Capítulo cuarenta y dos

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MARFIL MARTÍNEZ

—¡Mar, sal del baño que me estoy meando y llevas media hora ahí metida!—escucho a Pablo gritar al otro lado de la puerta.

—¡Pues entra idiota, que está la puerta abierta!—le grito de vuelta mientras paso mis planchas por el pelo.

La puerta se abre de par en par y Pablo me mira de arriba a abajo embobado. Está vestido con unos pantalones cargo verdes, una sudadera blanca de Polo y las Jordan verdes y blancas.

Joder, este niño siempre está guapo.

—Me he enamorado por décima vez—dice él mirandome de arriba a abajo. —Que guapa, mi amor—dice dándome un beso en la mejilla después de entrar al baño.

—¿Vamos bien de tiempo?—le pregunto mientras desenchufo las planchas y cojo mi estuche de maquillaje.

—En media hora tenemos que estar en el Estadio.—dice antes de tirar de la cadena y venir a lavarse las manos. —¿No tendrás frío con la sudadera? Si quieres te dejo mi chaquetón del equipo, que tengo uno de sobra y es calentito.—me dice mirandome a través del espejo.

—Uy si, que es súper calentito y así no termino como un cubito de hielo cuando termine el partido.—le digo ocasionando su risa mientras me echo rímel.

Estamos en casa de Pablo preparándonos para ir al Camp Nou, ya que hoy juegan contra el Madrid el típico partido de Liga.
Estamos ya a mediados de enero, por lo que hace un frío que pela en Barcelona y yo de lista solo me he traído la sudadera del equipo con la camiseta de Pablo por encima.

—Voy a por el móvil y nos vamos, que si no Xavi me echa una bronca que ni pa Dios por llegar tarde.—dice él dándome un beso en él pelo. —Apura anda.

—Que si pesao, y tranquilízate—le digo mientras sale del baño. —Que te me aceleras con los nervios cada vez que vas a jugar.

—Ay amor, déjame—se queja con voz aguda haciéndome sonreír.

Termino de maquillarme y salgo del baño para coger mi bolso y mi móvil. Pablo está sentado en su cama mientras mira su móvil.

Se que está nervioso por el partido de hoy, se pone así siempre que juega un clásico, pero después cuando sale al campo se le van todos los nervios gracias a Dios.

Voy hacia él y le quito el móvil para sentarme a horcajadas encima y cogerlo por las mejillas para que me mire.

—Estate tranquilo ¿vale?—le digo suavemente mientras le acaricio las mejillas. —Lo vas a hacer genial, como siempre.

Pablo suspira antes de abrazarse a mi cuerpo y juntar su frente con la mía mientras yo acaricio sus mejillas.

—Eres la única que me dá calma—susurra mientras conecto mi mirada con la suya.

Yo sonrío antes de dejar un suave beso en sus labios. Él sonríe por el contacto antes de volver a juntar nuestras bocas en otro beso corto.

—Venga, vámonos que tienes un partido por ganar.—le doy un último beso en los labios antes de levantarme de encima para ir a coger mi bolso.

Cogemos todo lo necesario y salimos hacia el coche de Pablo, que está en el garaje.
Mientras él conduce hasta el Camp Nou yo hablo con Laura por whas, ya que ella ya está allí con el resto esperándome porque tenemos los asientos juntas para ver el partido.

Pablo se mete en el parking privado después de esquivar a los fanáticos que están en la puerta ya. No nos paramos ya que vamos fatal de tiempo.

—Toma anda—me dice el sevillano sacando el chaquetón largo del equipo cuando nos bajamos del coche. —Que no quiero que te pille una hipotermia.

EVITERNO ; pablo gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora