Canción del Corazón

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Y allí estaba nuestros protagonistas Rivera y Hamada, el orgullo de un mexicano vs el orgullo de un japo-americano, sin duda esta situación iba para largo y es que también llevaban encerrados ¿cuánto? ¿más de una hora? y solo estaban sentados en la cama de Hiro cada quien en un lado dándose la espalda mutuamente sin decir nada solo esperando a que el otro tomara la iniciativa de disculparse primero pero repito, esto iba para largo si ninguno daba su brazo a torcer como en los últimos días.

Hiro miraba su celular para revisar algunas cosas como su agenda y algunas tareas para matar el tiempo esperando a que finalmente los sacaran de allí y Miguel hacía lo mismo (por imitarlo más que nada) ni siquiera sabía que estaba mirando exactamente solo se metió a la primera aplicación que se le atravesó y gracias a eso ahora estaba viendo videos de "chaneques captados en cámara 100% real, NO fake" al menos eso era menos aburrido que simplemente contemplar el silencio entre los dos. 

Luego de un rato levantó la mirada hacía el shoji que separaba la habitación de Hiro, recordó un poco como casi nunca había necesidad de cerrarlo ya que a Hiro le agradaba sentirse cercas de Tadashi pero entendía porque ahora prefería mantenerlo cerrado.

Por pura curiosidad solo se puso a olfatear un poco, a pesar del tiempo al parecer todo aún parecía estar como si nada hubiera pasado allí seguramente Hiro se había esmerado en mantener ese lugar tal y como lo dejaron. Por el sonido que hacía al olfatear le llamó la atención a Hiro.

- ¿Qué rayos haces?

- Miguel no volteó, aún quería mantener su orgullo pero le contestaría de todos modos porque no era ningún mal educado - solo olfateo. . .No es algo que te interese

- Ni siquiera estaba interesado - intentó ignorarlo pero la curiosidad pudo más -. . .¿y que estás olfateando?

- dudo en decirle pero era mejor intentar hacerle platica que morir de aburrimiento por una hora más - es.  . .curioso que cercas de allí todavía se queda el aroma de Tadashi. . .últimamente llegaba oliendo a vinilo, metal, y de vez en cuándo como a medicinas. . . 

- Yo jamás lo noté, supongo que fue mientras construía a Baymax.

- supongo. . .jeje ¿recuerdas lo mucho que se enojaba porque le robaba las herramientas? jejeje era una locura.

Hiro solo soltó una pequeña risita en cuánto su cerebro trajo a colación aquella memoria

- Si. . .je, te enseñé donde las guardaba y como identificar cuál necesitaba de vez en cuándo.

- ¿y cuándo me persiguió por robarle una de sus piezas? jajajaja lo dejé mordiendo el polvo cuándo no pudo meterse debajo de la cama.

- Jajajajaja se quedó atorado por un buen rato.

Los dos empezaron a reír, aunque eran de vidas y mundos diferentes igual compartían anécdotas que tenían que ver con el Hamada mayor tanto buenas como malas pues no podían negar que entre los dos si llegaron a jugarle un par de bromas, las risas siguieron hasta que nuevamente se hizo un pequeño silencio entre ellos de 5 minutos a lo mucho esta vez.

- y dime. . . - habló Miguel - .  . .¿lo extrañas mucho?

- Como no tienes una idea - mencionó Hiro un tanto melancólico.

- . . . - decidió esta vez moverse de su lugar y sentarse a su lado - honestamente. . .también yo

Nuevamente se hizo un silencio incomodo ya que ninguno estaba tan seguro de como seguir la conversación y en el fondo querían seguir enojados con el otro aunque a la vez no sabían como sacar el tema exactamente. No fue hasta unos cuantos minutos después que esta vez fue Miguel el primero en hablar.

Lindo...¿perrito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora