Azula: El Fuego y La Sombra■CANCELADA■

25: JUEGO SINIESTRO

Naturalmente la noche cayó cubriendo al pueblo, a pesar de las fechas el clima no era caluroso en lo absoluto, todo lo contrario, era bastante fresco para ser el inicio del verano. Las luciérnagas que volaban por el campo producían bellos destellos intermitentes iluminado un poco la oscuridad de la noche, aquel espectáculo de luces era una señal de la lluvia que se aproximaba en el negro horizonte...

Para él, cuatros de los días habían pasado en un parpadeo algo cruel, casi como el destello luminoso de las luciérnagas que rodaban por ahí en el césped. Respiró de manera profunda mientras las frías gotas sudor bajaban por su cuerpo pasando por su rostro hasta llegar a su nariz y sus ojos, molestado un poco su profunda concentración debido a la incomodidad sensación.

Dada la hora que era, todo estaba en una calma total, siendo su respiración y exhalación lo único que podía oírse cada que realizaba una repetición más. Gracias al silencio que reinaba, el sonido de unos pasos cerca de él lo distrajo, pero mantuvo la posición vertical de su cuerpo contra el suelo, buscando otra vez su concentración, mientras volvía a descender y ascender de manera constante y explosiva, sincronizando cada flexión de su brazo derecho con su controlada respiración.

-Comandante Kein; la voz tranquila de un hombre se pronunció, su voz era tan firme como el concreto de una pared, dejando en evidencia su rigidez y autoridad.

-Comandante Shem, si me necesita para algo, puede decírmelo y lo haré, estoy a sus órdenes mientras este aquí, respondió el ojiazul al instante reconociendo la voz y mostrando respeto a su igual en rango, aunque de nuevo sin perder el hilo de lo que estaba haciendo, continuando su actividad.

-No he venido a ordenarte nada, solo quiero hablar contigo un momento, contesto el militar mientras tomaba asiento en uno de los escalones que se hallaban atrás de él.

- ¡De acuerdo señor, lo escucho!, contesto el maestro fuego quien se hallaba parado de cabeza, sosteniendo todo su peso corporal y el de su armadura con la esquina de su nudillo y con su dedo pulgar, mientras su brazo opuesto se encontraba en su espalda ayudándolo a mantener el equilibrio en esa posición.

Tras su respuesta el maestro fuego opto por ponerse de pie, mientras seguía algo sudado por el esfuerzo realizado.

-Iniciaste a entrenar hace horas, ya es algo tarde para seguir con eso. Debieras estar descansando para el día de mañana, hablo con seriedad y falta de emoción el hombre de cabello y barba pronunciada.

- Así que de eso quiere que hablemos, ¿No?, contesto el joven mientras comenzaba a aflojarse las hombreras y el caso de la armadura.

-Te asentaste en mi base desde ayer. En otras circunstancias no me importaría lo que hagas o no hagas, pero, hay una orden del señor del fuego de por medio, y...., empezó a hablar el hombre mientras lo miraba con cierta severidad, pero terminó dejando sus palabras en una pausa.

-No me deje en suspenso comandante, si tiene algo que decirme hágalo; el joven tenía una idea de lo que escucharía a continuación, por lo que busco agilizar todo el asunto.

-La vez que ese hombre deserto derroto a varios de nuestros escuadrones. Cuando el señor del fuego Azulon se enteró, quedo impresionado por sus habilidades. Al final terminamos por firmar un acuerdo donde lo dejábamos en libertad a cambio de ciertas cosas; el hombre a cargo de la base le dio algo de información sobre la situación.

-Entonces la libertad del maestro Piandao se debió a que Azulon se asombró de sus destrezas, interesante dato desde luego. Pero a que quiere llegar usted con todo esto, contesto el joven mientras miraba a su homólogo en rango con algo de dudas.

-Si fracasas el acuerdo quedaría roto. Pero más importante que eso, la imagen del señor del fuego Ozai quedaría comprometida ante el público. La noticia de su traición y posterior fracaso se extenderá de manera rápida, y la persona que pagaría esa derrota con su vida serias tú, finalizo de hablar el hombre mientras se cruzaba de brazos.