24 Segundas Oportunidades

184 27 3
                                    

Era la primera mañana en mucho tiempo en la que bebía su primer café del día en total soledad, una molesta sensación de vacío se formó en su estómago cuando despertó, sola, con el sonido de la alarma. Le había costado demasiado conciliar el sueño la noche anterior, intentó de todas las maneras posibles despejar su mente, no quería pensar en SuA, no quería pensar en Sahara, en la recluta fugitiva y, especialmente, no quería pensar en Kim Yoohyeon, sin embargo —y como solía pasarle desde hacía ya algún tiempo— la chica simplemente se colaba entre sus pensamientos con la diferencia que esta vez pensarla dolía.


"No voy a dejarte"


Las palabras de Yoohyeon retumbaron en su cabeza, retumbaron como lo habían hecho toda la noche. Minji rio, dolida.

—Lo hiciste —murmuró ente dientes, contestando a la Yoohyeon de su cabeza.

Se encargó de tragarse sus lágrimas y se acomodó en el respaldo alto del sillón de cuero, suspiró mientras paseaba su mirada por el escritorio que hasta el día anterior había pertenecido a Bora y se sintió horrible, de cierta forma, sabía que no debía estar allí.

Aún no tenía claro si volvería a ser general o si solamente lo sería el tiempo necesario para que Bora se recuperara, pero, por primera vez en mucho tiempo, se sentía insegura de sí misma. Minji estaba perdida, confundida con todo lo sucedido y sin saber siquiera como actuar, era demasiado pronto para cesar sus actividades con el servicio de inteligencia, sentía que era algo muy necesario para la fuerza así que debía replantearse que hacer al respecto, quizás buscar un reemplazo sería una buena opción, pero fungir en ambos cargos no se le hacía una mala opción. Sería agotador, sí, pero no imposible.

El fuerte sonido de alguien llamando a la puerta la distrajo de su mente.

—Adelante.

La puerta cedió dejando pasar a Dami. Su piel se veía más pálida que de costumbre y sus ojos estaban algo enrojecidos, caminó dentro del despacho casi arrastrando los pies, la elegancia que la caracterizaba parecía haberse perdido en alguna parte.

—Buenos días, general —saludó con naturalidad, como si la superior ante ella fuera la misma de siempre.

—Buenos días —Minji correspondió el saludo— te ves cansada.

La mujer dejó un objeto envuelto en un paño sobre el escritorio y se acomodó en la silla, relajándose, un suspiro largo salió de entre sus labios.

—Lo estoy —contestó— no he podido dormir.

La pelirrosa apretó sus labios, ella también se sentía cansada y sabía que era un estado generalizado entre las Rojas en ese momento.

Ninguna de ellas se había quedado de brazos cruzados. El día anterior, luego de que Miyeon huyera y Yoohyeon fuera tras ella y, tan pronto se aseguraron de que Bora estuviese fuera de riesgo, fue la misma Dami quién movilizó a varios grupos de búsqueda y les dio la tarea de rastrear a las dos mujeres. Siyeon, por su parte, no pudo controlar del todo sus emociones. Tan pronto como recibió buenas noticias de parte de la médico, corrió con esas "nuevas Rojas" y las presionó intentando sacarles cualquier cosa que supieran y fuera útil para encontrar a la recluta fugitiva, supo que llevó todo demasiado lejos cuando Gahyeon tuvo que separarla por la fuerza de una de ellas. Ninguna parecía al tanto del doble papel que había estado jugando su líder, sin embargo y por precaución, se encontraban en una celda en ese mismo momento.

—No creo que alguien haya podido.

Dami rio —El rojo te sienta bien— comentó con una sonrisa.

Minji tomó aire y bajó su mirada a sus manos. Se encontró con las mangas rojas con detalles negros de su chaqueta, era difícil volver al mando después de todo lo que había pasado y más aun sabiendo que si estaba en ese despacho era porque Bora resultó gravemente herida.

Rojo (JiYoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora