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Terminaba de realizar el aseo del departamento, debía mover el muñeco de lugar para poder terminar de limpiar, así que decidió dejarlo en su cama para terminar el comedor y la sala. Era pequeño el lugar pero de igual forma le costaba trabajo por la cantidad de libros y cosas que tenía desparramadas.

Dejó cada libro ordenado en la estantería, sus mangas en una repisa que lo sujetaba una figura de acción de Batman.

Fue a buscar al muñeco que seguía en su cama. Aunque pareciera raro, no le gustaba dejarlo en cualquier lugar porque sentía que se podía caer o romper. Quizás sí era su única compañía, y no una compañía erótica como pensaban sus amigos. Dio la última revisada a la caja del muñeco para poder desarmarla y dejarla por ahí. Encontró una bolsa roja, el tríptico y un manual.

-¿Quedó limpio? -cuestionó hacia el muñeco sentado en el sofá- Espero que sí, al menos no parece bodega ¿Te gusta?

Acomodó la camiseta del muñeco y su suave cabello castaño oscuro. Su piel era muy suave, casi como de porcelana. Le dejó las manos sobre las rodillas y continuó con su limpieza. Luego de un rato se bañó y preparó su comida.

El timbre sonó así que se dirigió a abrir. Su vecina, la chica efusiva lo abrazó y entró inmediatamente. Era bastante fastidiosa por muchas razones, estaba obsesionada con el pelinegro, era algo avasalladora con el espacio personal y muy curiosa. La soportaba porque quizás era el único ser humano que entraba a su departamento a excepción de sus mejores amigos. La muchacha era unos años menor y bastante infantil. Entró comiendo un helado.

-¿Estuviste limpiando? Está muy bonito aquí, me gusta -comentó lamiendo su helado.

-Hice lo que pude -comentó tímido

-¿Quieres? -extendió el helado y éste negó- Hueles bien, me gusta tu olor después de que te bañas

-S-sí... Bueno, ¿No tienes otra cosa que hacer?

-No -negó sonriente- ¿Qué es? -se acercó al sofá al notar la cabellera castaña- ¿Es un muñeco?

-N-no lo toques

-¿Para qué querrías un muñeco? -se sentó a su lado a revisar éste hasta que leyó la etiqueta y rió nerviosa- ¿De verdad usas esto para tener relaciones?

-N-no es mío -mintió sonrojado- Es de... Soobin.

-No te creo -miró en dirección al chico riendo, sintió un tirón de cabello que la hizo dar una salto- Auch, tu sofá tiene algo -se quejó

-Voy a guardarlo -se acercó al muñeco y la chica negó

-Deja verle -tocó el rostro de éste dejando una mancha de helado en la mejilla y luego tocó su cabello despeinándolo.

-No le hagas nada, basta.

-Ya, tranquilo -rió bajo

-Te traeré un vaso para ese helado.

Aprovechó que el dueño de casa desapareció de su vista para volver a toquetear al muñeco. Tiró el cabello para ver si era resistente, intentó morderlo y volvió a tomar su cabello, cuando lo iba a tirar notó que tenía los ojos fijos del muñeco en ella. Soltó lentamente su cabello y se acomodó nerviosa.

-Aquí tienes -entregó el vaso y la chica dejó el helado dentro

-¿No te da miedo tener esa cosa aquí?

-No, hace buena compañía y no molesta.

-Yo podría venir a quedarme contigo si gustas, sería un placer -otro tirón de cabello -Algo me tira el cabello Yeonjun. Seguro es tu muñeco feo.

-Él no puede hacer eso y no es feo tampoco -la miró- Ve a comer algo quizás estás delirando -se dirigió a la puerta

-Que no, tu muñeco esta... Poseido -miró al muñeco por unos segundos, éste llevó su vista a ella y después volvió su vista al frente. La chica se levantó rápido para correr a la puerta con el vaso entre sus manos.

-Adiós -la empujó y cerró la puerta.

Se dirigió al muñeco, vio que estaba sucio. Lo tomó y lo llevó al baño donde con una toalla limpió su mejilla sucia, extrañado pudo sentir como era de algo elástica su piel. Peinó su cabello otra vez, ésta vez con cuidado porque la chica lo había enredado.

-Ya te ves bien otra vez -sonrió ampliamente para volver a tomarlo y llevarlo a la mesa para sentarlo.

Otro día donde era lo mismo, le conversaba sobre cualquier cosa y hablaba sobre sus gustos, contaba cosas sobre sus mangas o series de superhéroes que estaba viendo. Recibió una llamada mientras lavaba lo utilizado.

-Yeonjun, debes reemplazar a tu compañero que se enfermó.

-Pero es mi día libre.

-No creo que tengas que hacer mucho, ven rápido por favor. Serán horas extras a tu sueldo.

-Está bien, voy -colgó.

Dio un suspiro pesado, sus planes eran ver una de sus series con el muñeco. Llevó a éste a su habitación, lo dejó recostado en la cama y apagó las luces.

Metió el manual y la bolsa roja para revisarla en la biblioteca, que por alguna razón, estaba abierta 24 horas, pero sólo iba gente en las tardes.

-¡Descansa Beomgyu! -gritó y salió del departamento.


...


Llegó en tiempo récord, su jefe lo esperaba algo impaciente. Le entregó las llaves y lo dejó solo. Estaba tras el mostrador leyendo el manual. Tenía una extensión de la carta de presentación, casi como la biografía de los personajes de algún anime.

"Beomgyu sólo tiene 23 años, es muy tranquilo pero coqueto. Le gusta la lluvia, siempre verse bien, no le gusta que otros toquen a su compañero es muy celoso, le gusta escuchar, le gustan mucho los juegos también. Él

estará a tu servicio siempre que quieras, es uno de los muñecos más hermosos de la fábrica y único por lo demás. Cuida de él. Dale un regalo y nunca se irá"

Leyó con vergüenza, cambió de página. Mostraba las cualidades del muñeco, los materiales, los accesorios que en sí traía. Abrió unos grandes ojos al saber que habían trabajo en su creación más de 5 personas, todas mujeres. Habían logrado crear al muñeco más realista de todos y por algo el más costoso. Leyó los detalles y especificaciones, el muñeco no sólo era articulado sino que también podías cerrar sus ojos, podías ver sus dientes. Él jamás había tocado al muñeco a excepción de desplazarlo.

-Disculpe -dio un brinco cerrando el manual inmediatamente

-D-diga -acomodó su ropa

-Buscaba un libro...

Ayudó en la búsqueda, vendió el libro y volvió al mesón. Tomó la bolsa para ver el interior, habían cosas extrañas, hasta que leyó que eran juguetes para usar con el muñeco también. Se volvió a sonrojar y guardó todo en la mochila. Era plena luna llena, había olvidado sus piedras en la ventana pero mejor, estarían llenas de energía para cuando las pusiera en su collar.

El muñeco las miraba con sus ojos brillantes, intentó tomarlas con su mano que estaba libre del peso de su cuerpo, no se pudo llamar eso levantar brazos, simplemente su mano se levantó unos milímetros mientras temblaba para luego dejarse caer nuevamente, sus ojos se pusieron opacos otra vez y su mano se quedó quieta.

Yeonjun llegaría un poco más tarde de lo habitual, y estaba preocupado porque no le gustaba dejar al muñeco ya que él entendía lo que era ese tipo de soledad.









Hola, este capitulo lo revise super rapido, asi que disculpen si hay algun error. 

Muchas gracias por leer.

Toy (YeonGyu) 🍬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora