Habían pasado cosas desde que Rio y Alaska se encerraron de aquel cuarto, cuando salieron de su nido de amor Tokio les comento la situación, un rehén se había comunicado con el exterior y necesitaban descubrir quién era.
Además de que Minsun, una de las rehenes, estaba embarazada.
La rubia sugirió de inmediato el detector de metales que utilizan los guardias, a lo que Berlín acepto y mando a Tokio a buscarlo. Cuando lo tuvieron, llamaron a todos los rehenes y los colocaron en filas.
Como era de esperarse, Berlín llamo a su rehén favorito, el director camino hacia él con algo de miedo y tomo el objeto con las manos temblorosas, sin mencionar su actitud nerviosa y las gotas de sudor que empapaban su rostro.
Alaska los observaba desde las alturas, compartiendo miradas con el líder del atraco cuando notaba algo extraño. El director se acerca a la mujer bonita que respondió el teléfono cuando entraron a la casa de moneda, Minsun, él hombre pasa el aparato a una distancia muy grande.
—Berlín —Lo llamo, los rehenes estaban tan concentrado en él discurso del líder que pensaron que la rubia lo estaba callando, pero no, le estaba avisando a Berlín lo que noto.
Berlín se acerca al director y este al notarlo cambia de rehén, pero fue en vano por que el líder lo tomo de los hombros y volvió a acercarlo a Minsun.
—Amigo director, así no se escanea —Vuelve a acercarlo a la mujer—, Tiene que hacerlo lento —Explica mientras toma su mano y lo ayuda.
El aparato comienza a bajar hasta llegar al pecho de la mujer, la primera vez no suena pero a la segunda si, ella comienza a llorar con los ojos cerrados mientras contiene la respiración y hace sus manos puños.
Berlín hace a un lado al director para acercar sus manos a la mujer y abrir de mala gana el traje, su cara de decepción aparece en su rostro cuando nota el collar que llevaba Minsun. Avanza unos pasos con la vista en la rubia cuando de pronto se impacta algo contra el suelo.
El hombre se da vuelta y se acerca para tomar el reloj. No tarda en tirarlo al suelo y pisarlo muchas veces.
—¡Berlín, alto! —Exclama Alaska mientras baja, la situación podría salirse de control si alguien no le ponía un alto.
Berlín la mira de mala gana y luego suelta un grito de frustración. La rubia camina hasta la rehén y la toma de los hombros al verla tan mal. Alaska alza la mirada y nota la mirada de rabia que le daba el líder.
—Mátala —Pronuncio el hombre—, Ahora.
—No haremos tal cosa.
—¡Te dije que la mates!
—No —Alaska se para delante de Minsun, amenazante—, Sabes más que nadie que eso es lo que menos tenemos que hacer.
—Si no ponemos un alto ahora los rehenes no se comportarán.
—Hay formas y esta no es una —Berlín se ríe amargamente—, No la mataras.
—¡Tu no das ninguna orden aquí! ¡¿Se te olvido quién manda?!
—¡Tu forma de mandar solo promete la ruina de este plan!
—Basta, Berlín, te estas comportando como loco —Se mete Rio cuando nota como el hombre saca su arma.
—Esto es una broma ¿Cierto? —Habla Denver al no poder creer las palabras del supuesto líder.
—Si ustedes hubieron hecho su trabajo vigilando esto no se estaría saliendo de control —Comienza a mover el arma sobre las caras enojadas de Rio, Denver y Alaska—, Y bien, ¿Quién lo va a hacer?
—Oye, esa mujer está embarazada —Recuerda Alaska, pero a Berlín parece importarle muy poco por que le apunta con el arma en la cabeza y la recarga, la rubia solo sonrió arrogante, no le tenía miedo a eso, le habían apuntado con un arma en muchas ocasiones.
—Alaska, tú eres la indicada.
—¿Lo estas diciendo enserio? Deja de bromear —Dice Denver—, Ven acá —Toma a Berlín de los hombros y lo arrastra.
Ambos discuten mientras que Alaska intenta controlar a la rehén, entonces los gritos dejan de escucharse y en su lugar quedan las expresiones impactadas. Denver se acerca a la rehén con la mandíbula apretada y los ojos cristalinos.
Quita a la rubia de un empujón y se lleva a la mujer a la fuerza.
La rubia mira molesta a Berlín y luego camina en dirección a Denver, pero se queda en su lugar cuando el teléfono comienza a sonar desde la oficina, cambia de rumbo y sube el primer escalón.
—Aun no es tiempo de preocuparse, tenemos otra cosa que resolver —Alaska lo mira por encima del hombro—, Deja de comportarte de esa manera tan estúpida y obedece mis órdenes.
—¿Que clase de ordenes son esas? ¿Te hace un mejor líder matándola?
—Tiene que pagar por lo hizo.
—Que estupidez —Murmura.
Su mente comienza a dar vueltas y luego llega a la conclusión que Berlín no merecía ser líder. Había miembros menos sádicos que él, necesitaba sacarlo de ese puesto y también necesitaba la opinión de los demás miembros del atraco.
Baja el escalón y esta vez se dirige a la imprenta. Camina a paso acelerado y marcado, cegada por el enojo y la rabia, tanto que no escuchaba los llamados de Rio, si no fue hasta que la detiene antes de abrir la puerta de la imprenta.
—Suéltame —Lo pide de la mejor manera—. Rio, suéltame.
—Ya no hay nada que hacer, no tiene sentido que te vayas a quejar con los demás.
—Demonios, la muerte de esa mujer será en vano solo por los caprichos de Berlín, ¡El plan se ira a la mierda por culpa de ese loco de mierda!
—Berlín no es la persona indicada para mandar, lo reconozco, pero él manda aquí.
—Escucha, Rio, tu vienes de una familia a la que no le falta nada, si el plan se va al carajo tú no tienes por qué preocuparte, pero yo sí y no pienso sacrificarme por culpa de ese imbécil.
—¿Estas escuchando lo estas diciendo? Hablas de una manera estúpida.
—¡Lo se! Se que estoy diciendo tonterías, ¿Pero sabes que es una tontería también? ¡Que actúes de esta forma tan molesta! ¡Tal vez me arrepienta de esto después, pero me gustaría arrepentirme aquí y no en la puta cárcel!
—¿Por que tantos gritos? —Habla una tercera persona.
Tokio los mira a los dos sin comprender el asunto, Alaska fue breve y rápida para explicarle todo lo que estaba sucediendo en este momento, ella le da la razón a todas sus palabras y sale corriendo junto con la rubia.
Aun había tiempo, si tenían suerte podían salvarla y utilizar eso en contra de Berlín.
Corrieron por las escaleras a una velocidad impresionante, la rubia incluso tropezó en varias ocasiones. Escuchaba al chico detrás de ellas, pero en este momento no tenía humor para sus intentos de detenerlas.
La esperanza de salvar a la mujer crecía en ellas, pero entonces.
Un disparo.
NOTA: Espero que les haya gustado el cap de hoy, si logro quitarme el sueño tal vez suba otro en la madrugada o dentro de una hora.
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𝘈𝘛𝘙𝘈𝘊𝘖; 𝘙𝘪𝘰
FanfictionDespués del asesinato de su padre, Jang Chaewon tenía la oportunidad de vivir una vida llena de adrenalina. Y eso era lo que ofrecía el profesor en su plan. Todo iba bien, el profesor le presento a los miembros del atraco que pronto se volvieron su...