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Estaban solos, el muñeco no se acercaba a su hermano simplemente para que no se molestara e intentara agredirlo otra vez. Miraba por la ventana, estaban muchos pisos arriba. Por suerte había desayunado con su amo, que sirvió un tazón de leche y cereal antes de salir corriendo del departamento.

Beomgyu le había puesto unos pantalones en la cabeza, amarrado un cinturón en el abdomen, una toalla en el cuello como capa, todo porque le había dicho que tenía frío. Entre risas al verlo, y asegurándose que no sería más bonito que él para su dueño, se conformó hasta ese momento. Le quedó mirando sabiendo que algo le faltaba, tomó un poco de tierra y pasó su mano por la cara del muñeco, ensuciando su ropa.

-Me duele esto -señaló el cinturón.

-Pareces un hermoso príncipe -contuvo su risa.

-¿De verdad? -sonrió al ver que asentía.

-Una príncipe feo -burló.

-¿Qué es eso?

Lo ignoró. Lo dejó en la sala, el muñeco no entendía mucho de lo que estaba haciendo. Mucho menos porqué tenía tierra en su rostro y ropa.

-¿Dónde vas? -preguntó hacia el muñeco.

Éste se alistaba con su mochila, guardaba cosas y se acomodaba la ropa sutilmente. Al escuchar la pregunta inmediatamente miró a su hermano menor de manera dura, éste sólo bajó la cabeza.

-El amo dijo que no saliéramos -murmuró.

-A mí no me dice nada.

-Pero hace frío, puedes enfermar -tomó una chaqueta que había en una de las sillas y la extendió a su hermano- Él no te quiere enfermo.

-Gracias.

-Beomgyu -murmuró- Con cuidado.

-¿Tienes hambre? -negó- No te haré nada, ven.

El muñeco se acercó lentamente, confío. Su hermano buscó algo para darle, vio un paquete de galletas que ofreció.

Sin decir nada se acercó a la puerta, escuchó el ruido de la bolsa y cosas caer. Las galletas desparramadas. El menor bajó la cabeza y apretó sus labios asustado.

-L-lo siento -retrocedió.

Algo se apretó en su interior, se acercó para ayudarlo pero este se cubrió inmediatamente. Quizás estaba siendo injusto con él. Se agachó a recoger las galletas, no le dijo nada. Le ayudó quitando el cinturón y el pantalón de su cabeza.

Yeonjun estaba en una tienda, miraba la ropa detenidamente. Aún tenía gran parte de su salario, canceló deudas y aún así le quedaba, agradecía el trabajo que tenía, ganaba bien y era como trabajar con amigos, sí ellos eran sus amigos.

Volvió al departamento a altas horas, con bolsas en sus manos y un par de cosas en su bolso. Su vecina estaba en el pasillo cuando lo vio y corrió para abrazarlo.

-¿Quieres que te ayude?

-No no, estoy bien.

-Deja, te ayudo.

Tomó las bolsas más livianas y lo acompañó. Daba miradas rápidas al interior de las bolsas, curiosa de ver la ropa que había.

Iba a detenerla antes de entrar a su departamento, pero entró antes, sin quitar su sonrisa.

-No era necesario -murmuró.

Los muñecos se levantaron del sofá rápidamente al escuchar su voz. La sangre de la chica se heló al ver al muñeco, peor aún cuando vio a otro chico un poco más joven que Beomgyu abrazar al pelinegro. Éste estaba sucio pero sonreía ampliamente.

Toy (YeonGyu) 🍬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora