Sebastian.
La morena, se levanta, recoge su ropa y se empieza a vestir a toda prisa yo la miró sorprendido de que sepa cómo es mi modo, y no tengo que sacar excusa para que se valla, como he hecho con otras.
Cuando ya esta lista, se me acerca y me besa y le correspondo estoy a un costado de la ventana de mi habitación me levanté hace como una hora.
—Espero me llames guapo— le sonrió.
—Claro que si linda—
Ella la conocí ayer en un bar, al cual fui por un trago la traje a mi casa Justo cuando Samanta me llamo, cuando me dijo que iría a casa de Liam a decirle " sus verdades" supe que no vendría y eso solo era una tonta excusa.
Se que lo de ello va más allá de un simple gusto.
Acompañado a la chica hasta la puerta, cuando abro para que salga ella salta de nuevo a mi boca y yo le correspondo sin problema alguno , bajo mis manos hacia su gran trasero y la acarició ella jadea, hasta que un carraspeo nos hace separarnos.
—Chao Sebastián no te olvides de llamarme— me guiña un ojo.
—Claro que no linda— ella abre las puertas del ascensor e ingresa cuando las puertas se cierran pongo mi atención en la persona frente a mí.
—Santiago Hoster que te trae por aquí.— le pregunto.
—Enserio mi hermana se vino a quedar contigo y así metes a una chica— rudo los ojos por sus palabras.
—Has venido por tu hermana— hago como si no lo hubiera escuchado.
—Que se puede esperar de un promiscuo como tu— enarco una ceja— llama a mi hermana que me la voy a llevar.—
—Tu hermana no está aqui— le digo en un tono de hastío.
—Te dije que me llames a mi hermana Valbuena— dice en un tono molesto.
—Ya te dije que no está aquí Hoster así que ya puedes largarte— escupo con molestia.
—Pero ella me dijo que estaría contigo, ni para cuidarla sirves— empuñó las manos por la rabia que me genera que diga eso.— se lo he dicho a Samanta que tú no eres un chico serio, pero no me hace caso, mira en vez de saber dónde está mi hermana estabas pendiente de un polvo—
—Lo siento, por no ser un buen cuidador para tu hermana pero que yo sepa no soy su niñero— me fulmina con sus ojos verdes— además lo que haga con mi vida no te importa Santiago así que no me vengas con tu mierda de creerte mejor que yo, ya que no es mi culpa que sea un mojigato y no quieras buscar con quién follar.— le sonrió ladino.
Camina hacia mi con ese aire imponente que tiene, con ese traje que tiene puesto, es más alto que yo por unos centímetros,.
—Crees que eres sorprendente, porque cada noche tengas a una diferente en tu cama eso no te hará feliz, más bien eres alguien que hace eso por un mínimo de atención — cada una de sus palabras destilan odio.— cuando te quedes solo te arrepentirás y serás infeliz.—
—Lo dice un frustrado, creo que sí alguien se quedará solo serás tú, Con esa amargura que tienes encima— le sonrió— así que guardate tus concejos que no te los estoy pidiendo y no vuelvas a venir a mi departamento y menos si es para insultarme.—
Tú crees que yo vine a buscarte a ti, no te creas tanto, vine por mi hermana y sabes no me importa lo que hagas con tu vida— sigo con una sonrisa— no andaría buscando a alguien que es tan mujeriego y se cree un dios.—
Tal vez te puedo hacer, tragar tus palabras, sabias — me le acercó más y quedamos a muy cerca — me encantaría tenerte de rodillas y diciendo cuanto me quieres tener cerca. A si que no me retes Santiago que puedes salir perdiendo.
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Condenada en tu pasión
RomanceSamanta Hoster una mujer segura de sí misma, un carácter que muchos admiran y una belleza envidiable es la hija menor del matrimonio. Adora a su familia, y sigue todas la reglas que hay en su casa, al igual que algo que en especial le dice su madre...