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Minnie corría con su globo por el gran parque de diversiones y Agust sonreía mientras sostenía al papá pez y seguía a su Omega. Parecía que se estaba divirtiendo mucho.
—Minnie ya es momento de irnos pequeño, ven aquí.
El omega asintió y comenzó a caminar hacia su Alfa, para ir al estacionamiento por el auto. El Rubio platinado le tendió una mano para caminar juntos.
—¿Te has divertido hoy mi Algodóncito? —Le preguntó mirando a ambos lados antes de cruzar la calle.
—Si, Minnie muy feliz. —Sonrió el omega.
—Que bueno Amorcito, iremos a la oficina por Yoon ahora y después volveremos a casa a dejar a papá pez. ¿Está bien?
El omega asintió jugando con su globo. Ni Agust ni Minnie se percataron que había un hombre vigilandolos de cerca. Agust seguramente se habría dado cuenta y habría hecho algo par evitar el desastre que se avecinaba. Pero la vida tenía otros planes.
Una llamada telefónica y un globo fugitivo.
—Vamos cariño crucemos la calle. —Minnie le dio la mano a su Alfa y al estar ya cerca del automóvil una llamada entró en el celular de Agust.
No iba a contestar pues estaba con Minnie, pero la llamaba sonaba insistente así que saco su teléfono y miró, era el Señor Kang el CEO importante que acababa de venderles un gran edificio el cual ellos iban a convertir en un centro comercial y lo iban a poner en funcionamiento estaba en un buen lugar, un punto estratégico para llamar la atención de las personas, era una inversión que valía mucho la pena y les dejaría millones. Así que tenía que contestar.
—Bebé espera un momento Amorcito debo tomar esta llamada. No te muevas de aquí cielo.
Minnie asintió y Agust contestó sin soltar a Minnie de la mano.
—Si, Minnie espera.
—¿Hola, señor Kang?
El globo de Minnie se desprendió de su mano y salió volando alto en el aire.
—Oh no globito malo, ven aquí.
El omega se soltó de la mano de Agust para ir tras el globo, corrió un poquito detrás de los autos y luego sonrió, un señor lo había logrado atrapar.
Se acercó al señor y le sonrió, no olía a nada era un beta pero parecía muy amable porque le devolvio la sonria a Minnie.
Más allá Agust aún hablaba por el teléfono.
—Hola, ¿Es tuyo esto?
Minnie dudó un poco antes de responder.
—Mmm si, globito malo alejarse mucho. —Dijo estirando su manita para que le diera su globo.
