Liam
Esa sensación de plenitud dentro de ti, es algo inexplicable sentir que ya tienes todo sentir que estás contento y dejar atrás el anhelo y sentir seguridad abrumadora, asi me siento.
Mirar su lindo rostro mientras está dormida, viendo que trasmite tanta paz y tranquilidad, me siento completo es todo lo que siempre quise y ahora que lo tengo es algo que no pienso dejar ir.
Samanta es alguien que brilla por su luz propia y donde llega ilumina todo es tan etérea, es algo difícil de explicar cómo me hace sentir.
Hace seis meses atrás alguien me hubiera dicho que iba a tener una novia en mi apartamento y sobre todo que era la hija de los hoster me hubiera reído hasta más no poder, es que hasta este momento me siento en un sueño.
Estaba muy asustado anoche cuando estaba esperando que llegara, no estaba seguro de que ella se quisiera quedar, es que ella es tan volátil que no se sabe que es lo que esta pasando por su cabeza y se ve que es una ternura pero sus cambios de humor son una bomba de tiempo.
Cada día pasa siento que estoy callendo más a fondo y no saben lo aterrador que se siente, pero por ella arriesgo todo contal de ser feliz junto a ella un segundo.
Yo sé que ella viene con muchas inseguridades y yo quiero encargarme de de borrarlas con besos, caricia y mucho amor, es todo lo que mi muñequita se merece, si las lágrimas que salgan de sus ojos sean de felicidad o de placer, darles momento de los cuales nunca se quiera olvidarse si no que los quiera revivir, que todo lo que siempre ha querido lo encuentre conmigo.
—Que tanto me miras.— habla un poco somnolienta abriendo los ojos.
—Estoy admirando que tienes baba.— ella se levanta de golpe y se toca la mejilla y yo me empiezo a reír a carcajadas.
—Eres un estupido liam.— me da un golpe en el brazo.
—Eres una salvaje— me sobo el lugar afectado y ella rueda los ojos.— deberías de tratarme con amor, más no golpees y maltrato.
—Sigue con las estupideces y te golpeare más fuerte.— me amenaza y yo solo sonrió.
—Que miedo hoster.— le digo.
—Deberías de tenerlo franco.— yo la jalo y me la tiró encima y ella da un chillido de sorpresa.— eres un basto.—
Le doy un beso, ella sonríe.
—Te han dicho lo hermosa que te vez cuando te acabas de levantar.— ella sonríe y la estrecho contra mi.— te lo digo entonces, te vez hermosísima cuando te levantas.—
—Yo siempre me veo hermosa.— dice altiva — que vamos hacer hoy.? O ya quieres que me valla para mi casa.—
Yo la miro con una ceja enarcada ella sonrie con inocencia.
—Tu no te vas hoy de acá, dirás en tu casa que te pasarás todo el día con sebastián.— ella se empieza a reír.
—Tu crees que yo soy una desocupada como tú.— yo asiento y ella me mira mal.— tengo trabajo que hacer.—
—Mañana lo haces mi amor, hoy pásate todo el día conmigo, cancela tu agenda por un día.— ella está sonrojada y con una gran sonrisa — dime que si.—
ESTÁS LEYENDO
Condenada en tu pasión
RomansaSamanta Hoster una mujer segura de sí misma, un carácter que muchos admiran y una belleza envidiable es la hija menor del matrimonio. Adora a su familia, y sigue todas la reglas que hay en su casa, al igual que algo que en especial le dice su madre...