ONE SHOT (5) Tinder / Raya

4.7K 139 24
                                    

Aviso. Es una historia más larga de lo que suelo escribir pero merece la pena leerla. Me he divertido mucho imaginándomela. Así que disfrutadla.

Los ojos de Pablo no se despegan del móvil, a pesar de todo el movimiento que hay a nuestro alrededor. Personas de un lado para otro cambiándose de ropa y duchándose.

Hemos terminado de entrenar y estamos todos cambiándonos para poder marcharnos a casa cuanto antes y así poder descansar algo antes del partido de mañana.

Cojo la camiseta negra de mi mochila y me la pongo, seguido agarró la sudadera y sigo el mismo proceso. Me peino un poco el pelo húmedo hacia adelante y un lado dejándolo listo en tres segundos.

Miro de reojo a mi amigo que mueve los dedos con agilidad sobre la pantalla del iPhone, a un lado y a otro lado, sin descanso. Frunzo el ceño porque no entiendo que le pasa últimamente con el móvil, está todo el día con él en la mano y si le hablas ni siquiera te contesta; solo tiene ojos para el pequeño aparato electrónico.

Tengo que hablar con él.

-Gavi, me voy.

Intento que mi voz suene amenazante para que me preste atención pero sus ojos siguen sobre en ese maldito cacharro. Esta sentado sobre su banco y ni se ha inmutado bajo mi mirada.

Algunos compañeros ya están saliendo del vestuario y me desespero porque Pablo sigue sin estar vestido, solo lleva una toalla a la cadera cubriéndole.

-Gavi, ¿me escuchas? Me voy a ir sin tí.

Suspiro con resignación. Este niño nunca me escucha ni me hace caso. Le va a llevar en coche su padre la próxima vez. Yo me niego.

Ferran, que es el último que quedaba entre esas 4 paredes a parte de nosotros, desaparece por la puerta del vestuario despidiéndose con una sonrisa.

-Estoy perdiendo la paciencia. Te juro por mis padres que te vas a quedar sin coche si no me haces caso ahora mismo.- Mi voz empieza a elevarse con cada palabra hasta acabar gritándole.

-¿Eh?

Gavi levanta su cabeza, totalmente desorientado, por primera vez en los 5 minutos que llevo hablandole. Mi paciencia ha desaparecido.

-¿Ya se han ido todos? Ni me he dado cuenta, hostia, me cambio rápido.- Habla con lentitud haciendo un recorrido breve con la mirada a la estancia.

Su cara cambia radicalmente y eleva las cejas sorprendido cuando me mira a los ojos, debo de tener cara de querer matarlo. Veo pasar un brillo de miedo por sus ojos y enseguida se levanta para empezar a ponerse la ropa limpia.

-Te espero fuera.

No me importa si me ha escuchado, cojo mi mochila del equipo y salgo del vestuario. Me apoyo en el pasillo a esperarle rogando que no tarde mucho. Joder, me quiero ir ya a mi casa. La tripa me ruge de hambre y solo espero que Fernando haya cocinado algo rico.

Unos minutos más tarde sale Pablo al pasillo, eso sí, de nuevo con el móvil en la mano y la vista fija en él. Este chico está viviendo ahora mismo la plena adolescencia y está insoportable.

-Fernando dice que te pases un día por casa que quiere verte y así juegas con él a la play, que conmigo no quiere porque siempre le gano.- Intento sacar conversación pero el sevillano no está por la labor.

Sigue con el móvil.

-Pablo, acuérdate de meter la sudadera que te dejé hace unos días en la maleta para mañana. Es mi favorita.

Nada. No hay repuesta por su parte. Gruño cansado recorriendo los pasillos de las instalaciones con un monigote siguiéndome.

-¿Te dejo en la Masía?- Le hago una pregunta fácil, siempre dice que sí.

One shots PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora