23: AMENAZA...

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Reposando sobre los escalones, sus ojos estaban cerrados, ya habían pasado varios minutos desde que toco la puerta por última vez. No hubo ninguna respuesta a ello, por lo que comprendió que posiblemente no había nadie en ese momento, cosa que si bien lo extraño, no lo perturbo por mucho tiempo, por lo que decidió sentarse y esperar, cayendo parcialmente dormido en un sueño que duro por unos 25 minutos hasta que...

La sensación de alguien aproximándose lo obligó a moverse por puro instinto en caso de alguna amenaza, buscando ponerse de pie lo antes posible, sin embargo, la otra persona se habría adelantado a él, tomándolo con suavidad por los hombros para después plantearle un beso, hecho que lo hizo tranquilizarse pues reconoció de quien se trataba con solo su tacto.

- ¡Por favor dime que no estuviste aquí toda la noche!, dijo la joven de ojos color esmeralda con algo de temor, mientras retrocedía un poco para ver mejor al joven de cabello negro quien comenzaba a abrir sus ojos.

-Creo que hubiera dormido mejor aquí en la entrada de tu casa, que en mi propia casa la noche anterior, a si que no te sientas mal por mi, exclamo el joven con algo de cansancio, mientras acortaba distancia con la joven, solo para poder darle un abrazo que ella correspondió.

-¡Lo mismo digo yo, hubiera preferido dormir aquí o en el suelo de la calle a dormir de nuevo en donde lo hice!, respondió la joven de blondos cabellos al mismo tiempo que un escalofrío le recorría el cuerpo.

- ¿Eso significa que no dormiste aquí? Pensé que habías salido desde temprano o algo así, dijo el pelinegro con algo de confusión y curiosidad.

-Sí, yo no dormí aquí ayer, por cierto, lamento mucho no haber ido a cenar contigo ayer, dijo la joven mientras en su mente se culpaba por haberlo dejado plantado.

-No te preocupes Lisi, creo que fue mejor que nunca llegaras, de haber llegado estoy seguro que habría terminado enfrentándome a Mamá otra vez en un duelo de fuego, dijo el ojiazul a modo de una broma bastante real.

Tal comentario haría reír a la joven, pues aún recordaba que la última vez que madre e hijo discutieron terminaron en una intensa batalla de fuego control.

-Antes de que te diga porque pase una mala noche, que te parece si mejor me dices porque no dormiste aquí. Sería interesante saber quién paso una peor noche, dijo el joven mientras volvía a sentarse en los escalones.

-Me parece justo algo justo, y luego me dirás porque te ves desvelando, James; dijo la chica al mismo tiempo que se sentaba a su lado.

- ¡De acuerdo Lisi!, exclamo él al mismo tiempo que se le dibujaba una sonrisa burlona, ganándose una mirada dura de la chica quien tomaba con una de sus manos la vaina de su arma punzo cortante.

- ¿En qué quedamos la última vez?, dijo la joven haciendo que James dejara de reír.

- ¡Lo siento!, se disculpó mientras bajaba la cabeza, esperando a que ella dejara de verlo con seriedad, y empezara con su historia.

-Mis clases terminaron con normalidad, acompañe a mis niñas a la enfermería al terminar la sesión de entrenamiento del día, sin embargo, nadie llegaba por Izel..., empezó a relatar al mismo tiempo que se sentaba aun lado del joven.

- ¿Quién?, pregunto el maestro fuego con curiosidad.

-No la conoces, Izel es mi mejor estudiante, a pesar de ser aún una niña de 10 años, ella es muy buena con la espada para su edad, explicó Lisa con cierto orgullo que se reflejaba en su alegre voz.

- ¡Teniendo a una maestra tan increíble como tú, no se podría esperar menos de ella!, afirmó el ojiazul mientras veía de manera fija a la joven a su lado, haciendo que la joven del cabello teñido comenzara a ruborizarse por el halago.

Azula: El Fuego y La Sombra■CANCELADA■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora