~|¿Dream en Karmaland?|~

39 T3| No eres Dream

En el momento donde Dream entró a la casa, se sorprendió cuando vió a Auronplay en la puerta. Brazos cruzados, mirada sería y ceja levantada.

— Intenté llevarlo arriba. No me hizo caso. — admitió Fargan avergonzado.

—¿Quienes eran? ¿Qué guerra estás planeando? — Su tono de voz era más grave. Dream sintió un sudor frío recorrer su frente. La expresión enojada del castaño se suavizó. — ¿Qué no me has dicho?

Dream supo que no tenía escapatoria. Miró a Fargan en busca de apoyo, pero el búho solo miraba hacía abajo. Un dolor en el pecho se apoderó de Dream, era la culpa.

— Fargan, ve a tu casa. — indicó Auronplay sin perder la vista de Dream. El solo asintió y susurró unas palabras al oído del dios.

— Lo siento... — La puerta se cerró a sus espaldas.

Sin el búho en el camino, empezó el interrogatorio en el consultorio. La atmósfera era más pesada e intensa. Dream se sentía tan mal que le contó todo, de principio a fin, sobre su historia.

Pero eso no arreglaba nada.

Auronplay se sentía traicionado.

— Última pregunta... — Dream pensó que sería algo sobre la DSMP o sobre la batalla de los dioses, pero no fue así. — ¿Por qué le confiaste toda esta información a Fargan y no a mí? — El rubio se quedó callado, hasta que lanzó una carcajada.

— Es un malentendido, él se enteró por un sueño. — explicó intentando calmar la risa — Si es por mí, no se hubiera enterado de nada.

Auron y Dream arreglaron la situación. También planearon una juntada para poder entrenar a los integrantes del SMP y a los héroes de Karmaland. Todo iría de maravilla.

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Cuando los dos híbridos, de piglin y de pato respectivamente, volvieron a su dimensión, todos se alegraron ante la noticia de poder escapar de la furia de Heberon. Aunque, no todos se pusieron felices cuando Technoblade les especificó que, en verdad, solo iniciaría otra guerra.
Ya nadie estaba feliz cuando Quackity les dió la noticia de que Dream estaba mejor que nunca en esa dimensión, donde serían entrenados junto a otros desconocidos. Claro, los únicos que mantuvieron la alegría fueron Quackity, Techno y Wilbur, ansiosos de otra aventura codo a codo con su amigo.

— Ese es el resumen — dijo el híbrido de pato con una sonrisa en su cara, por fin cerrando la conversación.

— Así que prepárense, tomen sus objetos preciados y exploten esta mina porque saldremos ahora. —Technoblade entró a su habitación y todos lo imitaron, alarmados.

Luego de ya 20 minutos estaban preparados para salir. Tommy se acercó a la habitación Wilbur, preocupado de no ver sus cosas empacadas.

— ¿Ya encontraste tu 'objeto especial'? ¿Necesitas ayuda? — preguntó el menor con angustia de que su hermano pierda sus recuerdos. Wilbur, por su parte, solo miraba al interior de un cofre.

— No, no, está bien — Dijo sin levantar la mirada — Ya encontré algo.

— ¿Si? Dime que no es una broma...— Wilbur levantó del cofre una tela quemada, lo suficientemente grande como para cubrir una moto, donde se podía ver colores opacos que perdieron su color — ¡La bandera de L'manburg! ¿Cómo la conseguiste? Pensé que estaba hecha cenizas.

— La tenía guardada cerca de SnowChester, enterrada. Hace poco jugué Poker con Glatt y me gané un favor. — explicó mientras tomaba los extremos incinerados previamente.

— Le pediste que la traiga... — contempló Tommy. — ¡Significa que vienes con nosotros!

Los hermanos se abrazaron, algunas lágrimas inundaron los ojos del menor. Juntos se encaminaron hacia el portal donde los esperaban los miembros de la DSMP.

Uno a uno, todos cruzaron la luz anaranjada, con miedo a lo que se puedan encontrar.

Quackity, por un segundo, casi suelta su ficha. Sintió una sensación rara y advirtió a los demás de esto.

Dream tenía una misión asignada (supuestamente) por Delta. Él, en una cueva, estaba esperando del otro lado del portal con un brillo verde que salgan algunas personas para guiarlos hacia el punto de encuentro.

Cuando el rubio pudo ver a las primeras personas salir bajó su máscara para hacerles frente. Cuando estaban todos, se encontraban anonadados de ver a su enemigo con nuevas ropas en aquel pueblo, sosteniendo un hacha en su espera. Se veía apagado, mirando solo a sus pies. Estaba fumando, algo que era raro en el.

— Vamos, la comida se enfría — dirigió Dream sin ni siquiera saludarlos, en un tono alegre pero seco.

Preguntas rondaban por la cabeza de todos, pero eligieron distraerse con la hermosa vista y paisajes del pueblo. Algunos hablaban entre sí, mencionando no sólo las bellezas de la vecindad sino también a el jóven que, a un paso muy veloz y ligero, los guiaba.

Si antes Dream era un secreto andante, ahora es más misterioso que nunca.

En ciertos lugares, el teletubi verde saludaba a la gente que estaba allí de manera amable lo cual dejaba a los demás con curiosidad.

Llegaron a una larga mesa en un restaurante chino, era el mismo restaurante donde Dream se desmayó, El restaurante Wanming. Cada uno tomó un lugar y platos se sirvieron por los camareros.

— Ni siquiera ordenamos lo que queríamos...— dijo Puffy pinchando con desconfianza un pescado — aunque se ve bueno.

— ¿Quién pidió esto? Fuiste tú, ¿no? — señaló Tommy a Dream, que se sentaba frente a él. Pero Dream no respondió o miró al niño, seguían tan apagado como antes. — de seguro está envenenado...

Cinco personas tomaron su lugar. En la cabecera, estaba Delta y a sus costados lo demás dioses. 

Estaban todos los integrantes, exepto Mangel.

A Auron le costó unos minutos asimilar lo que pasaba, hasta que noto un detalle tras la chaqueta transparente: Dream no tenía la marca del dios de la vida. Un majestuoso Sol llorando estrellas y sueños estaba ausente en su brazo derecho.
Ese no era Dream.
No era Delta.
Era un clon.