Su mandíbula se tensó al ver a Hyung Sik acercarse a Pete y sostenerlo con firmeza por su cintura, tomándolo de forma posesiva mientras lo paseaba alrededor de aquellos hombres; potenciales inversores que observaban con lascivia a su joya, deseándolo incluso aunque supieran que Hyung Sik jamás permitiría algo así.
Aprisionó con violencia la botella de cerveza, respirando profundamente para controlar el desagrado que sintió al ver cómo su jefe besaba el cuello del pelicastaño, murmurando luego algo que arrancó una sonrisa tenue por parte de Pete.
Siguió el movimiento de la mano de Hyung Sik, la cual se perdía bajo la ropa de su protegido sin que éste siquiera protestase.
Se levantó de su lugar en la barra, deteniéndose de golpe cuando vio a Hyung Sik tomar a su joya y detenerse junto a la mesa de aquel nuevo inversionista .
Minutos después de aquella conversación, los vio desaparecer camino a la oficina de Hyung Sik, sorprendido de que su jefe no lo llamase para controlar a su invitado, como siempre.
Por instinto, su mano se paseó con cuidado sobre su arma mientras se encaminó por el pasillo que lo dirigía hacia donde Hyung Sik se encontraba; se detuvo un momento, sabiendo que estaba actuando por su cuenta cuando no habían pedido su presencia en ese lugar, era algo que podría costarle su vida, mas se dejo guiar por sus emociones.
Dejó que su espalda se apoyara contra la pared, cerrando sus ojos en espera del llamado que en ningún momento llegó, sintiéndose decepcionado sin poder controlarlo.
Una profunda exhalación escapó de sus labios, abrumado por la necesidad de asegurarse de que Pete no estaba nuevamente siendo explotado de la forma en que días antes Hyung Sik había hecho, misma ansiedad que lo hacía extrañar de manera compulsiva los efectos de la droga en su organismo.
Sonrió, porque pese a todo, notaba que la presencia de Pete en su vida era similar a sus otras adicciones.
¿Cuánto tiempo más planeaba Hyung Sik seguir con aquella demostración? No necesitaba comprobarlo para saber que llevaban demasiado tiempo encerrados en esa oficina.
Golpeó con fuerza su cabeza contra la pared, buscando enfocar sus ideas y alejar cualquier pensamiento extremo de su mente, incorporándose cuando escuchó pasos acercarse hacia donde se encontraba.
Se mantuvo impasible al ver al hombre detenerse frente a él, ladeando su cabeza con curiosidad al ver a Vegas esperar de forma inconsciente por información de lo que dentro de la oficina ocurría.
Una de sus comisuras de alzó al notar la tensión recorrer cada músculo del pelinegro, quien se esmeraba por mantener la calma.
— ¿Acaso el perro de Hyung Sik no puede funcionar sin su amo cerca? —bromeó, recibiendo una mirada cargada de molestia.
—Mi deber es proteger al Señor Pete, no puedo cumplirlo si no estoy cerca.
Asintió con expresión tranquila, como si sus palabras no significasen mucho para él. —Bueno, creo que Hyung Sik se está encargando perfectamente de protegerlo en estos momentos... Dudo que te necesiten en ese lugar,Vegas; a menos que te guste mirar cómo se folla al chico ése.
Vegas chasqueó su lengua, acercándose en forma amenazante al hombre. —Largo de aquí, te lo dije.
— ¿Sabes que ese chico hace cosas interesantes? En serio entiendo por qué te tiene ahí para cuidarlo. Cualquiera querría poner sus manos encima de él viendo lo que es capaz de hacer; sin duda es tentador.
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Untouchable - Vegaspete
Fanfiction-No puedes tocarme- dijo en un susurro, relamiendo sus labios ante la cercanía- no puedes... -Puedo escuchar sus súplicas ahora, Señor... No tiene que abrir la boca para que pueda escuchar cómo ruega porque lo toque una vez más. «Cuando la palabra...