Minji dejó caer la toalla blanca que cubría su cuerpo desnudo. Las duchas heladas siempre le habían servido para aclarar su mente cuando se sentía agobiada por sus propios pensamientos y este era uno de esos momentos.
Los días seguían pasando y en su cabeza retumbaban las palabras de Bora.
Todavía no se lo decía a Yoohyeon.
La primera semana había pasado volando y, mientras su relación con la chica se hacía más cercana, la que tenía con la general de las Rojas iba empeorando. Jamás pensó que eso pasaría cuando, alrededor de un mes y medio atrás había juntado a las cinco Rojas para proponerles este plan. Sus reacciones fueron negativas en un principio, pero la investigación de Minji había profundizado cada aspecto que pudiera resultar peligroso para cualquiera de ellas, todas seguían confiando ciegamente en su antigua general, así que, aunque algo temerosas, todas estuvieron de acuerdo. Incluso Bora se ofreció a ser ella misma quién le propusiera el trato a la ex Sahara.
Se dejó caer en la cama deshecha con su piel y cabello aún húmedos y se quedó observando el blanco del techo.
No podía dejar de pensar en Yoohyeon y eso le hacía mal.
Ambas habían aprovechado estos días para hacerse más cercanas la una con la otra, ya incluso tenían una rutina: cada mañana, Minji llegaba a su oficina alrededor de las 9am, por lo general encontraba a Yoohyeon esperándola en el sofá con una taza de café listo para ella. Los primeros días se le hizo extraño, pero pronto se acostumbró e incluso comenzó a llegar con bocadillos y, entre charlas, desayunaban juntas. Para las 11am Yoohyeon tomaba una ducha y esperaba a Handong que siempre llegaba puntual a las 11:30 para revisarla, sus golpes habían dejado de dolerle más o menos unos diez días después de haber llegado. Ya no tenía vendajes que le apretaran, aunque su torso seguía lleno de moratones. Minji lamentaba en secreto no poder ayudarla a colocárselos cada mañana luego de su revisión, era un poco raro para ella misma, pero solía disfrutar del roce con la piel de la otra chica y la forma en que se estremecía bajo su tacto.
—¿Qué hare contigo, Kim Yoohyeon? —pensó en voz alta, mientras levantaba y observaba, pensativa, el muñón de su brazo derecho.
Suspiró. Hacía tiempo que no sentía dolor ni molestias en su extremidad ausente, había pasado tiempo desde que superó el síndrome del miembro fantasma, pero esto aún la atormentaba y acomplejaba muchísimo. Nadie, ni siquiera las mismas Rojas, había podido verla sin su prótesis o, mejor dicho, sin su guante negro. No se sentía como ella misma desde la amputación y había perdido mucho más como consecuencia, lo sentía como el símbolo de su debilidad, de su fragilidad y no se permitía mostrárselo a nadie.
Se arregló, cambió el tazón de agua y las croquetas de Cherry y tomó sus llaves, partió camino a su oficina. Lo había decidido, esa misma noche hablaría con Yoohyeon, le explicaría que tenía que darle algo útil, aunque sabía bien que la chica jamás dejó de tener en cuenta el trato que tenía con las rojas, habían hablado al respecto y Yoohyeon siempre se había mostrado colaborativa y dispuesta a ayudar con lo que sea, incluso le había comentado que quería volver a entrenar con los reclutas de Bora y pelear en el campo de batalla como un soldado más cuando fuera el momento, pero Minji no creía que eso fuera posible, por lo menos no aún y no de esa manera.
El cielo ya estaba lleno de estrellas para cuando Minji llegó a su oficina con un par de bolsas de comida, no solía ir los fines de semana, pero ahora volver diariamente era parte de su rutina. Acompañó hasta los ascensores al guardia que custodiaba la puerta en caso de que la ex convicta que se hospedaba ahí quisiera huir y se dispuso a entrar.
—Kim Yoohyeon— llamó a la chica con voz firme, intentando sonar intimidante pero no tuvo respuesta. Minji había desarrollado un gusto particular por los sustos de la otra chica, con el poco tiempo que llevaba siendo cercana a ella casi había olvidado de quién se trataba y la culpa que sentía por no poder odiarla se fue difuminando.
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Rojo (JiYoo)
FanfictionKim Yoohyeon, ex miembro del peligroso Sahara , cumple su condena en prisión luego de haberse entregado. Un destello de esperanza resurge en ella cuando recibe una interesante propuesta: recuperaría su libertad solo si acepta trabajar codo a codo j...