Estaban en el centro comercial, el muñeco iba tras el pelirrojo mirando los locales. Estaban llenos bolsas, y aun así Kai se adentró en otra tienda rápidamente. Beomgyu con torpeza lo siguió pasando entre la ropa.
-Me gusta ésta camisa para Yeonjun ¿Qué piensas?
-Tiene muchas pero no tanto como tú.
-Se la regalaré, me gusta hacerle regalos.
-¿Por qué?
-Porque sí.
El pelirrojo se paseaba entre la ropa tomándola con naturalidad, en total tenía al menos 7 prendas, las cuales llevó inmediatamente para pagar. Nada le costaba, podía derrochar todo el dinero que quisiera por el simple hecho de sus acciones. Era joven, sin responsabilidades, más que por sí mismo, vivía solo. Era millonario prácticamente.
-Beomgyu ¿Quieres algo? -habló sin mirarlo.
-¿Algo? -asintió- Quiero ¿Eso?
Señaló una camiseta a rayas, el mayor asintió. Inmediatamente fue a tomarla y la compraron, habían pasado todo el día recorriendo el centro comercial. Comían helado, cada uno con muchas bolsas. Miraban a la gente pasar. El muñeco disfrutaba de las nuevas cosas que estaba probando, más por lo mimado que estaba siendo.
-Quiero un gato -murmuró.
-A Yeonjun le dan alergia, no quiero que se vaya a enfermar.
-Pero quiero uno.
-No puedes tenerlo todo ¿Bueno?
-Quiero un gato -reiteró- Quiero un gato, quiero un gato.
-Estuvo repitiendo por más de 5 minutos lo mismo.
-Está bien, pero se quedará en mi departamento. No quiero que Yeonjun tenga problemas si está en el suyo.
-Quiero que sea blanco -lo miró enseguida.
-Podrías ser más expresivo?
-No sé hacerlo -parpadeó y volvió a mirar el frente.
Lo llevó a una tienda de mascotas, inmediatamente se pegó a las jaulas de los felinos. Estos lo miraban echados tranquilamente, los quería todos. Pero había uno que le había encantado.
-Ese -señaló a un pequeño gato blanco.
Iban en el vehículo, Beomgyu jugaba con el gato que iba en sus piernas intentando atrapar su dedo.
-Espero que te hayan gustado tus regalos.
-¿Regalos? -lo miró y éste asintió.
Dejó un par de cosas en su departamento, guardó lo que más pudo y volvió donde el muñeco que no se separaba del gato.
-Vamos donde Yeonjun -habló el pelirrojo.
-No, quiero jugar un rato más, amo -acarició al felino.
-Sólo 10 minutos más y luego donde Yeonjun. Me llamo Hueningkai.
-Bueno.
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