Capítulo treinta y dos

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ESPECIAL SÚPERCOPA

15 de enero 2023

MARFIL MARTÍNEZ

Me bajo del avión en compañía de mi hermana. Hemos llegado porfin a Arabia después de no se cuantas horas de vuelo y yo estoy muerta del cansancio. Los aviones me revientan.

Hoy se juega la final de la Supercopa y nuestros niños juegan contra el Real Madrid. Sí, un clásico en la final, es que es la leche.

El equipo se ha ido a principios de semana a Arabia ya que jugaban la semifinal contra el Betis y la ganaron llevándolos a la final.
Yo no me he podido venir antes por más que quisiera a apoyar a Pablo y al equipo ya que estaba en plenos exámenes de la uni.
Pero a la final era necesario venir y Sira y yo nos hemos cogido unos vuelos para venir a apoyar a los chicos que no tienen ni idea de que estamos aquí. Solo lo sabe Pedri que está compinchado con nosotras para darles una sorpresa ahora que están en el hotel descansando.

El partido se juega por la tarde/noche y ahora mismo es por la mañana temprano, apenas son las nueve de la mañana por lo que me supongo que el equipo aún estará durmiendo ya que por la experiencia que tengo les darán la mañana más o menos libre para estar frescos para el partido.

—Llama a Pedri, que este es capaz de estar aún durmiendo la mona—me dice mi hermana mientras nos subimos al taxi que nos va a llevar hasta el hotel donde están.

—Sí, porque este hombre es una marmota viviente—me rio yo mientras busco su contacto y le doy a llamar.

Me llevo el móvil a la oreja mientras espero que el canario me coja el teléfono.

—Joder, ¿que pasa?—lo escucho contestar al otro lado de la línea con voz de dormido.

—¿Como que qué pasa Pepi? Que estamos yendo ya para el hotel—le respondo yo obvia. —Levanta el culo de la cama y baja a la puerta que eres nuestro compinche para que esto salga bien.

Lo oigo suspirar por la otra línea mientras se queja. —Tenéis suerte que os quiero porque si no os iba a mandar a tomar por culo al despertarme a estas horas de la mañana cuando por la tarde voy a jugar una final.

—Deja de llorar Pedro—dice mi hermana burlándose de él mientras se acerca a mi móvil. —Anda te queremos, vístete y baja que si no nos van a dejar subir.

—Vooooy pesadas, nos vemos ahora—lo escucho decir antes de colgar.

Me apoyo en el hombro de mi hermana mientras llegamos al hotel, en el vuelo prácticamente no he dormido nada y estoy muerta en vida, pero todo vale la pena por verle una sonrisa en la cara a mi chico.

Lleva prácticamente toda la semana diciéndome que me echa de menos y que ojalá pudiera estar aquí con él, así que bueno aquí estamos.

Llegamos al hotel porfin y le pagamos al taxista antes de bajar nuestras bolsas. No hemos traído ni maleta porque nos vamos ya por la noche de vuelta para Barcelona.
Viaje corto pero productivo.

Vemos al canario en la puerta esperándonos vestido con el chándal del equipo y una cata de sobao que no puede con ella. Yo sonrío nada más verlo y lo voy a abrazar.

EVITERNO ; pablo gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora