mala idea definitivamente.
—¿Entonces que harás? No quieres que vaya lejos y tampoco quieres irte conmigo, yo necesito alejarme. Este Omega solo trae problemas a nuestras vidas, quizá lo sabe y trata de arruinarnos.
Agust arrugó la frente, se levantó visiblemente molesto con la actitud de Yoongi.
—¿Qué te pasa ahora? —Gruñó Yoongi.
—No, es solo que no quiero escuchar como hablas así de él.
—¿Pero qué...
—¡Ni si quiera lo conoces Yoon no puedes decir que solo trata de arruinar nuestras vidas, él ni si quiera sabe que significa el que lo hayamos encontrado!
OK la situación era grave porque Agust nunca solía discutir así con su hermano.
—Agust espera... ¡Agust!
Pero el rubio ya había bajado las escalinatas de la casa con la llaves de su auto y había encendido el motor haciendo caso omiso a los llamados de su hermano.
Necesitaba despejarse y beber algo fuerte, quizá no estaba pensando con claridad con la mente sobria.
