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Lucerys Velaryon

Su relación con Lucerys Velaryon jamás iba a cambiar, definitivamente su odio seguiría allí por muchos años más.

Rhea Velaryon, la princesa de la Casa Velaryon, hija de Laena Velaryon, era odiada por su primo, Lucerys Velaryon.

Tal vez era su forma de actuar, la forma en la que no le importaba seguir las reglas, la forma en la que no le exigía nada, ella era perfecta ante el reino y no cuestionaban su paternidad.

Daemon Targaryen le cortaría la cabeza a todo aquel que insinuará que Rhea Velaryon no era su hija.

Su cabello castaño, según Corlys, en la familia existió una mujer castaña, casada con un Velaryon, teniendo hijos castaños, los ojos cafés producto de su madre, su cabello lacio como el de un Targaryen, su carácter fuerte y difícil gracias a su padre.

Para Rhea, no había niño más mimado que Lucerys Velaryon, se podía saber que Rhaenyra amamaba a todos sus hijos por igual, pero con Luke había una conexión especial.

Para Luke, no había niña más seria que Rhea Velaryon, a comparación de sus hermanas, la castaña siempre estaba alejada, tal vez por eso, Aemond y ella siempre conectaron bien, ambos se entendían mutuamente.

Tal vez era la forma en la que sin importar qué, Rhea era perfecta ante los ojos de todos, no importaba, Rhea era perfecta, y le tenía un poco de odio por ello.

Tal vez era la forma en la que sin importar qué, Luke la odiaba y la despreciaba, tal vez era la forma en la que era mimado por Rhaenyra o sus celos por su excelencia.

—Mamá dice que quiere verte.

—No puedo ir. —murmuró la castaña limpiando a Veraxes, su dragón.

—Daemon dice que necesita que subas. —la pequeña niña levantó la cabeza, Lucerys le llevaba la ventaja de un año, el rizado la miraba temeroso, su dragón era más grande que él y ella, y más grande que Arrax.

—Veraxes necesita comer, mi padre puede esperar.

—¿Rhea? —una tercera voz se escuchó. —¿Puedes subir, cielo?

—Rhea suspiró guardando el libro en el cual le estaba leyendo una historia a Veraxes. —continuaremos más tarde. —murmuró en alto valyrio subiendo junto al menor.

—Como sabrán niños, el Rey Viserys, su tío y abuelo, está algo enfermo, desde el desafortunado incidente del ojo del príncipe Aemond, su majestad, ha pedido algo.

—¿Y qué ha sido? —murmuró Baela.

—Han pedido la presencia de mi hija, la princesa Rhea en King's Landing. El Rey, la Reina y sus hijos desean pasar tiempo de caridad con su prima.

—¿Yo por qué?

—Ayudaste a prevenir que le quitarán el ojo a Luke, también ayudaste a Aemond, supongo que quieren agradecerte.

—O dejarme como Aemond y saldar la deuda.

—¿Vas a dejarla ir? Han tratado a Rhaenyra como puta todos estos años. —Corlys se metió dirigiéndose a Rhaenyra susurrando. —es una corte de víboras. ¿Qué pasa sí la casan con uno de los verdes?

—Eso no va a suceder, mi padre jamás lo dejaría. —murmuró Rhaenyra en un intento de tranquilizar al mayor.

—Volviendo al tema del tuerto, eso no va a pasar, Rhea. —Daemon se acercó a su hija. —no quiero aceptar, pero es una ofrenda de paz.

—¿O sea qué no soy más qué un tratado para qué puedas vivir tranquilo?

¿Hija de Daemon, dónde? Pensó Luke.