31 T2| ¡Termina el trabajo!

909 110 13
                                    


(La narración de este libro cambiará a partir de ahora) 

Su madre ya no respiraba, estaba muerta. Se lamentó silenciosamente por no haber hecho algo. 
Él sabía que su madre era mala persona y que pecó mucho últimamente, pero él la adoraba. El dios se iba a retirar luego de cometer el asesinato pero el niño, ya con 12 años cumplidos, se atrevió a hablar.


—¿Q-que hizo e-ella? ¿Que hizo m-mal?— Abrazó el cuerpo de su madre y apoyó su cabeza en su corazón, ya inútil, porque no latía más.

 
     Lágrimas caían en fila por sus mejillas, su nariz estaba húmeda y temblaba por su futuro. Sollozaba la desdicha de su progenitora. 

—Saber de más— y sin decir más que esa respuesta, aquel dios desapareció. 

Lloró sobre su cuerpo por horas. No quería ir a funerales, quería venganza.

El mismo chico, ahora crecido, recordó esto mientras veía la escena. Si Delta mataba al asesino de su madre, se sentiría satisfecho.
Enderezó su espalda en el asiento y vio a sus compañeros, los héroes de Karmaland. Todos esperaban que la batalla empiece de una vez. Él miraba callado a la arena de batalla. Especialmente a Delta.
Esbozo una sonrisa traviesa y tomó un cigarrillo. Pidió un encendedor e inhalo el humo para luego despedirlo por su boca.

༺ღ༒ღ༻

     El corazón de Dream latía a toda velocidad, el minuto había terminado. Catrina disparó al aire y el cielo se oscureció. De todas maneras, podía ver con claridad gracias a una poción de visión nocturna. 
    —¡Delta!— Eider tomó dos de las cuatro manos del mencionado. Los ojos del dios de la fauna eran amarillos con pupilas marrones.
    —¿Ojos de búho para visión nocturna? Bien pensado— Dijo soltando a su compañero. Eider solo asintió y se sintió rechazado por Delta. 

     Con la ventaja de ver en la oscuridad, podrían atacar más fácil. Pero ese no era su plan. Ambos sabían que Ainara intentaría atacar primero, así que tenían que estar listos para cualquier cosa. 

     Se pusieron espalda con espalda y dieron vueltas en un círculo invisible constantemente. Con la guardia alta, Eider escuchó un sonido, era un crujido. Supuso que sería de Ainara intentando dejarlo fuera de juego. 


Se posicionó para recibir el ataque de frente, pero luego de escuchar el grito de dolor por parte de su amigo, se dio cuenta de su error. Volteo y vió a Delta, inmovilizado, con espinas afiladas en todo su tronco. Eider no esperó ni un segundo y intentó sacar aquellas lianas que detenían las extremidades de Delta de moverse. Grave error. 


     Tardó demasiado en sacar las gruesas y afiladas lianas, ni siquiera las pudo sacar antes de que TimeChaos apareciera detrás de él y lo golpeara con dos agujas de un reloj. Quién se imaginaría que aquel dios que parecía tan sensato y sabio, dejaría a su amigo atrapado en un bucle temporal. 


    Dream tenía que liberarlo, Eider tiene potencial y no quiere desperdiciarlo. Disparó hacia las raíces de las lianas y se convirtieron en piedra para luego desvanecerse.  Se puso en posición defensiva y disparó en repetidas ocasiones hacia la oscuridad, donde supuso que estaría Ainara. Un grito ahogado se escucho a la distancia. Le había pegado. 


    Ella salió de las sombras. Un detalle, además de su encorvada postura, destacó. Uno de sus ojos, antes gris, ahora estaba rodeado de piedra.    Luego, más de la mitad de su bello rostro se empezó a agrietar. La piedra se expandía por su rostro de forma lenta pero progresiva. Ella estaba furiosa y quería acabar con Delta, cueste lo que cueste. 


    Con un ojo ciego y parte de su cabello congelado, sacó una katana del puro aire. Se dispuso a atacar a nuestro héroe, que estaba en un duelo de espadas con TimeChaos. 


    —¡AINARA, NO. ES MUY TEMPRANO!— Pero a Ainara no le importó. Saltó hacia el dios de la vida, ya solo con las piernas libres y parte del torso, todo el resto de su cuerpo estaba cubierto de piedra. 


TimeChaos advirtió de la presencia de la diosa de la flora a Dream, el cual disparó un aro más hacia las piernas que se congelaron en el aire. Cuando la estatua, antes una diosa, iba a caer sobre el, Delta se movió de donde estaba. 


     Ella calló sobre nuestro dios del tiempo-espacio, desplomándose ambos. Ainara ahora era polvo a excepción por una cosa, su cabeza. TimeChaos estaba debajo de las rocas. El mismo se intentó levantar abruptamente pero Dream aprovechó la oportunidad para hacer el último movimiento. Sintió un vacío en el estómago ¿Esto realmente termina así? Cortó el cuello de TimeChaos, el cual no puso ninguna resistencia. 


Alzó la cabeza al público, pero no pasó nada. Nadie aplaudió, nadie chiflo, nadie grito. Nada. 
     Una voz se escuchó desde el fondo de la arena. 


     —¡Termina el trabajo!— Fargan gritó con todas sus fuerzas para que, aquella persona que lo traumo, se de cuenta de lo que faltaba. 

    Dream se golpeo la frente con un suave golpe y se acerco a Eider que estaba congelado en el tiempo y dobló su cuello para luego cortarlo en dos. 


Luego, miro al cielo y vio a todos los ojos que rodeaban el estadio para que Catrina pueda arbitrar la pelea. Empezó a disparar aros a todos, pero en un punto se le agotaron los aros. 
Su cara detrás de esa máscara era inexpresiva, no decia ni una palabra y no realizaba movimientos bruscos.

 
     Tomó el cuerpo de Ainara, ahora convertido en piedra y empezó a tirarle rocas a los ojos restantes. 


Cuando finalizó esta tarea, una figura hermosa, bañada de telas rojas, un sombrero rojo como la sangre y una piel pálida como la de un vampiro apareció frente a sus ojos. Catrina se había presentado.


     —Eres muy bueno en esto, de verdad, pero ¿podras conmigo?—Dijo la diosa. Saco una reluciente guadaña de doble filo de su espala. Era reluciente, negra y filosa. —Estoy encantada por tu habilidad para el comba....— 


     No pudo terminar su frase. 


     Delta ya le había cortado el cuello. 

༺ღ༒ღ༻

     Cuando todos empezaron a aplaudir, él solo se quedó callado. Una sonrisa de oreja a oreja se escondia detrás de las lágrimas que salían de sus ojos.

 
Estaba feliz por ver la derrota del asesino de su madre. Por más de que al final se halla regenerado.

—¡Ostia! ¿Por qué estás así? ¿No quería que Delta gane? Ostia tú, yo también extrañaré a Heberon pero...— Lolito se había acercado a hablarle y consolarlo.


Pero lo que Lolito no sabía era que esas lágrimas, eran de felicidad.

—No, no es eso. Estoy feliz. Muy feliz— dijo finalmente él.



~|¿Dream en Karmaland?|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora