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Minnie saltaba de un lado para el otro emocionado mirando de vitrina en vitrina cada cosa que llamaba su atención mientras los dos Alfas caminaban atrás de él sonrientes.
Jimin parecía el hijo feliz de una pareja de esposos y algunos que pasaban cerca de ellos les veian con curiosidad pero para ninguno de los tres era algo de cuidado.
Entonces Minnie vio a lo lejos algo que llamó totalmente su atención, era un almacén de lindos peluchitos en donde entrabas, pagabas y elegías como hacer tu propio peluche. El rubiecito abrió los ojos emocionado al ver como habían niños adentro creando sus peluches.
—¿Minnie quiere uno de esos? —Preguntó Agust señalando hacia adentro.
—¡Minnie puede? —Preguntó con duda, de seguro eso era caro y no quería hacer gastar a sus Alfitas por cosas como esas, quizá no era necesario si quiera hacerlo y mejor pedir uno ya hecho que seria más barato.
Yoongi acercó a Minnie hacia él y le tomó de su carita con ambas manos para que lo mirase a los ojos.
—Minnie puede, todo lo que Minnie quiera. —Susurró dejando un suave besito sobre la nariz del rubiecito.
Minnie saltó de la emoción y entró corriendo seguido de ambos alfas.
—Buenos días ¿Quieren hacer su propio peluche? —Una amable Omega rubia los recibió mostrando un catálogo que llevaba en sus manos y Yoongi lo tomó para mostrárselo a Minnie.
—Buenos días. —Saludó de vuelta.
—Minnie ven aquí cielo mira, ¿Te gustan estos? —Agust señaló los que habían en el catálogo.
Jimin se puso a un lado para ver bien, había variedad, osos, ardillas, conejos, pandas, koalas, todos muy bonitos y podía hacerlo del color que gustara. Pero uno en especial llamó la atención del rubio. Uno de lobo.
—Minnie quiere lobito. —Dijo.
La omega miró a Jimin y sonrió, le parecía muy tierno.
—Puedes hacerlo del tamaño que desees. —Aseguró la omega mostrando en el catálogo los tamaños que habían.
Minnie quería el más grande, pero sabia que no podía se conformaría con uno más pequeño.
—Este. —Dijo señalando el más pequeño.
Yoongi arrugó la frente y se volteó para verlo a los ojitos.
—Minnie bebé, tú pide el que desees no te fijes en sí es caro o no. —Dijo hablando suavemente a Jimin.
El rubiecito estaba muy apenado.
—Es... es que a Minnie nunca le compraron cosas caras, Minnie apenado. —Murmuró.
