Capitulo diez;

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MARFIL MARTÍNEZ

Hoy es martes, en dos dias jugamos el último partido de los de grupo contra Japón y los chicos llevan entrenando mucho estos días.

Pablo está un poco chungo de la tibia por culpa de un golpe que se dió en el partido contra Alemania, estos días está haciendo gimnasio y bici para no sobrecargar y estar recompuesto al cien por cien para el partido.

Llevamos desde el domingo genial la verdad, seguimos como siempre solo que cuando nadie nos ve pues algunos besos caen. Queremos llevarlo con discreción, aunque tenemos la sospecha de que medio equipo ya está informado por lo bocas que son Ferran y Pedri.

Enfin, yo se lo conté a mi hermana, que flipó por colores y pegó un grito de alegría que la escucharon en la otra punta del mundo, ella se lo contó a Ferran "en secreto". Por otro lado Pablo se lo contó al canario y bueno, por lo que me imagino pues habrán estado de marujas y lo habrán escuchado todo el equipo por lo disimulados que son, nótese él sarcasmo.

Por lo que me ha comentado Pablo hoy por la mañana sus padres y su hermana llegan hoy a Doha, y quiere presentármelos.
Se puede apreciar que estoy histérica porque no se que cojones les habrá dicho el sevillano de mí y quiero causarles buena impresión.

—¿Entonces aún no te lo has tirado? Si es por los condones yo te presto eh, aunque ya podía el señorito ir a comprarlos—comenta mi hermana mientras se termina su cuarto "sex on the beach".

Llevamos toda la mañana en la piscina del hotel y parece ser que a Sira le empieza a subir el alcohol a pesar de que aún no sea ni mediodía.

—Que fina eres hija mía—me rio yo mientras le doy un sorbo a mi cerveza. —Y no, aún no ha pasado nada más porque casi no tenemos tiempo a solas, no porque ninguno de los dos tenga ganas, porque madre de dios, lo ponía de vuelta y media.

Las cervezas también me están empezando a afectar a mi, lo noto por la facilidad que tengo para soltar estas cosas.

—Pues la próxima vez que estéis solos le saltas encima como un tigre de bengala y el resto ya está hecho—comenta ella haciendo que me entre la risa con sus comentarios.

—De verdad que eres la ostia—me rio yo antes de terminarme mi cerveza de golpe y coger mi móvil.

Veo que tengo unos whas de Pablo diciéndome que ya han terminado el entrenamiento y que está yendo a su habitación a ducharse. Yo le digo que estoy en la piscina y que en un rato bajaré a ducharme y cambiarme para ir a comer todos juntos.

—Creo que me estoy quemando—comenta mi hermana mientras se incorpora de la tumbona. —¿Vamos ya para abajo? Porque como beba más cocteles voy a potar antes de la comida enserio.

—Pues vamos entonces, no queremos que pase esa desgracia.—digo recogiendo mis cosas y poniéndome el vestido por la cabeza mientras me calzo mis chanclas.

Bajamos en el ascensor y yo me decido por ir a la habitación de Pablo antes para ver cómo le ha ido el entrenamiento. Me bajo dos pisos antes y me despido de mi hermana dándole un beso en la mejilla antes de bajar del ascensor para tocar la puerta de su habitación.

—¡Que pelma eres macho, Pedri te he dicho que bajo en un rato!—grita Pablo antes de abrirme la puerta y quedarse medio cortado porque no soy el canario. —Hola peque, ¿tú no estabas en la piscina?

Acaba de salir de la ducha porque una toalla enrolla su cintura y tiene el pelo mojado y varias gotas de agua corren por su pecho.

Contrólate Marfil por Dios.

—Que borde eres hijo mío—comento yo mientras entro en su habitación como Pedro por su casa. —Si, pero Sira se estaba quemando y también estaba poniéndose un poco piripi así que hemos decidido bajar antes.

EVITERNO ; pablo gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora