Capitulo 20

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Kazutora Hanemiya.

Mientras me adentro a la habitación paro en seco al escuchar un grito ahogado. Y la veo gateando en la cama, cubriéndose el pecho con la sábana mientras se sienta.

Entre cierro los ojos, sorprendido de que está despierta. Me adentro a la habitación por completo, cierro y trabo la puerta. Sólo pretendía acostarme a su lado, acariciar su cabello y disfrutar del momento por un rato. Nuestros días juntos estaban contados.

—¿Como entraste? -susurra-

—por la puerta -me río a causa de su pregunta algo ilógica-

Ella pone los ojos en blanco, probablemente ante la estupidez de su pregunta. Dejó que mis ojos vaguen por su cuerpo, deleitándome con su pierna desnuda, y cuando vuelvo a mirar hacia arriba, veo la curva de su cadera, completamente expuesta, el costado de su torso está cubierto por las  sábanas.

Me agacho, levanto la sábana y veo que no tiene nada debajo: ni la pijama, ni ropa interior... me quita la sábana para cubrirse y un rubor rosado cruza sus mejillas.

—¿por que estas desnuda? -me enderezó y la sospecha recorrer mi piel-

No espero una respuesta, caminos hacia el armario y abro las puertas, ¿a quién diablos tiene aquí? Obviamente estaba despierta y se asustó cuando abrí la puerta.

—No hay nadie, Tora -susurra- estoy sola.

Mira alrededor de la habitación, notanto que no hay otro escondite. Excepto... me arrodillo y le levanto la colcha para mirar debajo de la cama. Nada. ¿Por qué diablos está desnuda entonces?

Me levanto, arqueó una ceja mientras ella se mueve nerviosamente. Y luego se me ocurre una idea. Tomo las sábanas de nuevo se las quito de un tirón y su gemido cae en oídos sordos cuando veo un vibrador negro. Mi pulso se acelera y siento que mi polla se hincha al instante.
Una sonrisa divertida se dibuja sobre mi rostro. Me inclino y agarro el cordón del vibrador con un dedo, levantándolo, el huevo negro cuelga en el aire.

—Estarías pensando en mi, ¿no?

—Ya quisieras, tonto. -me contesta avergonzada-

Mi pecho retumba con una risa. Dejo caer el juguete sexual, deslizo mi mano entre sus piernas y todas las dudas y el miedo de hace un minuto desaparecen mientras deslizo la punta de mi dedo en su calor húmedo.

—¿ya te corriste?

Ella me lanza otro seño fruncido, todavía mirando hacia otro lado. Apoyándome en su oído le susurro:

—¿tienes idea de lo perfecta que eres?, ¿te haz dado cuenta lo duro que me pones?

Su respiración se acelera y al fin vuelve su cara hacia mi. Paso mi mano por su coño, sobre su estómago terso y tonificado. Subo mis manos hasta sus pechos y aprieto uno de estos. Ella deja salir un gemido ahogado.

—muéstrame lo qué haces con el -ruego-

La miro y me fijo en sus ojos brillantes color violeta, los cuales están iluminados por la luz de la luna. La preocupación y el nerviosismo están escrito por todo su rostro. Deslizo mis dedos sobre sus pezones duros.

—me encantará todo lo que hagas, te lo juro. -admito-

Ella niega con la cabeza. Agarro su pecho con más fuerza y un gemido se queda atrapado en su garganta.

—Ahora -exijo-

Su cabeza se cae hacia atrás y se retuerce un poco, claramente excitada; yo gimo en su oído, mi pene está muy duro. Escucho el sonido metálico del vibrador y el control remoto, y me levanto para poder mirarla. Espero que se recueste, se meta a la pelota entre los muslos y comience a frotarse así misma, pero no lo hace.

𝐇𝐔𝐑𝐓 𝐌𝐄 [𝐊𝐀𝐙𝐔𝐓𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐀𝐍𝐄𝐌𝐈𝐘𝐀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora