Durante la noche, la tempestad afuera de la pequeña casa de madera lentamente comenzó a mermar hasta convertirse en solo una suave llovizna que caía en delgadísimos hilos de agua desde las nubes apenas grises que cubrían el cielo.
Por el contrario, la tempestad dentro de la cabeza de Minji, se había tornado casi incontrolable.
Los brazos de Yoohyeon habían rodeado su cintura toda la noche y su cabeza descansó cómodamente sobre uno de sus hombros. Minji intentó contener sus lágrimas, pero estas se deslizaban fuera de sus ojos como si todo su rostro fuera líquido. Aunque en algún punto llegó a creer que este detalle pasó desapercibido para la chica que la abrazaba, sabía, por las caricias suaves que esta dejaba cada tanto en su cintura y muslos, que lo había notado y, sin palabras, esa era su forma de consolarla.
¿Habría oído su discusión con la general?
Una parte de ella rogaba que así fuera. Esconderle esa información a Yoohyeon le pesaba cada momento que pasaban juntas, temía como fuera a reaccionar ante la noticia, pero la idea de ocultárselo para siempre se le hacía ridícula. Esa chica cargaba ya con mucha culpa sobre sus hombros, lo que menos quería era hacerla sentir peor al respecto y, aunque en cierto momento le guardó mucho resentimiento por haber provocado su desgracia, ahora que conocía lo que de verdad lo había causado, estaba dispuesta a dejarlo ir y aceptarlo como lo que realmente fue: un desafortunado accidente.
La noche fue despiadada con ella, sus ojos pesaban esa mañana. Hinchados por las lágrimas derramadas, ardían y sus parpados no querían despegarse. Sin embargo, al despertar lo primero que hizo fue mirar a Yoohyeon que, a diferencia de ella, parecía haber tenido un sueño grato. La observó detenidamente mientras dormía de lado y no pudo evitar pensar lo mucho que había cambiado. Recordó la cantidad de veces que la había visto dormir antes, siempre parecía estar alerta, aunque su cuerpo aparentara estar profundamente dormido, pero ahora realmente lo estaba —confía en mí, supongo— pensó y una sonrisa apareció en sus labios mientras se levantaba dispuesta a tomar una ducha y comenzar con su día.
Quería evitarlo, la idea de volver a enfrentar a Bora la hacía sentir realmente incómoda, pero, después de todo, esa mujer seguía siendo una buena amiga y sentía en su pecho que no había reaccionado de la mejor manera, aunque también creía que no le debía explicaciones. Conocía a la general y sabía cómo se comportaba cuando estaba asustada y también como lo hacía cuando sentía que una situación la superaba.
La puerta del baño estaba apenas recostada, estaba demasiado familiarizada con la soledad de su hogar y solía no cerrarla durante sus duchas debido a que, cuando era pequeña, Cherry solía arañar y llorar para que le abriera y así no sentirse sola.
Minji suspiró mientras el agua tibia golpeaba contra la piel de su espalda e hizo un mapa mental de las cosas que debía resolver si falta ese día y su prioridad número uno se encontraba en abordar ciertos asuntos con la general. Quería disculparse de cierta forma, pero también quería rogarle que le diera una oportunidad a Yoohyeon, no como una de ellas, no como una Roja sino como una persona.
Secó su cuerpo, se cubrió con la toalla sin ninguna prisa y luego tomó su prótesis y la colocó sobre la rugosa y pálida piel que cubría su muñón. Podían pasar años, pero siempre le costaría verse de esa manera, incompleta. Minji se había esforzado muchísimo por olvidar esa primera vez que despertó y se dio la sorpresa de que su cuerpo ya no era el mismo, recordaba palpar las sábanas de la cama desesperadamente, incrédula, podía sentirlo, aunque ya no estaba ahí, fue horrible para ella y luego comenzaron los dolores ¿Cómo podía sentir dolor en una parte de su cuerpo que ya no tenía? Una corriente de aire golpeó su cuerpo húmedo y la alejó de esos recuerdos.
—¡Lo siento! Yo...—Yoohyeon habló desde la puerta, visiblemente avergonzada por haber entrado sin tocar. Sus ojos se clavaron en la chica que luchaba por abrochar las correas de su prótesis— Déjame ayudarte. —Dijo y, sin esperar respuesta, se acercó a Minji que la observaba atentamente mientras le abrochaba una a una las pequeñas correas de cuero alrededor del brazo.

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Rojo (JiYoo)
FanfictionKim Yoohyeon, ex miembro del peligroso Sahara , cumple su condena en prisión luego de haberse entregado. Un destello de esperanza resurge en ella cuando recibe una interesante propuesta: recuperaría su libertad solo si acepta trabajar codo a codo j...