El día estaba frío, el muñeco veía al pelinegro alistarse para ir a trabajar. Se estiró con un sólo brazo, el otro lo tenía pegado a su pecho sosteniendo el collar para que no cayera.
-Amo -murmuró- Frío.
Se acurrucó cubriéndose sin dejar de mirar a su amo que se estaba poniendo la chaqueta. Tenía sólo sus ojos a la vista que formaban medias lunas al estar sonriendo.
-¿Quieres un café? Ayuda para que no tengas frío.
-¿Qué hace?
-Da calor a tu cuerpo.
-¿Como tú?
-¿Qué? -rió sonrojado- Yo no hago eso. Ven levántate.
El muñeco negó acurrucándose aún más. Le siguió insistiendo y el muñeco siguió negando. No quería volver a discutir con él, sabía que no le iba a entender ni mucho menos era justo. Se acercó a la cama y le quitó las mantas. El muñeco se acurrucó negando aun mas.
-Beomgyu, arriba -negó- Siéntate en la cama. Al menos si te sientes mal debes decírmelo ¿Te sientes mal?
-N-no.
-Siéntate entonces -negó haciendo un puchero- No empieces a llorar, no todo lo vas a conseguir así.
Lo tomó del brazo e hizo que se sentara, el muñeco no despegaba la mano de su pecho, cosa curiosa para el pelinegro que se puso en cuclillas a mirarlo.
-Beomgyu ¿Te duele aquí? -negó- Entonces dime qué pasa ¿Te molesta algo?
-Se caerá -murmuró bajando la cabeza.
Se refería al collar, sujetaba el broche entre su mano para que no cayera. Dio un suspiro pesado y posó su mano sobre la del muñeco.
-No caerá, saca tu mano -negó- Para eso es esa cadena que tiene. Vamos Beomgyu, no pasará nada. Ya voy tarde al trabajo, por favor.
-No quiero que se pierda -hizo otro puchero.
-No caerá, confía en mí -lo miró directo a los ojos.
Sabía que había un vacío en el muñeco y que muchas de las emociones que demostraba eran muy vagas y no representaban en su totalidad lo que el muñeco quería expresar. Tomó la mano del muñeco apartándola. No fue fácil, pero logró dejarlo con ambos brazos abajo.
-No se cayó -murmuró formando una sonrisa en su rostro- Amo, no se cayó.
-Me alegro mucho -dejó un beso en su frente- Nos vemos más tarde.
-No vayas... Tengo miedo -sujetó su brazo.
-No quiero quedar sin trabajo otra vez, prometo llegar temprano para que juguemos. Pero déjame ir ¿Bueno? -asintió soltándolo.
Corrió a la parada de autobús luego de haber explicado al muñeco cómo usar la cafetera o mejor dicho haber servido el café y alejarlo de cualquier cosa que pudiese lastimarlo, por suerte el conductor sabía que él subía ahí y al verlo correr a lo lejos lo esperó.
-Llegas... 5 minutos antes no los 30 de siempre, Yeonjun. Me estás fallando -bromeó Heeseung.
-Lo siento, tuve un problema.
-Te he dicho que si tienes algo que hacer, me llames y no hay problema.
-Lo sé, pero no acostumbro a faltar al trabajo.
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