Espero que os guste, dadle mucho amor.
El silencio reinaba en la biblioteca, repleta de estudiantes con las cabezas hundidas en los libros y apuntes estudiando los exámenes finales. En la sala se respiraba ambiente universitario pero nada que ver con esos jueves de locura en las discotecas de la gran capital barcelonesa, esta vez era tranquilo y sosegado, algo poco común últimamente entre los jóvenes que se encontraban sentados, ya que estaban acostumbrados a disfrutar del buen tiempo en las terrazas pero se aproximaban los exámenes y era hora de cambiar las cervezas y las patatas bravas por los subrayadores y apuntes.
Gavi y Pedri, como el mejor duo dinámico de la carrera de Ingeniería Industrial por ser los más guapos y sobre todo, conocidos en el campus por ser unos picaflores, se adentraron en la biblioteca ganándose algunas miradas indiscretas de chicas que públicamente o en privado suspiraban por ellos.
Los dos chicos ajenos a aquellos ojos persecutorios escanearon con la mirada la sala para encontrar dos huecos libres, a poder ser juntos, pero era una tarea complicada siendo que eran las 10 de la mañana y los alumnos se saltaban asignaturas para dedicarle tiempo al estudio.
Tuvieron la suerte del día cuando dos chicos se levantaron de sus asientos sin hacer ruido y con las mochilas en las espaldas se encaminaron a la salida.
Gavi empujó con el hombro a Pedri al ver la escena y caminaron en busca de esos asientos juntos.
Las mesas eran grandes, decoradas con un largo flexo por encima de cada una de ellas iluminando la madera e incrustados a esta destacaban suficientes enchufes como para no tener que turnarse con otras personas.
Dos chicas cuchicheaban una enfrente de la otra con pequeñas risas sonoras al pasarse apuntes y comentar sobre estos. Teresa y Ana, dos amigas inseparables desde el instituto, se encontraban inmersas en su conversación sobre el ejercicio imposible de física que la amargada de su profesora les había mandado para ese mismo día.
Pedri arrastró la silla provocando que chirriase y Teresa giró hacia su derecha para verle la cara a la persona que no respetaba el silencio. Cruzó sus ojos con los de Pedri y se quedó muda, no le sonaba de haberlo visto nunca pero podía jurar que se acordaría si esos ojos marrones se hubiesen cruzado con los suyos anteriormente. Pedri le sonrió de medio lado sabiendo lo que provocaba en las mujeres y pensó que la rubia tenía unos ojazos verdes.
-Perdón.- Se desculpó Pedri con las demás personas de la mesa y se sentó finalmente apoyando su mochila sobre las piernas para empezar a abrirla y sacar el estuche bajo la atenta mirada de Teresa que se encontraba a su lado.
Gavi también se sentó frente a Pedri y al lado de Ana pero procuró no molestar tanto como lo hizo su amigo. Teresa echó una miradita rápida a Gavi y levantó las cejas al comprobar que los dos amigos eran muy guapos y como no, el siguiente rostro al que se dirigió fue al de Ana que no se habia dado cuenta de las nuevas incorporaciones en la mesa de estudio.
Una leve patada bajo la mesa alertó a Ana que seguía intentado fórmulas para conseguir el resultado, subió la mirada hasta Teresa y con un gesto confuso miró como la rubia le hacia señas con los ojos.
Ana pilló enseguida lo que quería decirle y con cuidado de que Gavi no viese lo que escribía en un papel pequeño puso en mayúsculas "Son muy guapos" y se lo dejó en el estuche. Teresa lo cogió con una sonrisa adivinando antes de leerlo lo que quería decirle y asintió en su dirección dándole la razón.
Las dos chicas se dispusieron a centrarse en el ejercicio en los siguientes minutos pero no desaprovechaban la oportunidad de mirar de reojo a Pedri y a Gavi cuando suspiraban o cuando hablaban por lo bajo entre ellos. Estaban maravilladas con sus atractivos.
