Capítulo treinta y uno;

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MARFIL MARTÍNEZ

Noto como un rayo de sol me da en la cara directamente haciendo que me estire en la cama aún con los ojos cerrados. Siento que no hay nadie al lado mío y me parece raro ya que Pablo es el que siempre se despierta más tarde que yo.

Abro los ojos y veo las maravillosas vistas de Santorini delante de mi. El cielo está azul y ya hace una calor para morirse. Doy la vuelta en la cama de dos metros para coger mi móvil y ver la hora que es. Las 11:20, nada mal.

¿Donde cojones estará metido este?

La habitación está desierta y no se escucha la ducha, cojo mi móvil a ver si me ha dejado algún whas y exactamente veo unos mensajes suyos de las 9:30.

gordito 💍
buenos días amor 🥰

sigues durmiendo como una marmota asiq estoy yendo al gym del hotel un rato mientras tú sigues durmiendo la mona

te traigo el desayuno cuando vuelva, te amo ❤️


Le respondo a los whas diciendo que me acabo de despertar antes de incorporarme de la cama mientras me estiro. Joder, he dormido como una reina en esta cama.

Estamos en nuestro tercer día en Santorini. Y mañana por la tarde ya nos vamos de vuelta para Barcelona.
Ayer visitamos un poco la ciudad por la mañana, comimos en un restaurante todo cuco y por la tarde alquilamos un barco y fuimos a dar una vuelta por todas las playas cristalinas mientras veíamos el atardecer desde el mar.

La verdad es que me lo estoy pasando muy muy bien y está siendo uno de los mejores viajes que he tenido. Me quedaría cinco días más si pudiera pero Pablo tiene partido el 4 de junio contra el Celta y tiene que volver a los entrenos. Pero bueno, pronto le dan las vacaciones así que malo será que durante lo que queda de verano no haremos otra escapada mas por ahí.

Me levanto de la cama mientras me hago mi moño y me saco la camiseta de dormir por la cabeza, que por cierto es una de Pablo como no, para ponerme mi bikini rojo. Me calzo mis chanclas y me pongo música a tope mientras voy a la terraza a tumbarme al sol como una lagarta mientras espero que mi queridísimo novio vuelva del gimnasio.

Canto la canción de Shakira con Bizarrap dándolo todo mientras siento como los rayos de sol me calientan en cuerpo. Quiero ponerme morena lo antes posible y para eso necesito estar bastante aunque en verano me suelo poner bastante morena en poco tiempo.

—Del amor al odio hay un paso. Por acá no vuelva', hazme caso. Cero rencor, bebé, yo te deseo que te vaya bien con mi supuesto reemplazo. No sé ni qué es lo que te pasó.
Tas tan raro que ni te distingo. Yo valgo por dos de 22. Cambiaste un Ferrari por un Twingo. Cambiaste un Rolex por un Casio. Vas acelera'o, dale despacio. Ah, mucho gimnasio, pero trabaja el cerebro un poquito también. Fotos por donde me ven. Aquí me siento un rehén, por mí todo bien. Yo te desocupo mañana y si quieres traértela a ella, que venga también.—canto a todo volumen mientras lo doy todo en la tumbona.

Joder, menuda canción. Hace ya cuatro meses que la sacó pero sigue siendo un puto temazo. Shakira jefaza.

Veo cómo la puerta de la habitación se abre y Pablo entra todo sudado vestido con unos pantalones de chándal cortos y una camiseta sin mangas. Joder, puto dios griego macho. Lleva los cascos puestos y se los saca mientras deja la tarjeta de la habitación y el móvil en la mesa que hay antes de venir a la terraza.

—Buenos días guapa, madre mía cuanta energía por la mañana. Tenemos aquí la sesión vermut montada—me dice sonriente mientras se acerca a la tumbona a darme un beso.

EVITERNO ; pablo gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora