El bello Minnie había pasado una tarde maravillosa con sus Alfas en la heladería donde disfrutó de un helado extra grande de chocolate con galletas.Sentía que jamás en su vida había sido tan feliz mientras se dejaba consentir por sus dos Alfas.
Minnie no lo sabía o no lo entendía aún, pero había pasado hambres miserables, soledad infinita, dolores devastadores y situaciones malas toda su vida que el destino ahora lo premiaba al doble, doble dosis de cariños, dobles atenciones, dobles mimos y besitos, doble felicidad. Era algo hermoso que no acababa de comprender que la vida le estaba compensando al doble por todo aquello malo que había vivido antes.
Luego de ello habían vuelto a casa, ya no tenían más trabajo por hacer y si había algo lo podían gestionar desde casa, esa era la ventaja de tener una empresa propia.
Ahora los dos Alfas y su omega estaban recostados en el sillón favorito de los hermanos mirando una película con su adorable omega quien veía embelesado Frozen que al parecer también era la favorita de los Hermanos.
—¿Por que no dio beso? —Cuestionó cuando el príncipe se había negado a darle el beso de amor a la princesa.
Se sentía enfadado y traicionado por la situación aunque fuese una simple película de animación.
—Porque no la ama Minnie bebé. —Contestó Agust quién estaba despierto porque al parecer Yoongi tenía sus ojos cerrados para simplemente descansar o se había quedado dormido, no sabía bien.
—¿Galletita ama a Minnie?
Agust se incorporó un poco y quedó de frente junto al menor tan cerquita de su rostro angelical que podía contar bien las pecas y lunares de su bello omega. Era tan hermoso que no se cansaba de verlo.
—Si Minnie, te amo mucho bebé eres mi pedacito de cielo.
Minnie sonrió, si su Alfa lo amaba entonces le iba a dar un beso ¿cierto?
—¿Besito a Minnie? —Preguntó mirando con interés a su Alfa.
Agust no era quién para negarle aquello que su precioso omega pedía así que tomó a Minnie de la cintura y lo acomodó sobre su regazo para quedar frente a frente y se acercó lentamente hasta cerrar el espacio entre ambos; Minnie había aprendido que debía cerrar los ojos cuando los labios de sus Alfas tocaban los suyos porque así podía percibir más esa desbordante sensación que el beso le provocaba.
Los labios de sus Alfas eran muy suaves y sus lenguas bastante juguetonas, aprendió también que al abrir la boca podía dejar entrar la lengua de sus alfas y también él podía sacar la suya y hacer lo mismo, jugar con ella para hacer cosquillas a sus Alfitas también.
Agust decidió hacer ese beso más profundo cuando vio que Minnie tomaba más la práctica y dejaba salir su escurridiza lengua para jugar con la suya. El pequeño cuerpito de Minnie sobre el suyo era un pecado que no quería cometer, o al menos no sin el permiso de Minnie pero como sus manos ardían por hacerlo Preguntó.
—¿Puedo tocarte bebé? —Dijo al cortar un momento ese beso.
Minnie con su respiración algo descontrolada asintió. Le gustaba mucho lo que sentía con cada beso y también le parecía interesante como las manos de su Alfa Gus tocaban su piel encima de su ropa.
Agust decidió que acariciar sobre su ropa era una manera de acostumbrar a su Omega a ese acto. Rompió el beso sin soltar a Minnie para poder verlo al rostro, y el sonrojo de Minnie y sus ojos cerrados le indicaron que le gustaba.
—Más por favor. —Pidió sin abrir sus ojitos.
El peli plateado se arriesgó un poco más y besó con más intensidad a su Omega succionando lento sus abultados labios y mordiendo delicadamente despacio para no asustarlo pero eso no pareció hacerlo porque Minnie jadeo de gusto y aceptación y nuevamente volvió a cortar ese beso, no debía apresurarse más bien debía ayudar a Minnie a tomar un buen ritmo.
Y al parecer funcionaba muy bien ya que Minnie después de recuperar una vez más el aliento fue él quien se acercó de nuevo.
—¿Quieres más mi bebé?
Minnie asintió por toda respuesta acercándo más su rostro, esos besitos le encantaban, movían algo dentro de él que lo hacía querer más y más cada vez y el Alfa se sorprendía al ver la rapidez con la que Minnie aprendía cada cosa.
Los pequeños besitos se fueron transformando de a poco en besos más largos y juguetones que ahora hacían un ruidito curioso de succion que iba llenando de a poco la sala de entretenimiento.
Yoongi no dormía, por supuesto que escuchaba todo aquello que lo hacía desear ser él quien estuviese besando al lindo omega pero no iba a negar que escuchar esos besos que de inocentes pasaban a ser más intensos le estaba gustando. Su lobo gruñó molesto exigiéndole que se uniera al asicalamiento de su omega. ¿Por qué no hacerlo también?
Se enderezó en el sofá donde Agust estaba recostado con Minnie sobre él y se colocó justo detrás para posar sus grandes manos en la pequeña y moldeada cintura del Omega y acercar su boca al cuello del rubiecito.
Minnie sintió de nuevo aquellas maripositas revolotear por su interior cuando los ávidos labios de su Alfa se pasearon por su cuello, le gustó mucho que hizo su cabeza ligeramente hacia un lado dándole así más acceso al Alfa detrás de él.
Agust le había dejado de besar para pasar a ser parte espectador ahora, con sus ojos grises más oscuros por el calor del momento, miraba como Minnie con sus ojos cerrados echaba su cabeza hacia un lado para sentir más besos de Yoongi.
¡Le gustaba! A su pequeño Minnie le gustaba aquello.
Cuando Yoongi dejó de hacerlo el pequeño Minnie hizo un puchero.
—Más, alfita por favor, Minnie quiere más de esos mimos. —Pidió con su voz más ronca de lo que era debido a que estaba excitado.
Los dos Alfas al mismo tiempo repasaron el cuello del menor uno del lado derecho y el otro del lado izquierdo, dejando huellas húmedas ahí, el olor que Minnie desprendía dejaba en evidencia su excitacion y eso los volvía locos.
—Ahhh Minnie tiene algo duro en sus pantalones. —Murmuró a penas con su respiración agitada y sus mejillas rojas y calientes.
Y no era el único que tenia algo duro entre los pantalones.
Esa fue la señal para ambos alfas de detenerse, sabían que debían ir de a poco para no dañar a su dulce Omeguita.
Pero se les ocurrió una idea mejor.
Yoongi se sentó al lado de Agust y luego ambos se acercaron a Minnie para unir así sus labios con los de él, en un llamado "beso de tres" donde ambos alfas pasaban su saliva con la de Minnie trabajando los tres con un mismo ritmo.
Las dos lenguas jugaban con la tímida y escurridiza lengua de Minnie quien con gusto reciba aquel beso doble por parte de sus alfas.
Yoongi Jamás se imaginó que haría tal cosa, sentír la saliva de su propio hermano... para cualquier Alfa seria denigrante ser besado por otro Alfa pero para ellos no, así los había puesto el destino y así se dejaban guiar ellos por el mismo. Al fin y al cabo había una sola cosita que los podía unir así... y esa cosita era Minnie.
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Y aquí el tan esperado beso de tres... 🤭
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•°.❀𝐄𝐥 𝐛𝐞𝐛é 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐟𝐚𝐬 𝐌𝐢𝐧❀.°• |𝐘𝐌| 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞
Fanfiction𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐉𝐢𝐦𝐢𝐧 𝐮𝐧 𝐣𝐨𝐯𝐞𝐧 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐟𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚ñ𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢ó𝐧 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐝𝐚 𝐈𝐧𝐟𝐚𝐧𝐭𝐢𝐥𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐚𝐳𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬...