Esta historia es cortita pero prometo que en unos días subo otra más larga.
- Entonces, ¿te liaste con ella?
Dió una última calada a su cigarrillo mal liado expulsando a los segundos el humo por la boca y soltó una sonrisilla de lado antes de tirarlo a la bolsa de papel donde guardaban la basura.
- Con ella, con su hermana y creo que con su amiga. ¿O era su prima?- Se encogió de hombros, pasivo. -Me da igual. ¿Vienes al agua?
El castaño de pelo liso frunció el ceño, como siempre hacía ante cualquier situación, antes de quitarse sus gafas de sol de la cabeza para recolocarlas sobre sus ojos, levantándose posteriormente de la toalla para seguir al canario.
- Dime que al menos te acuerdas de su nombre. Porque le preguntaste su nombre, ¿verdad? Pedri dime que le preguntaste su nombre.
- ¿María? ¿Marta? ¿Miriam? No sé, Pablo, tío, te estoy diciendo que me la suda. Total, toda la gente de ese pueblo me cae mal. Eso sí, las fiestas geniales, tendrías que haber venido.
Los dos jóvenes se adentraron en el mar hasta que dejaron de hacer pie. Jugueteaban entre ellos y con el agua como si fuesen niños de cinco años.
- ¡Pero si te enchochaste un montón la primera vez que la vimos!- Gavi gesticuló exageradamente y arrugó su nariz.
- ¿Sabes que tenemos dieciocho años, bueno tú dieciséis, verdad? A esta edad no nos renta enamorarnos. O sí, no sé, cada cual, a su tema, pero es que a mí me dan pereza todas.
- Seguro que eso lo dices porque lo tuyo con Irina fue horrible. Con lo bonito que es tener a alguien en quien confiar, con quien poder pasar tiempo, dar mimos cuando te apetezca...
- ¿Irina? ¿Quién es Irina?- Gavi rodó los ojos y Pedri se acercó a él para enganchar sus piernas alrededor de su espalda.- Además, para los mimos ya te tengo a ti.
El aludido negó con la cabeza y se retiró lo suficiente como para poder tirar a Pedri al agua sin que se hiciera daño.
-¡Oye, qué feo eso que has hecho! Quiero el divorcio. Ahora mismo.
-Pedri... Que te follen.
El más mayor escuchó un ¡fóllame tú! desde la orilla que le hizo negar con la cabeza para, posteriormente, sacarle el dedo del medio a su mejor amigo.
Gavi podría asegurar que la carcajada que soltó el canario pudo escucharse por toda la costa, en cada playa, en cada puerto, porque estaba seguro de que el mar estaba completamente enamorado de Pedri.
Y no era de extrañar, teniendo en cuenta que el moreno siempre había pertenecido al mar, que siempre había formado parte de él el agua, la sal y el sol. Pedri era el mar que junto al sol conformaba el más bonito verano.
Diez minutos fue el tiempo que duró el baño de Pedri antes de que volviese a tumbarse en la toalla junto a su mejor amigo.
- Buah, tío, ¿sabes que Ferran ha organizado otra hoguera esta noche?- El aludido alzó las cejas bajo sus gafas de sol y giró el rostro para mirar al sevillano, que ahora estaba tumbado sobre su costado. -Sí hijo, sí. Es que por lo visto ha llegado una chica nueva de nuestra edad a la residencia para pasar el verano y creo que Ferran se ha encoñado de ella.
- ¿Pero Ferran no tenía novia?
- La tiene, pero le van las relaciones abiertas, ya lo conoces.
- Este chico...- Pedri suspiró e imitó la postura de su amigo para poder mirarlo de frente. -¿Cuándo es y quiénes van?
- Mañana por la noche. Y sobre quiénes van pues no tengo ni idea. Me dijo que quería que fuese algo íntimo, así que supongo que irán Ferran, Balde, Ansu, Olivia y nosotros. Bueno y la chica esta si no lo espantan antes, claro.
