Capitulo Especial: Día de limpieza

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El Host’s digno del apodo de Gula, tenía pocos días libres, los cuales usualmente los pasaba en su casa, disfrutando de los placeres simples como era el cocinar y ver programas viejos en la televisión.

Pero otros días eran de limpieza, en cuál solo asistía una de las mucamas, nadie más podía entrar a ese lugar lejos de ella. Algunos invitados especiales, pero quién más estaba era Giselle.

La chica de cabello ondulado, lindas piernas, un precioso trasero gordo, los cuales eran los favoritos de Jin, pues resistían un poco más y entre las ataduras se marcaba más la carne.

Es por eso que Giselle tenía una doble función en los días de limpieza, uno era dejar el lugar impecable y el segundo era  atender al Host’s  en todo lo que deseara.

—Me alegra saber que usas mis regalos, linda Giselle—corta un trozo de manzana con una navaja —casi siento pena de romperlos.

Seokjin estaba solo vestido con los bóxer, luciendo una hermosa erección, pero no era no era de culparse. La chica estaba con las manos atada,  a la espalda con ese uniforme de mucama que pedía que se llevará siempre que iba a “atender la casa”, sus piernas estaban separadas por los grilletes acolchonados que iban en sus muslos, sostenidos de su cuello.

Se hincó en la cama comiendo en trozo de manzana, después con la navaja rompió las bragas de Giselle dejando expuesta de manera vulgar pero sensual su entrada que brillaba por estar lubricado ansiando el momento.

—Dios no Giselle, mira nada más estás muy húmeda —deslizo su dedo como cuando pruebas el betún del pastel, para llevarlo a su boca y saborear —siempre un deleite, pero podemos mejorar el sabor aún más.

Se paró de nuevo de la cama, para acercar un carrito de servicio que tenía listo desde antes de la llegada de la mucama. Las llantas no hicieron sonido alguno al acercarse hasta el colchón, destapo el contenido de la enorme charola, mostrando un frasco con caramelos redondos, otro más con un jarabe de color ámbar.

—Me encanta ver qué solo escuchas el sonido del metal del carrito y tus pezones reaccionan, eres una sucia puta Giselle.

—Señor Gula, no puedo, quiero sentirlo.

—Si te portas bien, puede que comas un poco mi polla.

Tomo un caramelo del frasco, agachándose hasta la entrepierna húmeda de Giselle, paso una vez más el dulce por su boca, para después con su lengua empujarlo dentro de la mucama, está dio un pequeño jadeo.

—Sin gemir.

Separó más las piernas, dando lamidas una y otra vez, metiendo la lengua en su coño mojado, usando el caramelo para estimular aún más el interior de la joven.

Succionaba y mordía el clítoris, tomo un caramelo más, metiéndolo ahora con los dedos, esto causo que Giselle se moviera haciendo que los grilletes se abrieran más, sus piernas se separaron un poco más.

—¡Señor!

—Ibas tan bien.

Se levantó dejando de jugar con su vulva llena de caramelo, tomo un pequeño vibrador que metió al líquido ámbar,  el zumbido al ser encendido, hizo que todos los sentidos de Giselle se alertaran, sabía a dónde se iría el juguete.

—¿Sabías que en esta posición es más accesible todo?

Frotó la punta del vibrador en la entrada trasera de la joven, después metió hasta topar con la base, esto causo que los dulces que se había metido, salieran por la presión en el interior de Giselle.

—¡Señor Gula, no espere! —el rubor invadió sus mejillas, y las piernas le temblaron haciendo que sus gemidos resonarán por la habitación —estoy, muy sensible.

—¿Un mes? Eso fue lo que tarde en tocarte, creo que sí —la giro levantándome el trasero —eres una buena niña, quiere decir que nadie más te ha llenado el coño ¿Ah? —quito el envoltorio de un preservativo —te haré llegar pequeña.

Se colocó el preservativo, hundiendose sin sacar el vibrador de su posterior, lo movía conforme la embestía, sus pechos rozaban las sábanas con agresividad, y su clítoris se frotaba con la fricción del movimiento.

Su saliva salía sin control, no podía dejar de jadear y gemir, cada movimiento era el placer mismo.

—¡Oh Giselle! —se clavo de nuevo acariciar su trasero —quiero  escucharte gemir así siempre.

Sintió la presión del segundo orgasmo de la mucama, le saco el vibrador aprovechando la dilatación para entrar por el mismo lugar, ahora los gruñidos de Seokjin eran los Dominantes, mientras Giselle estaba perdida tratando de no caer desmayada ante tal bestialidad.

—Giselle, dilo Giselle.

—Soy suya amo Seokjin.

Se agachó para morder la espalda, sintiendo como se liberaba de manera intensa.

La libero de las ataduras, para poder dejarse caer los dos en la cama.

—¿Empezamos a limpiar por la cocina?

—El mayor desastre es en la sala, ¿Podría no follarme por toda la casa? —se estiró — me da más trabajo, y mis piernas luego no responden.

—También te ayudo, no me puedo controlar mucho, sabiendo lo bonito que gimes.

Giselle se acomodo el cabello, notando como el miembro de Seokjin comenzaba a tener vida de nuevo.

—Nos faltó el baño.

—Deme diez minutos…





Dedicado con todo mi amor para Gise, la jefa de mi club de fans jejeje

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