Aemond Targaryen

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Segunda parte del one shot anterior.

Aemond parpadeó sin creer lo que su esposa le decía. ¿Un hijo? ¿Una hija muerta? ¿Alys? ¿Cómo sabía?

—Yo sería incapaz de asesinar a alguien, Arhea, más si es sangre Targaryen, mi sangre.

—Todavía no me comentaste que sucedió cuando fuiste a pedir apoyo de Lord Borros, Luke estaba allí. ¿Por qué Arrax tenía un ala destrozada y Luke estaba inconsciente?

Aemond palideció, cuando Vaghar había atacado a Luke él se había encargado de evitar que alguien supiera de ello.

Al parecer su querido sobrino le había enviado un cuervo a su esposa comentándole lo sucedido.

—¿Crees qué me importa lo qué un bastardo haga?

—¿Por qué tan ansioso, esposo?

—Mi esposa está dudando de mí. ¿Cómo pretendes qué esté?

—Ambos sabemos que nos casamos por poder, Aemond. Para traer gloria a la Casa Targaryen, descendencia, poder, cuando nos casamos, ambos nos juramos lealtad. ¿Y qué recibo? Una infidelidad dirigida hacía mi persona, una traición hacía la corona, un vientre adolorido, un útero vacío, una vagina desgarrada y una hija muerta. ¿Y tú? ¿Tú que recibes, esposo? Una amante, sexo sin compromiso, un hijo, una hija difunta. ¿Quién perdió más? Dilo.

—Aemond bajó la mirada, con su único ojo estudio a su esposa, se había puesto de pie, a la bebé la había dejado en la cama, mientras ella estaba cerca de la chimenea, lo miraba con sus preciosos y cautivadores ojos oscuros, lo miraban con odio, jamás creyó ver aquello en ella. —perdimos.

—¿Perdimos? Yo perdí, perdí la oportunidad de elegir con quien casarme, de quien amar, perdí la oportunidad de ser libre, de elegir al padre de mis herederos, perdí la oportunidad de elegir con quien acostarme. ¿Tú perdiste eso? ¿Perdiste la oportunidad de elegir con quién hacerlo y con quién no? Lo único que perdiste fue una hija, por los siete, desearía que Baelor fuese hijo de otro Targaryen. —murmuró intentando recuperar la compostura.

—¿Te arrepientes de mi hijo?

—Me arrepiento de dejar que fueras tú él que lo engendrará, no hagamos la historia más larga, felicidades por tu paternidad, espero seas un buen padre y esposo.

—Soy tu esposo y soy un buen padre. —gruñó tomando a Arhea del brazo. —jamás le fallé a Baelor.

—¿No? Baelor anhelaba a su hermana, juró ante la tumba de mi abuela cuidarla, amarla y respetarla, decoró sus aposentos, eligió su huevo, no me dañaste a mí, dañaste a Baelor. ¿No le fallaste a tu único hijo? Aún, único hijo.

—Lo siento.

—¿Entonces, te disculpas?

—Sí, lo hago.

—¿Qué lamentas? ¿El haberte descubierto?

—Lamento todo.

—¿Por qué lo lamentaste hasta ahora y no antes? ¿Hace cuánto?

—No creo que sea necesario qué...

—¿Hace cuánto, Aemond?

—La conozco desde los trece, Aegon me llevó a un burdel, ahí la conocí.

—¿Llevas con ella diez años?

—Cuando nos comprometimos no fui con ella nunca más, fue hace unos meses que tuvimos un reencuentro.

Arhea no hablaba, sólo miraba el parche del mayor.

—Perdón, no sé a donde ver. ¿Te miro al ojo o al parche?

—¿Puedes dejar de reírte de mí?

—¿Puedes devolverme a mí hija y el tiempo perdido?

—Lamento el haber fallado en mi deber, siempre he sido lo que todos quieren, todo lo que todos esperan.

—No esperaba nada de ti, y aún así, haz logrado decepcionarme. Necesito que vayas con los Reyes y anules nuestro matrimonio, el funeral de Aemma II será dentro de unas horas, eres su padre, no huyas como un maldito cobarde y muéstrate.

—Los siete reinos sospecharan.

—Muy bien, entonces les diremos la verdad, el príncipe Aemond tuvo sexo con una mujer de un burdel, engendrando un hijo fuera de matrimonio. ¿Cuál sería su título? El hijo bastardo del príncipe Aemond.

—Mi único hijo es Baelor.

—El único no bastardo. —Arhea gruñó, tenía que haberle hecho caso a Alicent, a pesar de que su hija no estuviera viva, ella había dado a luz, tenía que descansar. —¿Quieres conocerla? —cuestionó y Aemond asintió, Arhea se acercó a la cama, tomando con cuidado a la pequeña poniéndola en los brazos de Aemond.

Aemond la tomó con cuidado, su único ojo miraba con dulzura a la pequeña criatura que se encontraba envuelta entre las sábanas.

—Lamento haber hecho esto.

[***]

La princesa Aemma II fue cremada por el dragón de su padre, Vaghar, en su funeral, lores de los reinos cercanos asistieron a dicha ceremonia, los padres de la princesa no se encontraban juntos, el rumor de su separación había empezado a escucharse, con su muerte, la guerra de fuego y sangre finalizó, dando inició a la danza de dragones.

Ojo por ojo, hijo por hijo.

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