EVITERNO ; pablo gavi.

Capítulo cuarenta y cuatro

MARFIL MARTÍNEZ

—Estoy que me va a dar una taquicardia.—suspiro moviendo mi pierna sin parar.

—Pitu tranquila, solo tienes que salir, que te den un diploma, saludar a los profes y que te saquen una foto.—dice mi madre tranquilizándome mientras me acaricia el hombro. —Además que estás espectacular.

Sonrío con sus palabras. Llevo puesto un vestido de satén de color verde que mis padres me han regalado por mi cumple y que aún no había estrenado. En los pies llevo unos pedazo tacones de color negro que siento que en cualquier momento me voy a partir un pie con ellos. Llevo un maquillaje un poco más cargado de lo habitual, el pelo liso y las joyas las llevo plateadas como siempre.

—Sí, solamente puede pasar que te caigas de morros y hagas el ridículo delante de toda esta gente. Pero no te preocupes, que te vamos a seguir queriendo igual.—me vacila mi hermano ganándose una colleja por parte de mi hermana y un reproche por parte de mi padre.

—Ja ja, que coñero estás hoy—le digo con sarcasmo haciendo que él se ría.

Mi madre, mi padre, mis hermanos, Pablo, Ferran, Laura y yo estamos sentados en los asientos que hay en el jardín del sitio donde se celebra mi graduación de la carrera. Estaba a punto de comenzar todo y toda la gente ya está sentada en sus sitios.

Hay muchísimas personas, más de las que pensé que vendrían. Y eso me causa más nervios de lo normal.

—Para de mover la pierna, amor. Que me estás poniendo nervioso hasta a mi.—dice Pablo a mi lado mientras me da un beso en el pelo. —Estás guapísima y lo vas a hacer genial, no te agobies.

—¿Y si me caigo?—pregunto nerviosa mientras lo miro a los ojos.

Él me mira con una sonrisa entre tierna y graciosa antes de cogerme por las mejillas y darme un beso en los labios.

—¡Pablo, que te voy a manchar de pintalabios!—le digo riéndome cuando se separa de mi con los la boca roja por culpa de mi pintalabios.

—Eso no va a ser un impedimento para besarte, corazón.—dice sonriente mientras lo limpio con un clínex que me da Laura.
—No te vas a caer, y si te caes pues te levantas como la reina que eres.

Yo sonrío con sus palabras antes de que escuche como el acto empieza y todos prestamos atención.

Primero empiezan dando discursos algunos profesores o algunos de mis compañeros que se han presentado voluntarios representando a todos los que nos graduábamos hoy. Más tarde empezó la parte donde el rector llamaba a cada alumno y este tenía que subir al escenario.

Cuando escucho mi nombre por los altavoces del escenario, me levanto de mi asiento con seguridad, aunque por dentro esté hasta temblando, mientras escucho aplausos de todos los presentes y los ánimos de mi familia.

Subo al escenario con una gran sonrisa en la cara y abrazo a todos mis profesores que están allí en el escenario. El rector me coloca la beca en el cuello y me dá mi diploma de graduada. Sonrío para hacerme una foto mientras escucho su típico "Enhorabuena" para luego bajar y volver a mi sitio.

Me siento de nuevo en mi asiento y el acto sigue mientras veo a los compañeros que faltan también subir al escenario y coger el diploma. Cuando acabaron, tenemos que volver a subir para hacernos todos una foto con los profesores.

Una vez que todo el acto termina la gente se levanta para ir a donde está todo el caterin. Mis padres se me acercan a abrazarme los primeros haciéndome sonreír de oreja a oreja.

—Mi pequeña graduada—dice mi padre sonriente mientras me abraza y me da un beso en la frente. —Sabía que lo conseguirás mi amor, eres una campeona.