Para las mejores del mundo entero: Patri, Ara, Moni y Andrea.
Descripción de una relación bastante dependiente y tóxica, al igual que en el sexo. Leer bajo responsabilidad emocional.
Era una tarde cálida de verano y Violetta caminaba a paso ligero por la calle hacia la ubicación dónde había quedado con Ferran y Gavi para tomar algo en su cafetería de confianza, alejados de la prensa y de los fans. Sus amigos y futbolistas se encontraban de vacaciones, antes de empezar la pretemporada y decidieron quedar para aprovechar y verse antes de que estos no pudieran.
Su móvil vibró indicándole que tenía nuevos mensajes sin leer. Se hubiese esperado cualquier cosa, cualquier mensaje menos esos y en especial, de la persona que los había mandado.
Pedro: Violetta
Pedro: No sé si lo sabes pero estoy en Barcelona
Pedro: Creo que deberíamos hablar
Violetta sintió como su corazón se aceleraba automáticamente y como se formaba un nudo en su garganta. Tuvo que sentarse en un banco y cerrar los ojos mientras intentaba calmarse. Pero no podía. Sintió demasiadas emociones en ese momento, pero sobre todo rabia. Porque le había hablado, después de tanto tiempo sin dirigirle la palabra y de hacer como si no existiese, Pedri le había escrito. Y se le encogía el pecho solo con pensar en volver a verle.
Y es que hacía ya tiempo que nada era lo mismo, porque todo iba fatal entre ellos y habían llegado al punto en el que preferían ignorarse que seguir intentando arreglarlo, tristemente. No se habían visto en semanas porque el canario se había ido a las islas para desconectar, él solo sin contar con ella. Esa era la salida de escape que tenía Pedri cada vez que discutían, se alejaba.
Habían pasado tantas cosas en estos últimos meses, tantas peleas, tantas lágrimas, tantas palabras que no se habían dicho y tantas que se habían dicho sin de verdad sentirlas. Se habían hecho tanto daño que casi se habían olvidado de todo lo bueno que habían compartido antes durante años. De lo bonito que fue todo. Porque el rencor, la rabia, la decepción y la frustración habían tapado todo el amor que sentían el uno por el otro.
Y también porque los dos eran unos cabezotas y unos orgullosos y ninguno de los dos había dado el brazo a torcer. Los dos habían hecho las cosas mal, habían cometido tantos errores que su relación no había podido aguantarlo. Tenían mil cosas que hablar, mil cosas que aclarar, pero en vez de eso se ignoraban y fingían que se odiaban.
Es por todo esto, que Violetta no entendía el porqué Pedri había decidido hablarle y a quién iba a engañar, le molestó. Le sentó fatal que después de todo se dignase a hablarle como si nada. Estaba enfadada, nerviosa y furiosa.
Violetta: ¿Ahora sí que quieres hablar?
Pedro: No seas así
Pedro: ¿Quieres quedar o no?
"No seas así dice, pero será imbécil"
Pensó Violetta poniendo los ojos en blanco. Se mordió el labio de abajo con fuerza intentando contenerse y no soltarle nada mientras pensaba en qué contestar.
Violetta: ¿Ahora?
Pedro: Cuando puedas, estoy en el centro dando una vuelta
Violetta salió de la conversación y sin darse mucho tiempo para pensarlo le envió un mensaje a Gavi diciendo que al final no iba a poder ir, que ya les contaría después por dejarles tirados. Sabía que si lo pensaba mucho iba a arrepentirse y a decirle que no, así que rápidamente le contestó para no poder echarse para atrás.
