HOTD OS

Aemond Targaryen

—Alcemos nuestras copas, quiero proponer un brindis por mi sobrina, Aevea Velaryon, con quien pronto tendré el honor de hacerla mi esposa.

Matrimonio, acuerdo político en donde un alma libre dejaba de serlo.

Aemond, su tío, realmente la odiaba, y no era para menos, ella tampoco lo quería, deseaba arrancarle el otro ojo cada que lo veía.

—Matrimonio. ¿En serio?

—Sí, tienes que saber lo que significa. ¿No? Tantas horas que pasas en la biblioteca con Lucerys te tienen que haber ayudado.

—Hijo mío, me alegra que vayas a contraer matrimonio, no hay mejor mujer en el los Siete Reinos con la cual contraer matrimonio que mi preciosa y dulce nieta. —dijo Viserys. —también propongo un brindis, por los próximos herederos, espero conocer a mis bisnietos. ¿Cuándo planean casarse?

—La próxima luna llena, padre. —contestó Aemond bebiendo su copa fijamente a Aevea.

La familia Targaryen hablaba animadamente, planeando la boda, parecía que la disputa entre ellos al fin había quedado en el olvido, Alicent y Rhaenyra hablaban como unas adolescentes emocionadas por su noviazgo, Daemon y Otto hablaban animadamente, ambos apostando sí sus próximos nietos serían niños o niñas, Jacaerys, Aegon y Aemond hablaban sobre posibles huevos de dragones y sus nombres, Helaena, Baela y Rhaena hablaban sobre los vestidos que usarían ese día, Aevea había intentado sonreír cada que volteaban hacía ella, pero se sentía mal.

Su hermano del medio fue el único en notarlo, debajo de la mesa tomó su mano brindándole un pequeño apretón y una mirada tranquilizadora, aquello había sido más que suficiente.

Finalmente, Lucerys fue llamado por su hermano para unirse a la conversación, soltó la mano de su hermana y se dirigió a su hermano y tíos, quienes lo recibieron con una palmada en la espalda.

—La futura esposa y madre tiene que estar con nosotras. —sonrió Helaena. —Aemond es un buen hermano, será un buen esposo y padre sobrina, no te preocupes.

Aevea sólo sonrió, esperaba que su compromiso llegará hasta millones de días después, y que esa noche acabará lo más pronto posible.

[***]

Finalmente, la cena había finalizado, hubo baile de parte de Rhaenyra y Alicent quienes hablaron y rieron como cuando fueron jóvenes, Viserys también se había levantado, bailando con Rhaenyra y Alicent, Daemon bailó con su esposa, Aegon bailó con Helaena, milagrosamente, en toda la noche estuvo sobrio, Jacaerys y Baela junto a Lucerys y Rhaena también habían bailado, después Otto y Daemon dieron un acto de espadas, quedando Daemon como ganador.

Todos se habían marchado a sus aposentos, en cambio, Rhaenyra había ido a visitar a su hija.

Aevea, quien cepillaba su cabello esuchó la puerta abrirse, n o había sido necesario voltear, sabía que su madre era la que había entrado, sus suaves y finos pasos la habían delatado.

—Madre. ¿Deseas algo?

—Mi pequeña, te has convertido en una hermosa mujer.

—Madre, apenas he cumplido quince inviernos, hace dos inviernos tuve mi primer sangrado. ¿No es muy pronto? Aemond tiene veinte inviernos. ¿No es... inapropiado?

—Amor, sí pudiese casarte con cualquier hombre del reino que tú amarás lo haría sin dudarlo, pero el príncipe Aemond ha pedido tu mano.

—¿La extrañabas?

—¿A quién, mi dulce niña?

—Alicent.

—Alicent y yo compartimos muchas cosas hija, crecimos juntas, desafortunadamente nos separamos, pero estamos unidas de nuevo, mañana iremos a nuestro viejo lugar. —los ojos de Rheanyra brillaron con emoción, recuperar a su mejor amiga había sido algo que había anhelado siempre, le rogaba a los Dioses un momento para recuperar a su mejor amiga y esté al fin había llegado. —finalmente volveremos a ser nosotras. —Aevea asintió, los ojos azules de su madre brillaban más que nunca, brillaban con emoción, brillaban con anhelo, su madre finalmente iba a lograr completar su anillo, el que ella y Alicent había tenido de jóvenes. —¿Crees qué todo vuelva a ser cómo antes? ¿Crees qué pueda completarlo?