PABLO GAVI
Creo que en toda mi vida no había estado tan nervioso como en el día de hoy. Ni el día en que debuté en el primer equipo, ni en mi primer mundial, ni el día que mi hermana se casó, ni tampoco el día en que le pedí a Mar que se casara conmigo.
Joder, que me voy a casar con la mujer de mi vida en escasas horas.
Había pasado casi un año y medio desde que le pedí que se casara conmigo. Nos había costado bastante organizar la boda ya que esto tiene su ciencia, y entre la lista de invitados, el vestido de Mar, mi traje, el sitio donde se iba a celebrar todo, la elección del menú y cuadrar todo eso con mis partidos y el trabajo de Mar pues se nos había complicado un poco la cosa. Pero porfin había llegado el día esperado.
Habíamos decidido casarnos en Sevilla, exactamente en una capilla de Los Palacios y donde se casaron mis padres y mi hermana antes que yo. Luego el banquete y la fiesta serían a las afueras en un restaurante que era especializado ya en bodas y tenía un jardín demasiado amplio. Éramos muchísimos invitados a pesar de que queríamos hacer una boda sencilla, pero al final la cosa se nos complicó al ser quienes somos y habíamos acabado invitando entre trescientas personas más o menos.
Las estilistas me acomodan el traje mientras veo como mi madre entra en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Como vas, mi vida?—me pregunta ella mientras se acerca a mi para acariciarme las mejillas. —Ay Dios mío, no me puedo creer que mi pequeño se vaya a casar.
—Mamá, no llores porfavor, que estoy súper nervioso y necesito a alguien que me tranquilice.—le digo yo con una sonrisa.
—Tú estate tranquilo cariño, es normal que estes nervioso en un día como este pero en cuanto veas a Mar caminar hacia el altar ya se te pasa todo.—me anima ella mientras me acaricia la cara.
—¿La has visto a ella?, ¿Como está?
—Nerviosa como tú, pero está preciosa. Ahora en nada ya la ves en la iglesia, no me intentes sacar información que ya te conozco yo a ti.—dice riéndose y provocando mi risa.
Unos golpes se escuchan en la puerta antes de ver cómo Pedri y Ferran entran en la habitación vestidos ya de traje mientras me miran con una sonrisa vacilona.
—Que guapo vas, cabrón.—dice el valenciano mientras me da un apretón en el hombro. —¿Muy nervioso?
—En cualquier momento me da un algo, con lo poco que me gustan a mi estas celebraciones grandes.—digo yo suspirando mientras los miro. —¿Habéis visto a Mar?
—Sí, está arreglándose también con Sira, Laura y tus suegros.—responde el canario. —Ay mi Pablito, el más pequeño del grupo y ya se nos casa—dice mientras me da unas palmaditas en la mejilla haciéndome sonreír.
Hablamos por un rato mientras me intentan tranquilizar hasta que las estilistas me avisan para terminar de arreglarme y los chicos se van para la iglesia ya que queda menos de una hora y quieren llegar con tiempo, solo se queda mi madre conmigo ya que es la que me tiene que acompañar hacia el altar.
Cuando ya estoy completamente listo aprovechan para sacarme unas cuantas fotos y mi madre y yo nos encaminamos hacia la iglesia donde ya estaban todos los invitados esperándonos. Fuera solo se encuentran mi padre, mi hermana y Javi mientras que el resto de invitados ya están metidos dentro de la iglesia.
—Joder enano, ya me vas a hacer llorar y aún no ha empezado la celebración.—dice mi hermana emocionada mientras me abraza en cuanto llegamos a donde están.
—No me llores ahora Auro, que con lo sensible que estoy hoy me pongo a llorar yo también contigo.—digo riéndome y provocando la risa de mi familia.
ESTÁS LEYENDO
EVITERNO ; pablo gavi.
Fiksi PenggemarEviterno: que tiene principio pero no fin. Marfil Martínez, hija de Luis Enrique Martínez, el entrenador de la Selección Española de fútbol, acaba de pasar por una ruptura muy dolorosa y lo que menos quiere es volver a meterse en el ámbito del amor...