El muñeco estaba dentro de la bañera sentado, esperaba que el pelirrojo entrara o pasará al menos por fuera del cuarto de baño. Le daba miedo cerrar la puerta por lo que ésta estaba abierta completamente.
-Amo -llamó.
-¿Qué pasa? -se asomó- Te dije que te bañaras y aún no lo haces.
-Quiero que tú lo hagas.
-Tengo cosas que hacer, hazlo tú.
Estaba con una carpeta firmando y revisando los documentos. Escuchó el agua de la bañera correr. El muñeco se jabonaba lentamente, se sentía extraño. Se quedó sentado en la bañera jugando con la manguera de la ducha.
Terminó el papeleo, cuando vio al muñeco cruzar del baño a la habitación. En menos de lo que esperaba lo estaba llamando con insistencia, entró a la habitación y el muñeco estaba envuelto en una toalla enorme sonriendo.
-¿Qué ocurre?
-Visteme, por favor.
-Estoy ocupado, hazlo tú.
-No sé hacerlo -se quejó.
-Ya me tengo que ir, adiós. Come algo, hay muchas cosas en el refrigerador.
-Visteme -se quejó nuevamente.
-Que no, cosa.
Cerró la puerta, sintió el vehículo irse. Se quedó mirando por la ventana cómo se iba, luego vio a los cachorros jugar en el patio y cerró la cortina. No le gustaban los perros. Se quedó sentado en la cama mirándose al espejo.
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Yeonjun estaba ordenando una pila de nuevos volúmenes de una de las series. Taehyun le dio un codazo acercándose sigilosamente, se paró de puntas para poder decirle algo en murmullo a la vez que miraba a su jefe que estaba al otro extremo organizando los cómics.
-Te tengo un trato -murmuró.
-¿De qué? -rió curioso y se agachó un poco.
-Cuando Heeseung no esté tan cerca.
Asintió extrañado.
Siguió en lo suyo, todo ordenado y limpio. El mayor de todos había ido al baño por lo que el menor inmediatamente salió del mostrador y corrió a tomarlo del brazo y acercarlo.
-Debes hacer algo por mí, saldremos beneficiados.
-¿Cómo?
-Todos necesitan dinero ¿Cierto? -asintió sin entender- Sacaremos dinero, y tú te quedas callado ¿Bueno?
-¿Qué? No puedo hacer eso.
-No se dará cuenta, nunca saca cálculos. Confía mucho.
-No lo haré, no soy ladrón.
-Todos tenemos nuestro lado malo. De hecho podrías comprar lo que quisieras -sonrió- ¿Qué te gusta?
