La luz del sol había comenzado a ocultarse, y algunas oscuras nubes habían cubierto el brillo producido por el astro que reinaba el cielo. Mientras el viento comenzaba a intensificarse con rachas de aire fresco.
Sus pasos llevaban un ritmo acelerado, aún con la extensa distancia a la que se encontraba su objetivo, su velocidad no bajo en ningún momento. Y sin perder tiempo ingreso con urgencia al lugar al que se dirigió. Después de unos cuantos minutos de caminar por el verde césped de aquella hermosa zona, por fin la vio.
-Era obvio que estaría aquí, se dijo James para sí mismo mientras se forzaba para poder sonreír y no mirarse mal.
Al ya no estar lejos, su presencia fue percibida casi de inmediato por varias niñas.
- ¿Maestra? Creo que la buscan, dijo una de las niñas quien con algo de picardia fue la primera en ver al pelinegro.
- ¡Es verdad, Maestra!, dijo otras de las niñas, la cual parecía ser menor que la anterior por al menos dos años.
Al escuchar lo dicho por el par de chicas la instructora hizo caso, volteando hacia atrás, logrando ver a su pareja, hecho que le dio gusto, sin embargo, su expresión cambio al ver con más atención su afligido rostro, pues podía percibir cierta frustración e ira viniendo de él.
- ¿James? Me da gusto que vinieras. Esta es mi última clase, si me esperas un poco hasta que termine podemos ir a...., ella con alegría busco explicarle lo que estaba haciendo, buscando plantear una posibilidad para ellos una vez terminara con su trabajo. Sin embargo, fue interrumpida antes de terminar de hablar.
- ¡Necesitamos hablar!, de manera firme y algo cortante él le interrumpió.
Tal interrupción la sorprendió, el tono en su voz y sus palabras eran más serias de lo habitual, cosa que la tomo por sorpresa.
-Te veo molesto, mira, en este momento estoy ocupada, dame unos minutos y hablaremos; consciente de su alterado estado la joven busco tranquilizarlo.
-No es mi deseo causarte ningún problema, sé muy bien que estás trabajando, pero realmente necesito hablar contigo ahora ¡Por favor!, la enojada y cortante voz se suavizo, al punto que sus palabras parecían estar a nada de suplicar.
Tal hecho no pasó desapercibido por ella.
-Para escucharte hablar de ese modo debe ser algo importante. Si hubieras venido cualquier otro día hubiera dado por terminada la clase, pero hoy no es el caso. Hoy es un día especial, el día de hoy voy a enseñarles a mis estudiantes como enfrentarse a un maestro fuego; la chica de los blondos cabellos contesto con un tono comprensivo pero firme. Aunque lo que realmente causo sorpresa en el joven fue la lección que ella iba a impartirles, pues le pareció algo irónico en más de un sentido.
- Si lo que dices es verdad, déjame ayudarte con eso, respondió el ojiazul mientras comenzaba a acercarse a ella.
-La maestra de combate y estrategia, la gran Xian, acepto apoyarme para estas demostraciones, lo lamento; ella busco aclarar la situación, mientras lo veía fijamente, y tras unos segundos él asintió.
-De acuerdo Lisa, yo, voy a esperarte, dijo él mientras cerraba sus ojos habiendo aceptado su decisión, y aceptando su error, después de todo él no tenía derecho para interrumpirla o exigirle que dejara lo que estaba haciendo solo por él.
- ¡Gracias por entender!, contesto ella más tranquila, cuando de pronto una voz llamo su atención.
- ¡Maestra de la espada, Lisandra!, una voz femenina fuerte llamo su atención y la de todos los presentes, pues a unos escasos metros del grupo de infantes una mujer apareció, a simple vista rondaba los 40 o 45 años, de cabello oscuro, ojos dorados y vestimenta roja con ciertas partes marrones.
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Azula: El Fuego y La Sombra■CANCELADA■
Romance"Una vista más de cerca al alma del monstruo" El equilibrio de un mundo dividido en 5 regiones diferentes y regido por el control de los 4 elementos. Poderes elementales que se decía eran controlados por el avatar, el también llamado puente entre lo...