Sólo es un trabajo, que no te joda la puta cabeza. Pensó con amargura y cuando al fin se encontró frente a la puerta de Pete, masajeó el puente de su nariz en espera de lo que vendría, desbloqueando la cerradura luego de unos minutos de espera para animarse, se abrió camino al interior del apartamento.
La rubia lo recibió , observándolo con curiosidad por un momento.
— ¿El Señor está listo? —preguntó con indiferencia, ocultando la sorpresa por no encontrarse con el pelicastaño.
Yerim mordió su labio, respirando profundamente. —El Señor Pete no ha salido del cuarto aún.
—Estamos atrasados— dijo con fastidio—, por favor ve por él, Yerim-ah, no podemos seguir perdiendo el tiempo.
La rubia jugaba con sus manos, sin moverse ni un centímetro del lugar donde se encontraba. Vegas arqueó una ceja, cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a otra en espera de que Yerim hablase.
—El Señor Hyung Sik llamó—la chica comenzó a hablar con suavidad—, dijo que tenía una audición el día de hoy, pero Pete no desea estar presente... Así que está encerrado en su habitación todavía.
— ¿Audición?
Yerim sonrió con tristeza. —Joyas nuevas, Señor.
Rió al escuchar aquello, divertido ante la idea de que Pete se sintiese amenazado por alguien más como para ocultarse en su pequeño palacio.
— ¿Acaso al Señor Pete no le agrada compartir a su dueño? Por lo que vi, no debiera ser algo preocupante, ¿No?
Su voz sonó cargada de ironía, mas la expresión de la rubia cruzó entre el miedo y la decepción al escucharlo, como si hubiese esperado más del hombre que debía proteger a Pete.
—El Señor Hyung Sik jamás cambiaría a Pete por otra persona, porque eso sería renunciar a algo valioso. El Señor Hyung Sik jamás renunciaría a algo así... Así que no, Pete no teme ser reemplazado. Te equivocas si crees eso...
— ¿Cuál es el problema entonces? Sólo dile que no quiere tener problemas con el Señor Hyung Sik y que termine de una vez sus berrinches. No tengo toda la mañana para aguantar su actitud de niño consentido.
—No es necesario que te molestes en hacerlo, ya estoy listo, Yerim-ah.
Vio al pelicastaño salir de su habitación, pasando de él sin siquiera dirigirle una mirada. Sin entender muy bien, salió del apartamento junto a Pete, entregándole el casco en espera de que dijera alguno de sus comentarios irritantes y ácidos.
Sin embargo, Pete guardó silencio durante todo el trayecto al Club, con sus manos aferrándose a su cintura como si de eso dependiese su vida. Estaba lejos de cualquier comentario desagradable o broma de mal gusto como en cualquier ocasión anterior y, si no hubiese presenciado su actitud de otros días, hasta parecía que buscaba refugio.
Sentía tanta curiosidad por la actitud que estaba teniendo el pelicastaño, mas éste simplemente seguía encerrado en su mundo; realizaba movimientos automáticos, como si su voluntad y arrogancia hubiesen desaparecido por completo.
Lo vio frenar sus pasos cuando se encontraron frente al Club, temblando ligeramente y respirando con dificultad, hiperventilando sin poder evitarlo.
Estaba aterrado.
Aquel pelicastaño que sólo sabía abrir su boca para complacer a Hyung Sik y soltar palabras irritantes, estaba por completo aterrado de seguir hacia el Club. Su mano se posó inconscientemente en la espalda baja del pelicastaño, instándolo a caminar hacia el interior del Velvet al ver que no se movía.
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Untouchable - Vegaspete
Hayran Kurgu-No puedes tocarme- dijo en un susurro, relamiendo sus labios ante la cercanía- no puedes... -Puedo escuchar sus súplicas ahora, Señor... No tiene que abrir la boca para que pueda escuchar cómo ruega porque lo toque una vez más. «Cuando la palabra...