No es necesario haber leído la parte 1 para entender la historia.
Sonrisa, mirada, flash, movimiento, pose, flash.
Muevo mis brazos con delicadeza por encima de mi cabeza dejando que el flash de la cámara me ciegue por unos instantes. Miro al objetivo con intensidad y sonrío, una vez más, mostrando mi sonrisa perfecta.
Elevo el mentón y el último flash de la sesión me deslumbra.
-Hemos terminado.- Grita una voz masculina, el sonido proviene justo de detrás de todas las cámaras donde se concentran todos los trabajadores de la revista.
Suspiro cansada relajando el cuerpo a una posición más cómoda y neutral. Estar en tensión tantas horas pasa factura quieras que no.
Mi representante me trae una bata fina para poder tapar mi cuerpo, poniéndomela con delicadeza y me da un apretón en el hombro con cariño.
-Zaira, ya te puedes ir a casa. Has echo un buen trabajo.
-¿Puedo ver algunas?
Asiente y dejamos el set para poder colocarnos detrás de una pantalla enorme donde se proyectan algunas fotos que me han tomado.
-Me encantan, saldrán para dentro de un mes, en agosto ¿no?- Pregunto embobada viendo la mejor foto que me han echo nunca.
-Si todo sale bien saldrás en la portada de Marie Claire como habíamos acordado. También habrá algunas fotos a lo largo de la revista y en la sección de modelaje junto con la entrevista que hiciste ayer.
Es mi representante quien me contesta, giro mi cabeza y asiento ante las palabras de mi; también, estilista.
Tamara es como mi segunda madre, lleva conmigo a penas un año pero sé que me quiere mucho y se preocupa por mí más que nadie en esta industria, no quiere que me pase nada malo, ya que este mundo del modelaje y la fama es muy complicado y delicado para una mujer tan joven e inexperta como yo. Hay mucha competencia y mucha envidia, a parte de el gran movimiento de droga fácil y abusos sexuales que desgraciadamente se producen.
Le regalo una sonrisa y agarra mi mejilla para dejar un beso.
En la foto que se proyecta ahora salgo mirando directamente a la cámara con intensidad. El maquillaje negro ahumado proporciona profundidad a mi mirada resaltando por completo el verde de mis ojos. Los labios rojos le dan el toque de fuerza justa a la foto y a pesar de no estar editada aún, creo que es mi favorita.
-Muchas gracias a todos por el maravilloso trato y por vuestro trabajo.- Me despido de todo el equipo de la revista antes de dirigirme al camerino para vestirme.
Una vez dentro me quito la bata apoyándola en una silla de piel y me miro al espejo. Menos mal que el corrector me tapa las ojeras que debo de lucir debajo de mil capas de base. Llegué al set a las cuatro de la tarde para empezar las pruebas de maquillaje y vestimenta.
A las siete empezamos las primeras pruebas de cámara y una hora más tarde empezamos definitivamente la sesión.
Miro el reloj colgado en la pared y me sorprendo al ver que son las doce y media de la noche. Joder, que rápido se me ha pasado el tiempo.
Estoy agotada y con movimientos lentos, pero muy cuidadosos para no destrozar la ropa que me han dejado, me quito el vestido azul casi transparente. No me cambió la ropa interior ya que es lo único que siempre nos regalan al ser de un solo uso.
Encima este conjunto de lencería morado pastel es precioso, he tenido suerte esta vez y tengo claro que me lo volveré a poner. Resalta mi voluptuoso pecho gratamente y al tener push-up crea la sensación de que tengo más.
