Miro al frente y con un giro hacia dentro en el volante entro por la rampa del parking al aeropuerto. Por el rabillo del ojo puedo ver cómo Ferran teclea rápido en su móvil con el rostro encogido de preocupación y se me forma un nudo en el estómago que provoca que acelere para llegar cuanto antes a la entrada de facturación. Ferran suspira y deja el móvil en su muslo para apoyar cansado la cabeza en la ventanilla.
Llevamos casi una semana de vacaciones en mi nueva adquisición en la isla, justo me he comprado un precioso chalet a orillas del mar a principios de junio y después de terminar la gran temporada con la copa del rey y la champions ganadas decidí invitar a Ferran para que conociese la isla.
-Esto es una puta mierda.- Se queja Ferran subiendo la mano a su flequillo, despeinado los mechones en el proceso.
-¿Te han dicho algo más de Sira? ¿Cómo está?- Quise saber frenando progresivamente para aparcar.
Ferran me mira y frustrado niega.
-Me ha dicho Luis que está en el quirófano, que está grave. Solo eso.
-Joder, se debió de pegar un buen golpe al caerse del caballo.- Comento maniobrando para entrar entre las cuatro líneas del suelo.
-Estoy aterrado, tío. Me han dicho que ha estado inconsciente bastante tiempo y que la tibia la tiene rota.- Sus manos agarran su pelo con nerviosismo y veo incluso como le tiemblan un poco las manos al coger el móvil tras escuchar una vibración.
Unos segundos más tarde habla de nuevo mientras sigo mirando por el retrovisor para no darle a los otros coches.
-Dicen que les han pedido una muestra de sangre porque ella es 0- y quieren ver si alguno es compatible porque necesita un trasfusión. Y me piden que esté tranquilo, ¿Cómo?- Se despera e incluso eleva el tono de voz pero no le digo nada porque entiendo si frustración.
-Pobrecita, pero seguro que la operación sale bien y llegas a tiempo para verla, intenta no pensar mucho porque si no el viaje se te va a hacer eterno sin noticias.- Le intento animar sin mucho éxito.
Apago el motor y me giro hacia él. Se muestra dolido, con gesto triste y mirada ausente.
-Yo solo quiero llegar a tiempo para verla.- Su ojos aguados me miran y le abrazo fuerte mostrando todo mi apoyo en ese simple gesto. Acaricio suave su espalda con la palma de la mano y dejo que manche con algunas lágrimas mi camiseta.
-Lo sé.
-Y perdón por dejarte solo pero ya sabes cómo se pondría Sira si cuando despierte no me ve.- Ferran hace una mueca con la boca semejando una media sonrisa, algo amarga y le respondo con un gesto de mano restándole importancia.
-No te preocupes, lo importante es que ella esté bien y por supuesto que mientras estés en el avión te iré escribiendo para que cuando llegues lo leas.
-Gracias. Por todo, de verdad que te quiero muchísimo.
-Y yo a tí pero no nos pongamos mimosos.- Río, de nuevo entre sus brazos.
Me gano una colleja y antes de salir del coche se limpia los mocos y se aparta el resto de lágrimas con la mano.
Saco la maleta del maletero y se la tiendo para que la lleve. Sin mucho ánimo nos acercamos a las pantallas enormes y vemos como le queda menos de una hora para embarcar.
-Ferran.- Le llamo con una sonrisa sentimental. -Intenta relajarte en el avión y cuando llegues me avisas... ¿Vale?
Asiente mirándome pero puedo diferenciar que en realidad su cabeza está en todos lados menos en nuestra despedida.