Capitulo 22

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Debía controlarse. Lo tenía tan claro como que estaba adentrándose en un juego por completo peligroso. Pero sólo estar allí, escuchando la voz de Pete sonar armoniosa y delicada, producía un corte en cada uno de sus pensamientos.

La forma en la que su presencia anulaba todo lo demás, atrayéndolo de manera inevitable y despertando lo peor de sí al ser testigo de la lujuria enfermiza con la que otros lo observaban, provocaba en el pelinegro emociones que distaban mucho de la normalidad que esperaba.

Negó suavemente con su cabeza en el momento en que su protegido le sonrió de forma fugaz cuando sus ojos se cruzaron.

La burla transparentada en sus ojos al entender lo mucho que afectaba cada uno de los pensamientos del pelinegro, consciente de que estaban equivocándose, más sin ganas de poner un límite.

Vegas no necesitaba una confirmación por parte de Pete para saber que disfrutaba de saber que tenía poder sobre él, y durante los últimos días, lo había dejado claro en cada oportunidad.

Y en realidad no tenía importancia; podía dejarlo tomar aquel control mientras pudiese seguir disfrutando de aquella atracción enfermiza en la que estaba atrapado.

Alejando con renuencia de su mente a Pete, desvió su mirada y recorrió el Club con desagrado, recordándose que su posición en ese lugar era solo protegerlo.

Su ceño se frunció entonces cuando vio a Kim entrar al Velvet, sintiendo cada músculo en su cuerpo tensarse al ver su compañía.

Nancy observaba con notorio asco el lugar, sosteniendo el brazo de Kim para no alejarse en aquel antro en el que claramente no se sentía a gusto. Sin detenerse a pensarlo, se levantó del lugar que ocupaba y cruzó el bar, impidiendo el paso de ellos con brusquedad.

— ¿Qué mierda tienes en tu puta cabeza? —siseó, su sangre hirviendo en furia al ver la burla en la expresión de Kim ante sus palabras.

—No es su culpa, yo quise...

—No es tu problema, Nancy. Guarda silencio— dijo molesto, ignorando la sorpresa en su novia por la forma en la que respondió.

Kim rió, empujando sutilmente al pelinegro para poner distancia entre Vegas y él. —Te dije que usaras tu teléfono, Vegas.

—No puedes traerla a este maldito lugar... Sabes... Mierda, es peligroso...

—No es su culpa, si tienes un problema, arréglalo conmigo.

—La escuchaste, Vegas—dijo con burla—, mientras solucionas tu problema, iré a beber algo.

Respiró profundo, tomando la muñeca de Nancy para alejarla de los clientes del Club. Su corazón bombeando con demasiada fuerza y sus pensamientos en completo desorden al tenerla allí. 

Nancy se zafó apenas se encontraron cerca de la bodega, riendo amargamente ante la actitud de su novio. 

Veía la molestia y la confusión en el pelinegro que ahora mantenía uno de sus puños contra la pared, respirando con pesadez para contenerse. La mano de Nancy acarició con suavidad la nuca de Vegas para atraer su atención, nerviosa por el lugar.

—Debes irte... Tienes que largarte de este lugar.

—No entiendes, Vegas, se lo pedí a Kim... —guardó silencio cuando el pelinegro la observó fijamente, sosteniendo su rostro con brusquedad.

—Creí que confiabas en mí.

Nancy sonrió, sosteniendo la camisa del pelinegro para acercarlo. Sus labios buscaron los de Vegas, aliviada al recibir respuesta en aquel beso. —Confío en ti, pero no quiero que desaparezcas, mi amor. Llevas días sin ir por mí, hundido en este lugar... Dios, no debo pensarlo demasiado para comprender qué tipo de lugar es... Te extraño, Vegas.

Untouchable - VegaspeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora